Mercedes Morán y la muerte de su mamá por coronavirus: “Fueron muy tristes las condiciones, no poder acompañarla”

A solas con Teleshow la prestigiosa actriz habla del éxito de “El Reino”, el temor a los fanatismos y el enfrentamiento con Ricardo Montaner por sus comentarios sobre “La Voz”

Compartir
Compartir articulo
Mercedes Morán: "Si nos quedamos sin planeta no va a haber dónde gozar de los derechos que hemos conseguido"

Está enamorada de la vida. Por la pandemia y porque todavía espera la segunda dosis de la vacuna, Mercedes Morán trata de no salir de la casa por trabajo, salvo que sea estrictamente necesario. Sin embargo, asegura que de alguna forma se las rebusca para tener sus “encuentros lindos” y sentirse menos sola. No porque tenga un problema con la soledad, aclara, sino para sumar alegría. “No lo sufro, me llevo bien conmigo misma”, resume.

Es indiscutible: Morán es una de las mejores actrices de la Argentina. Con personajes entrañables que quedaron sellados en la cultura nacional como Roxi en Gasoleros y Mónica Duarte en Guapas, protagonizó también clásicos del cine nacional como Luna de Avellaneda y La ciénaga, entre tantos otros. También tiene en stand by una prometedora interpretación de La Tota, la mamá de Diego Maradona en la serie sobre su vida, aún sin fecha de estreno.

Pero ahora es el turno de Elena Vázquez Pena, una pastora inescrupulosa, pieza clave en El Reino, el nuevo éxito de Netflix. Es la antítesis de Mercedes. Así y todo, puede encontrarle algunos puntos en común. “Ella también tiene causas por las que lucha. No son por las que yo lucho, pero sí puedo reconocerla como una defensora de principios. Se cree realmente una persona iluminada por su fe y, paradójicamente, es de una oscuridad brutal. Estas contradicciones que tienen los personajes son las que los hacen más vivos”, reflexiona.

Comprometida con el feminismo, Morán ha puesto el cuerpo y la palabra a la lucha de las mujeres en el país cada vez que lo creyó necesario. En esta entrevista con Teleshow, aborda la cuestión medioambiental con el mismo ímpetu. “A veces se generaliza y se dice que somos todos responsables. No: la mayor parte de la población es víctima de algunas decisiones. Los responsables, en este caso irresponsables, están envenenando el aire, talando los bosques, haciendo todo lo que no se tiene que hacer porque no se piensa en lo que viene”, denuncia.

"Disfruto mucho de mi soledad, por eso también creo que puedo disfrutar mucho de la compañía" afirma Mercedes Morán

—Tu personaje y la serie en sí tocan cuestiones de religión desde un aspecto muy fundamentalista. En alguna oportunidad hemos charlado sobre las posturas extremas y recuerdo una afirmación tuya muy contundente: “Los fundamentalismos de cualquier signo no me asustan, me dan terror”.

—En muchos aspectos voy cambiando mi manera de pensar pero en eso sigo pensando igual. Los extremos, los fundamentalismos, me dan mucho miedo, en general. Ahora sumo otro nuevo miedo que es el desastre ecológico que se nos viene encima.

—Te vi manifestarte por el acuerdo porcino. Venías trabajando mucho con Greenpeace, también. ¿La problemática ecológica en el mundo te tiene preocupada?

—Nos estamos olvidando del lugar donde soñamos poner en práctica las nuevas conquistas, los nuevos derechos, las causas históricas por las que trabajamos: si nos quedamos sin planeta no va a haber dónde gozar de los derechos que hemos conseguido. Me parece prioritario, tiene que ser política de estado. El cambio climático es algo que nos está hablando desde hace mucho tiempo. Por ahí esta pandemia horrorosa que estamos viviendo nos hace reflexionar un poco sobre esto. Una situación que te pide que vivas el presente pero en la que anhelás poder proyectar como nunca antes, tener un futuro e imaginar.

—¿Te vacunaste?

—Tengo una sola dosis de la Sputnik. Soy de las que están esperando la segunda o la combinación. Soy muy pro vacuna así que estoy acá, mirando todos los días. Por eso tampoco estoy yendo a hacer notas: hago todo el trabajo que puedo desde casa.

—¿Te preocupa que haya gente que no quiera vacunarse?

—Ojalá cuando ya tengamos todas las vacunas, como en algunos otros pocos países, no nos encontremos con que nos están sobrando vacunas como está sucediendo en algunos lados y tratando de convencer a la gente que no se quiere vacunar. Ojalá no suceda. Ojalá nos mostremos como un país pro vacuna. Es una decisión personal y son todas respetables. Son decisiones que abarcan al otro. Puedo no temerle a la enfermedad, pensar que por mi edad o por lo que fuera, si me llego a contagiar puedo sobrevivir tranquilamente, pero lo que nunca puedo manejar es el contagio que provoque y cómo lo puede llevar quien yo contagie. Entonces, fijate que todo lo que estamos hablando que emerge en este momento tan raro es tener en cuenta al otro. No se permite más un individualismo tan fuerte. No se aguanta.

—Cuando arrancó la pandemia parecía que íbamos a salir mejores. Hubo un clima de reconciliación que nuevamente se disolvió y volvemos a pelearnos por absolutamente todo.

—Muy lamentable. ¿Cómo no íbamos a pensar que ante un mal mayor y tan grande no íbamos a hacer causa común para enfrentarlo? Es increíble que puedan existir personas que utilizan esto para cuestiones personales, políticas, campañas. Fue un gran chasco. De todas maneras, es mucha más la gente que está de acuerdo en que tenemos que juntarnos, unirnos, pensar en el otro y vacunarnos y todo lo que conlleva para poder salir adelante. Ojalá esa gente se multiplique y se achiquen estas brechas horribles que en este momento duelen más que nunca.

Mercedes Morán sobre los realities: "Soy muy espectadora de esos programas, me divierten y los disfruto"

—¿Cómo viviste lo que pasó con las visitas a Olivos y con Flor Peña, particularmente?

—Le expresé públicamente mi solidaridad a Flor. Es lamentable. En esta sociedad tan patriarcal en los círculos de poder, sobre todo, aparecen estas manifestaciones impunemente. Está bueno que tengan un costo maltratar de ese modo. Está bueno que tenga un costo cualquier expresión violenta para con quien sea. Florencia puso en evidencia lo que es el pensamiento de algunos hombres con las mujeres que hacen actividades que están fuera de lo concebido para ellos. Sucede en todos los ámbitos. Si bien se han conseguido cosas y yo creo que no hay vuelta atrás, todavía hay mucha resistencia porque son miles de años de privilegios.

—Te peleaste con la familia Montaner. Publicaste un tuit durante una emisión de La Voz y Ricardo Montaner te dijo: “Dios te pague”.

—Fue una tontería que tuvo demasiada trascendencia. Quisiera dejarlo atrás. Fue una tontería, una pavada, ya lo expliqué.

—Explicaste que, en realidad, no te referías a la familia Montaner si no que hablabas de las familias de La Voz, en ese contexto.

—Somos un grupo de personas a las que nos encanta La voz. Nos juntamos a la noche de este modo para sentirnos un poco menos solas. Nos divertimos, lo tomamos con humor. Hay mucha gente que no nos conocemos. Ni me puse a seguir el hilo, que es interminable, para ver de dónde venía eso. Ni me acuerdo si era por Montaner, si era por la familia en general, si era por la familia de un participante. No me acuerdo.

—Ahora sabés que en la familia Montaner te admiran mucho como actriz.

—Lo supe y se lo agradecí, y le mandé un tuit diciéndole que está todo bien. O sea, fue un malentendido.

—El fanatismo por La Voz sigue.

—Sí. Mis preferidas son las chicas: Lali y La Sole. Pero no porque tenga nada en contra de nadie, sino porque son las chicas (risas).

—¿Te podemos llegar a ver en algún reality?

—Me han convocado. Sí, puede ser. Las veces que dije que no a esas convocatorias ha sido porque estaba trabajando. Soy muy espectadora de esos programas, me divierten y los disfruto. Así que si alguna vez se da, por supuesto, lo haré con respeto.

—¿Te imaginás cantando, bailando o cocinando?

—(Risas) Cocinando. Cantar y bailar no son mis fuertes.

—¿Cómo está el corazón? ¿Estás noviando, soltera, picoteando?

—Todo eso (risas). No estoy en pareja pero siempre estoy así, como enamorada. Nada estable pero soy una enamorada del amor. He estado mucho tiempo adentro, un año y medio, pero siempre las cosas de alguna manera se componen como para que podamos tener encuentros lindos y sentirnos menos solos.

—Sos una enamorada del amor. Te has casado unas cuantas veces y también convivencias largas que cuentan como casamientos.

—Casarme legalmente me casé dos veces. Convivencias largas, sí. Con las parejas que he tenido he convivido y han sido como cuatro o cinco.

—¿Descartás un nuevo casamiento?

—Sí (Risas).

—¿Un amor cama adentro?

—Una convivencia puede ser. Lo siento muy lejano. Disfruto mucho de mi soledad, por eso también creo que puedo disfrutar mucho de la compañía. No busco compañía para calmar ningún terror si no para sumarle alegría a la alegría que ya tengo en mi vida. Me siento realmente muy afortunada. Estoy muy rodeada de amor, más allá de que esté o no en pareja. He podido redefinir y valorar el amor en todas sus dimensiones. Tengo hijas, amigos, nietos, familia. Me entretengo conmigo misma. Disfruto de tener una casa para mí, de haber criado ya tres hijas que se han independizado. Así que todo lo que sea juego y encuentro divertido y amoroso, me encanta.

—¿Le perdonaste a Carlos Gandolfo que te haya dicho que no te dedicaras a la actuación?

—¡Uff! Hace años.

—Debe haber sido doloroso recibir esas palabras cuando uno se está formando.

—Muy doloroso, sobre todo porque realmente corrí el riesgo de no actuar más y me hubiera perdido de mucha felicidad. Por suerte estuve acompañada de gente que me hizo torcer esa idea. Lo perdoné como he perdonado a mis padres. Hay una edad en la vida donde una entiende. Ya no enjuicia y no es tan demandante con esas cosas.

—Gandolfo murió muy joven, tampoco es que pudiste volver a charlar el tema.

—Eso también pasa, y una empieza a entender que no siempre es necesario cerrar o terminar de elaborar algo que sucedió con el otro. A veces una lo elabora sola, su terapia. No siempre tenés la posibilidad. Una pareja que se terminó, alguien que partió... A mí me tocó elaborar la pérdida de madre en esta cuarentena y como todas las cosas, aún las más duras, siempre son un gran aprendizaje.

—Debe haber sido difícil pasar por una pérdida familiar en un momento tan complejo del mundo.

—Horrible. Sobre todo el no poder estar junto a las personas que se están yendo. No poder decirle todas las cosas que te quedaron pendientes. Aunque mi madre partió ya siendo una mujer muy mayor y me había tomado el tiempo de decirle todo, siempre tenés más ganas de decirle cosas. Acompañarla, poder tomarla de su mano. Fueron muy tristes las condiciones.

—¿Crees que hay otras vidas, que algo viene después?

—Creo que no somos solo materia y creo que lo que se termina con esta vida es la materia. Qué es lo que viene después, adónde va esa parte nuestra inmaterial, el alma, o adónde se queda o qué tipo de conciencia tiene, no lo sé. Pero creo que existe porque la siento, la percibo. Siento que no soy solo materia y solo cerebro.

Mirá la entrevista completa

SEGUIR LEYENDO: