Un hombre de 36 años fue arrestado en la ciudad santafecina de Granadero Baigorria luego de un allanamiento realizado por una causa de abuso sexual. Al ingresar al domicilio, los agentes encontraron a una mujer con visibles golpes en su cara, quien manifestó estar secuestrada.
En el procedimiento trabajó personal del Área de Investigación de Violencia de Género, Sexual y Familiar de la Policía de Investigaciones (PDI), quienes asistieron inmediatamente a la víctima, de 33 años. De acuerdo con la información oficial, tenía un hematoma en el ojo izquierdo y refirió haber sido agredida por el hombre el último domingo.
El procedimiento se llevó a cabo este jueves en una vivienda ubicada en Catriel al 600 del barrio Martín Fierro, según consignó el medio local Rosario3, a partir de una orden emitida por la fiscal Georgina Cherara, de la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual.
Los agentes se presentaron en el domicilio y, tras no obtener respuesta al llamado en la puerta, irrumpieron utilizando un ariete. En el interior de la vivienda localizaron a C. V., quien era buscado por una investigación de abuso sexual con acceso carnal. Además, secuestraron dos teléfonos celulares, los cuales serán sometidos a peritajes en el marco de la causa.
Por su parte, la mujer secuestrada en el inmueble relató que el sospechoso le había clonado su dispositivo móvil y que desde entonces no había podido volver a salir, ni tampoco comunicarse con su familia, aunque no se informó desde cuándo estaba secuestrada. En su declaración ante los agentes, aseguró que estaba bajo amenazas de muerte.
El acusado fue trasladado a una dependencia policial, quedando a disposición de la Justicia mientras continúan las actuaciones relacionadas con la investigación inicial de abuso sexual y la nueva causa que podría sumarse por lesiones y violencia de género.
Lo detuvieron por abuso y encontraron que tenía otra víctima en su casa
A fines de agosto, un caso con tintes similares se dio en la ciudad de Mar del Plata. Un hombre de 41 años fue detenido en el marco de una causa por explotación sexual y privación ilegítima de la libertad, y durante el operativo realizado en el Complejo SOIP, agentes de la policía bonaerense hallaron en el domicilio a una joven de 23 años que se encontraba cautiva y era una de las principales víctimas del sospechoso.
La mujer fue rescatada y quedó bajo resguardo sanitario, tras relatar que el detenido la había obligado a prostituirse, grabado imágenes de cuando era sometida, y le tatuó las iniciales de su propio nombre en distintas partes del cuerpo. La investigación comenzó en julio de este año a partir de denuncias de vecinos, quienes alertaron por la presunta retención de mujeres en el domicilio del imputado.

A raíz de estos informes, la Justicia dispuso tareas de vigilancia y observación encubierta, que permitieron constatar que el investigado, identificado como U. F., ejercía violencia física, profería amenazas y utilizaba drogas para someter a las mujeres. Los seguimientos comprobaron además que el sospechoso trasladaba a las víctimas en una camioneta Volkswagen Amarok a distintos domicilios, donde las obligaba a ejercer la prostitución y se quedaba con parte de las ganancias, detallaron voceros judiciales.
Bajo la coordinación del fiscal Emiliano Fortunato, y con las pruebas reunidas, la Justicia libró dos órdenes de allanamiento y una de detención. Durante el operativo, encabezado por la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos y de la Dirección contra el Crimen Organizado, el imputado fue encontrado en el domicilio con la víctima. También se secuestraron elementos vinculados a la causa, como un teléfono celular, dos balanzas de precisión, una notebook, un objeto de estimulación sexual, una máquina de tatuar con numerosas agujas y un cuadro adaptado para ocultar una cámara.
Incluso hallaron un dispositivo de almacenamiento digital, que fue examinado días después, arrojando datos estremecedores. Se trataba de un pendrive que se encontraba conectado a un televisor de 75 pulgadas, el cual permitió detectar la existencia de más de 200 archivos de abuso sexual infantil.
Según el testimonio de una de las víctimas y los datos recopilados por el Ministerio de Justicia bonaerense, el detenido ejercía control y sometimiento físico y psicológico sobre al menos tres mujeres adultas. La joven rescatada declaró que la marcó con tatuajes forzados: la letra “F” en la zona pélvica y las iniciales “F” y “U” en los glúteos, asociadas al nombre del agresor. El imputado, con antecedentes penales por robo, abuso sexual agravado y lesiones, quedó alojado en la Unidad Penal N° 44 de Batán.
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