Qué significa querer pasar Año Nuevo sin familia y con amigos, según la psicología

Cada vez más personas eligen celebrar fechas tradicionales fuera del círculo familiar. Dos psicólogos analizaron cómo esta costumbre refleja cambios profundos en el sentido de pertenencia y la búsqueda de bienestar emocional

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La tendencia de celebrar Año
La tendencia de celebrar Año Nuevo con amigos refleja cambios en los vínculos y el sentido de pertenencia (Imagen Ilustrativa Infobae)

La elección de pasar Año Nuevo sin familia y con amigos es una tendencia cada vez más visible. Esta decisión, lejos de ser un fenómeno aislado o sintomático de un conflicto mayor, responde a transformaciones profundas en los vínculos afectivos y en la percepción de las reuniones tradicionales.

Dos psicólogos consultados por Infobae ofrecieron claves para comprender qué hay detrás de este cambio de preferencias y cómo se resignifica el sentido de pertenencia en una fecha socialmente cargada de expectativas.

Motivos psicológicos y sentido de afinidad

De acuerdo con la mirada de Martín Wainstein, psicólogo clínico y director de la Carrera de Especialización de Psicología Clínica de Orientación Sistémica de la UBA, el hecho de priorizar a los amigos en el festejo de fin de año no necesariamente implica un rechazo a la familia. “Muchas veces expresa una búsqueda de afinidad emocional acorde al momento vital que se está viviendo en una celebración que tiene mucho peso social de ‘balance’”, comentó a Infobae Wainstein.

Esta búsqueda se vincula con la necesidad de compartir el cierre de ciclo con aquellas personas con las que se experimenta mayor cercanía emocional en ese momento específico, más allá de los lazos sanguíneos.

El bienestar emocional y la
El bienestar emocional y la autonomía personal impulsan nuevas formas de pasar las fiestas de fin de año (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, el especialista señaló: “Las reuniones familiares suelen estar cargadas de historia, conflictos preexistentes y también expectativas que a veces se frustran además de buenos recuerdos; en cambio, los amigos representan ‘la familia que uno elige’, vínculos más flexibles, donde la persona puede mostrarse con mayor espontaneidad”.

Así, el deseo de pasar Año Nuevo con amigos puede responder a la búsqueda de un espacio menos condicionado por el pasado familiar y más conectado con la identidad actual y los proyectos personales.

Los vínculos de amistad como familia elegida

“En la vida adulta, los amigos cumplen una función central como familia afectiva elegida, especialmente cuando se atraviesan cambios vitales, duelos, separaciones, migraciones o redefiniciones identitarias”, enfatizó Wainstein. Esta función cobra relevancia cuando las circunstancias personales invitan a redefinir los propios apoyos emocionales y a buscar entornos donde sea posible expresarse sin el peso de las historias familiares compartidas.

No hay una única motivación detrás de la decisión. “Puede tratarse del deseo de obviar tensiones, evitar conflictos si los encuentros familiares son conflictivos o emocionalmente demandantes”, según el psicólogo. Además, resaltó que esta tendencia tiene un “tinte de época: esquivar lo obligado y elegir lo deseado, celebrar desde el disfrute y no desde la obligación”. La flexibilidad en la elección de los vínculos para compartir las fiestas responde a una mayor autonomía y a la búsqueda del bienestar emocional.

Los amigos se consolidan como
Los amigos se consolidan como red afectiva elegida en momentos de cierre de ciclo (Imagen Ilustrativa Infobae)

En palabras de Wainstein, la decisión puede estar relacionada con “una búsqueda particular de un clima más acorde al momento vital (edad, proyectos, vínculos, estado emocional)”. “En jóvenes y, cada vez más, en adultos mayores, también aparece la idea de compartir con quienes se vive el presente, más que con quienes representan la historia personal”, agregó.

La tendencia en perspectiva: cambios en los lazos y en la familia

Marcelo Clingo, licenciado en psicología de la UBA y presidente de la Asociación de Psicólogas y Psicólogos de Buenos Aires, observó: “Optar por los amigos en Año Nuevo es una tendencia que viene creciendo en el último tiempo, ya diría, hace unos cuantos años”.

“De ninguna manera hay que verla como una cuestión patologizante o que implica algún tipo de conflicto mayor con lo familiar, sino que responde a que el espacio de amigos es un espacio, por lo general, más descontracturado y que ofrece un momento de encuentro sin mayores exigencias o cuestiones de rigideces o normativas o repeticiones de conflictos que suelen aparecer en los ámbitos familiares”, advirtió Clingo.

El psicólogo describió: “El espacio de amigos se presenta como un lugar de mayor libertad, de mayor posibilidades de expresiones sin, sin miradas, este, críticas o u observaciones o reproches que suelen aparecer en, en los ámbitos familiares”. De este modo, los amigos ofrecen un “lugar de alojamiento y de mayor libertad”.

La celebración de Año Nuevo
La celebración de Año Nuevo fuera del ámbito familiar ya no se asocia a conflictos, sino a elecciones vitales (Imagen ilustrativa Infobae)

Clingo vinculó este fenómeno con una transformación en la configuración familiar. “Aquella familia de veinte o treinta años atrás, que era como de una rigidez enorme, la cual era impensable la posibilidad de no estar en el momento tan significativo como la Navidad y el fin de año. Bueno, van apareciendo vínculos un poco más laxos que toleran que las familias también empiezan a aceptar que en un momento de la vida los jóvenes prefieren festejarlo y celebrarlo con amigos y ya no en el ámbito familiar, y eso no supone ninguna ruptura, ningún quiebre del lazo familiar, como por ahí sí hubiera significado unos cuantos años atrás”.

“En la mayoría de los casos, se trata de una elección razonable y esperable, especialmente en ciertos momentos del ciclo vital”. No se considera un indicador de malestar psicológico, salvo cuando la elección es una conducta sostenida por una evitación rígida acompañada de aislamiento, culpa intensa o un malestar persistente, aclaró Wainstein.

Además agregó: “Si la decisión es consciente, flexible y sin ruptura, suele reflejar autonomía emocional, capacidad de elegir y un concepto más amplio de la idea de familia, que hoy como sistema incluye vínculos más amplios que los consanguíneos”.

Esta postura fue compartida por Clingo, quien afirmó: “No hay que pensarlo como una quiebre del lazo familiar, sino como una lógica diferente, donde la familia se vuelve más flexible y, y tolera que, que haya otras ideas y otros lugares donde tramitar el fin de año. Así, la amistad se consolida como un espacio de menos exigencia, de menos conflicto, de menos repetición y nada, de disfrutar del inicio de año con un lugar más oxigenado”.