Luciano Pereyra recordó una “accidentada” anécdota con Guido Kaczka por la que terminó en el quirófano: “Fue muy loco”

En su visita a PH, Podemos hablar, el cantante aseguró que tuvo que ser operado por un episodio que vivió con el conductor

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Luciano Pereyra recordó una “accidentada” anécdota con Guido Kaczka por la que terminó en el quirófano: “Fue muy loco”

Luciano Pereyra fue uno de los invitados de PH, Podemos hablar (Telefe) y recordó algunas anécdotas que quedaron en la historia de la televisión argentina. Entre ellas, rememoró la que vivió con Guido Kazcka cuando el conductor de Los 8 escalones del Millón le rompió los meniscos jugando a la pelota en una grabación.

“Estábamos grabando Pensionados (2004)-ficción de PolKa-, en exteriores, había una pelota de futbol y nos pusimos a jugar, medio brutos. Cuando Guido se da vuelta, me queda la rodilla en el aire y me rompió el menisco, y no pudimos terminar de grabar”, relató el reconocido cantante ante la atenta mirada de Andy Kustnetzoff y el resto de los invitados.

“Me terminó llevando él al sanatorio, me hicieron placas, radiografías y a la semana me tuvieron que operar”, contó. “¡No! Todo por pelotud... ¿Y qué le dijiste? ¿No le daba un poco de culpa a Guido?”, quiso saber Andy. En ese momento, Luciano destacó la preocupación que tuvo el conductor al asegurar: “Guido es un divino total, yo lo quiero mucho”.

“Fue muy loco porque estábamos por hacer la escena y seguíamos boluando con la pelota y cuando me quise acordar estaba en un solo grito porque me había roto el menisco. Horrible”, completó el artista

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Luciano Pereyra recordó una “accidentada” anécdota con Guido Kaczka por la que terminó en el quirófano: “Fue muy loco”
Luciano Pereyra recordó una “accidentada” anécdota con Guido Kaczka por la que terminó en el quirófano: “Fue muy loco”

En tanto, Guido también hizo referencia al hecho el año pasado en su programa. “Con Luciano Pereyra, una vez estábamos jugando a la pelota. Pero estábamos jodiendo. ¿Y saben qué? En realidad, jugábamos a que al que agarraba la pelota, el otro podía pegarle y sacársela. Era como fútbol con foul. Entonces estábamos los dos y nos dábamos patadas, nos dábamos patadas, nos dábamos patadas....”, empezó explicando el conductor.

Y luego recordó: “En un momento, (Pereyra) se cayó y empezó: ‘¡Ay, ay, ay!’ Lloraba Luciano. Yo digo: ‘¿Qué pasó?’. ‘No, no, no’, me decía. Y se le rompieron los meniscos”. Obviamente, todos en el piso se asombraron y quisieron saber cómo terminó la historia. Entonces, Guido continuó con su relato. “Nos fuimos de ahí directo al hospital. Yo no es que se los rompí. Estábamos jugando fuerte”, se justificó entonces Guido.

Luciano Pereyra también rememoró otro episodio que vivio con Gerardo Sofovich en la televisión y hasta el día de hoy muchos se lo recuerdan. “Me invitan a jugar al jenga, estábamos en las últimas piezas, saco una y ya el jenga medio que se movía. Gerardo que le temblaba un poco el pulso saca otra pero no se le cae. Yo me empecé a calentar mal, había un auto en juego”, contó Luciano para recrear el momento que se vivió hace muchos años el el clásico programa de Sofovich conducía por América los domingos por la noche.

“Cuando estoy por poner la pieza, el jenga se va para el costado y de la bronca le pego una piña. Sale un jenga disparado y le pego en la frente a Gerardo”. La reacción de Sofovich, según señaló Pereyra: “Me dice: ‘me mataste, querido’ y ahí dije: ‘Qué hice’. Los técnicos y el control estaban todos tapándose la cara, me quería morir. Aparte le salía sangre”. Sin embargo, Luciano aseguró que luego del episodio cada vez que se veían hablaban del hecho y se reían, a la vez, reconoció que “Gerardo era un amor”.

Tiempo atrás, en una charla con Teleshow, Luciano pereyrahabía revelado cómo transitó la cuarentena durante el 2020. “Hubo momentos muy buenos de felicidad, de disfrutar y momentos muy tristes, muy duros, sobre todo siendo una persona que estoy muy acostumbrada a los viajes, a estar constantemente de un lado para el otro”, aseguró. “Prácticamente estuve durmiendo casi un año en mi casa, cosa que nunca me ocurrió en mi vida, de manera cotidiana todos los días. Entonces fue muy loco, pero fue una adaptación, de aprendizaje, de domar o entrenar la paciencia y tratar siempre de mantener hasta donde se podía el equilibrio”, completó.

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