Punta del Este recibe otro año “de punta en blanco”: de dónde proviene la estética grabada en su ADN

Aunque es el color favorito del balneario uruguayo, pocos conocen que ese “dress code” tiene su origen en un famoso ritual afrobrasileño

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Punta del Este recibe otro
Punta del Este recibe otro año “de punta en blanco”: un guiño al Réveillon de Brasil y una estética grabada en su ADN / Foto: Álbum personal Valeria Mazza

Cada 31 de diciembre, Punta del Este repite la misma postal: hombres, mujeres y niños vestidos de blanco impoluto, participando -incluso sin saberlo- de un gran ritual colectivo, que aterrizó hace varias décadas directamente desde Brasil.

La tradición, con raíces afrobrasileñas e inspirada en Lemanjá, se arraigó tanto en el balneario uruguayo con gran impronta internacional que muchos eligen vestir de blanco, incluso, durante toda su estadía.

Rossella Della Giovampaola / Foto:
Rossella Della Giovampaola / Foto: Álbum personal

Algunos dicen que es el color con el que se sufre menos el calor, por eso buscan prendas de lino de alta calidad, mientras que otros también lo eligen para resaltar aún más su bronceado. Pero hay quienes buscan un sentido espiritual.

Lemanjá es una deidad de origen africano que es sumamente venerada en religiones afrobrasileñas, como el candomblé y la umbanda.

Punta del Este recibe otro año "de punta en blanco": de dónde viene esa tradición?

También llamada Yemanjá o Lemanjá, es considerada la diosa del mar, de la maternidad y la protección.

Cada 31 de diciembre, la deidad es invocada y celebrada en toda la costa de Brasil frente al océano Atlántico.

Patricia Della Giovampaola y Jean-Paul
Patricia Della Giovampaola y Jean-Paul Enthoven / Foto: Álbum personal

Así, durante la noche de Réveillon, millones de personas que llegan desde todas partes del mundo se visten de blanco y dejan ofrendas en el mar.

Barcas, figuras y coronas repletas de flores con velas se deslizan desde la orilla hacia mar adentro, con las que se busca agradecer la bonanza del año que se va y, sobretodo, se piden los deseos para el que comienza.

Cecilia Zuberbühler y Teresa Calandra
Cecilia Zuberbühler y Teresa Calandra / Foto: Álbum personal

Si bien la postal más conocida es la que se repite cada año en las playas de Copacabana, en Rio de Janeiro, el ritual se lleva a cabo en toda la costa de Brasil.

Adultos y niños de todas partes del mundo, vestidos de riguroso blanco, se quedan hasta el amanecer celebrando frente al mar. Bailan, cantan, rezan, lloran, comen, beben, gritan y ríen en una noche que recordarán el resto del año.

Ivana Figueiras /  Foto:
Ivana Figueiras / Foto: Álbum personal

La cercanía con Brasil y la cantidad de turistas de ese país que visitan Punta del Este, hicieron que ese ritual se instalara en la costa uruguaya, pero con su propio ADN: sin implicancias religiosas y apuntando a la estética de la celebración con su significado de renovación.

La elección del blanco en la vestimenta no es una decisión caprichosa, ya que es el color que resulta de la suma de todos y muchos creen que transmite positividad, representando nuevos comienzos.

Roxana Zarecki y Sebastián Bagó
Roxana Zarecki y Sebastián Bagó / Foto: Álbum personal

En líneas generales, el blanco remite a la limpieza, la pureza y la paz.

Quienes eligen este color para una fecha tan significativa, lo hacen con la convicción de que les facilitará librarse de lo negativo del año que se va, para un inicio lleno de esperanza, buenas energías y optimismo.

Evelyn Scheidl /  Foto:
Evelyn Scheidl / Foto: Álbum personal

En Punta del Este no hay ofrendas en el mar, ni ritos religiosos, pero los turistas desfilan por los pasillos de los hoteles vestidos de blanco y apurados por llegar a tiempo a la tradicional celebración.

Marina Achával /  Foto:
Marina Achával / Foto: Álbum personal

Ese “dress code” es requerido en las grandes fiestas que se realizan a puertas cerradas, a bordo de yates de lujo y en hoteles cinco estrellas.

Sin embargo, muchos ya adoptaron la costumbre por gusto propio y arman las valijas con la ropa blanca lista para el 31, aunque el plan sea simplemente una cena para dos en un restaurante, en el balcón de un apart o en la terraza de un hostel.