La Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por el chavismo, autorizó este jueves el acuerdo alcanzado con China en mayo para la promoción y protección de inversiones entre ambas naciones. Durante la última sesión, el Parlamento definió aprobar “en todas sus partes” el acuerdo suscrito entre Caracas y Beijing, “para que surta efectos internacionales” en lo que respecta a impulsar el “desarrollo integral” en materia económica.
El diputado oficialista Jesús Faría, presidente de la Comisión de Economía y Finanzas del Legislativo, tomó la palabra durante el encuentro y aprovechó para destacar la “gigantesca relevancia” de este acuerdo, que permitirá al país relacionarse cada vez más con la que consideró “la principal economía, la principal potencia exportadora del planeta y un verdadero motor de la economía mundial”, además de un importante aliado de la dictadura del Palacio de Miraflores.
“Se abren nuevas perspectivas” de desarrollo, con “condiciones para inversiones” para Venezuela, que está “bloqueada por sanciones absolutamente ilegales y brutales del Gobierno norteamericano”, agregó a continuación e insistió, antes de cerrar, en que se trata de “un paso importante en la profundización” de las relaciones de “cooperación y hermandad” con el gigante asiático, que no se limitan a la dictadura de Nicolás Maduro sino que se remontan hasta la llegada del chavismo al poder, en 1999.
Venezuela se encuentra cada vez más aislada de la comunidad internacional, producto del brutal aparato represivo y autoritario que encabeza hace más de una década en el país. Como consecuencia, Maduro se ha visto obligado a recurrir a viejos aliados, como Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega, el ayatollah Alí Khamenei y Xi Jinping.
Parte de este acercamiento se vio el pasado 22 de mayo, cuando el régimen dio un paso más en su relación con Beijing y afianzó su vínculo con la firma de este acuerdo, que contempla un marco regulatorio de inversiones de empresas chinas en Venezuela y la participación de firmas del país caribeño en la nación asiática, entre otras. El anuncio se hizo durante un encuentro entre la vicepresidenta ejecutiva del régimen, Delcy Rodríguez; el representante de Comercio Internacional chino, Wang Shouwen; y el propio Maduro.
“Estamos sentando las bases para impulsar el comercio internacional, para (...) desarrollar el motor comercial exterior venezolano”, dijo entonces la funcionaria chavista, quien también reiteró el interés de Venezuela de sumarse formalmente al bloque BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-, al que considera “la ruta del nuevo mundo” hacia los “nuevos canales comerciales y financieros”, en medio del bloqueo económico estadounidense.
Por su parte, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Caracas también destacaron la “importancia de las alianzas estratégicas” entre Latinoamérica y China, dado que éste ocupa el rol de “socio global, bajo la premisa de unas relaciones de respeto mutuo y complementariedad”.
China y Venezuela cumplieron el pasado 6 de junio 50 años de relaciones bilaterales e “inquebrantables” lazos desde “una altura estratégica” y con una perspectiva “de largo plazo”. La asociación estratégica “ha mantenido un desarrollo constante y se ha convertido en un modelo para las relaciones entre países”, celebró el ministro de Exteriores chavista, Yván Gil, a lo que su par chino, Wang Yi, respondió elevando la categoría de su vínculo a una “asociación estratégica a toda prueba y todo tiempo”, con lazos que “se vuelven más claros y nuevas fuerzas impulsoras”.
(Con información de EFE)