En las últimas horas, detectives de elite de la División Homicidios de la Policía Federal allanaron el centro de rehabilitación para adictos Estrella de Belén, ubicado en la calle Lima, zona de Tortuguitas. Buscaban a un paciente del lugar, Jonathan Alberto Maciel, de 33 años. Allí, lo encontraron y lo arrestaron por uno de los delitos más aberrantes de los últimos tiempos: crear un plan junto a una banda de delincuentes para usurpar el departamento de un hombre de 52 años, vecino de Flores, que vive con retraso madurativo.
Para lograr su propósito, la banda violó y humilló a la víctima.
El hecho ocurrió en octubre de 2023. La víctima vivía en un inmueble ubicado en la zona de Juan B. Justo y Nazca. Tras ser echado de su domicilio, llegó a la casa de su hermano, al que le relató todo lo que sufrió. Entonces, el hermano decidió presentar la denuncia, que derivó en un pedido de captura motorizado por la UFECRI, el área de búsqueda de prófugos de la Procuración a cargo del fiscal José Campagnoli.
Maciel, según confirmaron fuentes del caso a Infobae, es uno de los acusados de cometer estos presuntos abusos, practicados con objetos introducidos en la víctima, escenas denigrantes. No solo eso: de acuerdo a la acusación, la banda lo orinó en el baño del departamento para luego echarlo del lugar bajo amenazas.
Hay otra detenida en el caso, una mujer que cumplió un rol específico: fue una agente plantada por la banda, una falsa novia que rodeó a la víctima hasta ganarse su confianza, la clave para abrirle la puerta a Maciel y al resto. Los otros sospechosos que fueron parte del plan, al menos dos, por lo pronto, no fueron identificados.
Encontrar a Maciel -que en 2021 fue reportado como desaparecido por su familia, con un pedido de búsqueda difundido por la Policía de la Ciudad- se volvió un desafío, que la UFECRI comisionó a la División Homicidios, con detectives expertos en el rastreo de personas. Se descubrió que la familia del acusado era oriunda de Wilde. Allí, mediante tareas de campo, se obtuvo un dato fundamental: el padre del prófugo, que trabajaba en su casa administrando un taller de chapa y pintura, además era pastor en una iglesia evangélica de Avellaneda.
La actividad del pastor Maciel en redes sociales era particularmente intensa, con prédicas en radios de streaming. Esa actividad del pastor, precisamente, llevó al centro de rehabilitación de Tortuguitas, donde Maciel se ocultaba. El lugar, descubrió la PFA, estaba regenteado por otro pastor ligado a Maciel padre.
El centro de rehabilitación, precisamente, cometió el error que llevó a capturar a Jonathan. Semanas atrás, publicó un video de sus actividades, donde se veía al acusado. Una pericia biométrica llevó a un match y al allanamiento ordenado por la Justicia.
Allí, descubrieron que Maciel se había afeitado su característica barba y se había teñido de rubio, con varios kilos por encima de su peso usual.
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