Neuroinflamación: señales de alerta y cómo cuidar el cerebro en todas las etapas de la vida

Más de 600 enfermedades la tienen como denominador común. Este proceso, que implica inflamación del tejido cerebral, afecta la salud mental y guarda relación directa con el envejecimiento. Cuáles son sus signos y cómo ayudar a revertirla, según los expertos

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La neuroinflamación es una respuesta
La neuroinflamación es una respuesta inmunológica del cerebro que puede pasar inadvertida pero está implicada en el desarrollo de más de 600 enfermedades cerebrales, según organismos internacionales (Imagen Ilustrativa Infobae)

La neuroinflamación es la respuesta inmunitaria del cerebro ante lesiones, infecciones o enfermedades y se la ha identificado como un factor común en más de 600 enfermedades cerebrales, según la American Brain Foundation.

Aunque este proceso es esencial para la reparación de tejidos, puede resultar difícil de detectar y, cuando se vuelve crónico, representa un riesgo para la salud cerebral en todas las etapas de la vida. Reconocer sus señales de alerta y adoptar estrategias de cuidado del cerebro es fundamental para prevenir y reducir su impacto.

El doctor Jorge Correale, jefe del Departamento de Neurología y jefe de Neuroinmunología de Fleni (MN 63.902) explicó a Infobae que la neuroinflamación "es una reacción del sistema de defensa del propio sistema nervioso, o bien de las células inflamatorias circulantes, que pueden penetrar en el sistema nervioso".

¿Por qué se produce? Esto ocurre, explicó el doctor, cuando estos grupos celulares se activan para responder a una agresión, como una infección, el estrés prolongado o un trauma de cráneo. “En condiciones normales, esta respuesta es útil y protectora. El problema aparece cuando la inflamación se mantiene en el tiempo o es muy intensa. En ese caso, el cerebro no funciona de manera óptima“, advirtió.

Expertos advierten que la inflamación
Expertos advierten que la inflamación crónica del cerebro afecta procesos como la memoria, el aprendizaje y el ánimo, y puede asociarse a síntomas como fatiga, alteraciones emocionales y niebla mental (Imagen Ilustrativa Infobae)

El doctor señaló que cuando el cerebro está inflamado durante mucho tiempo, pueden presentarse básicamente dos fenómenos condicionados por la inflamación:

  1. Se altera la comunicación entre las neuronas.
  2. Cambia el equilibrio de sustancias químicas que regulan el ánimo.

Como consecuencia, se pueden afectar los procesos de aprendizaje y memoria: “Por ello, la neuroinflamación se ha relacionado con depresión y ansiedad, problemas de memoria y concentración, fatiga mental y mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas” dijo Correale.

Y completó: “Sin embargo, debe mencionarse que no en todas las condiciones patológicas la neuroinflamación es la causa, sino que en ocasiones es consecuencia. El proceso de alteración del ánimo, memoria o aprendizaje se produce por un proceso intrínseco del cerebro que condiciona secundariamente un proceso inflamatorio".

El proceso inflamatorio cerebral puede
El proceso inflamatorio cerebral puede tener diferentes causas: infecciones, traumatismos, estrés o enfermedad metabólica. Identificar las señales es clave para la prevención y el cuidado - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por su parte, el doctor Matías Alet, neurólogo, director de Neurología de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública (FISP) explicó a Infobae que así como el cuerpo activa mecanismos inflamatorios frente a una agresión, el sistema nervioso también puede activar una respuesta inmunológica local para protegerse y reparar.

"En el corto plazo, esto puede ser útil. El problema aparece cuando esa respuesta se vuelve excesiva, prolongada o se mantiene ‘encendida’: en esos casos puede interferir con el funcionamiento de redes neuronales que regulan el ánimo, el sueño, la energía, la atención y la memoria".

La American Brain Foundation afirmó que a diferencia de la inflamación visible que se produce en la piel, los indicadores de inflamación cerebral no pueden percibirse directamente.

Por ejemplo, si una persona se hace un corte en el dedo, puede sentir dolor, calor e hinchazón en la zona, debido a que las células inmunitarias neutralizan bacterias extrañas u otras infecciones y reparan el tejido. En ese momento, la inflamación es un proceso de curación positivo. Esta curación también ocurre en el cerebro, explicó la American Brain Foundation y se denomina neuroinflamación".

La neuroinflamación puede responder a
La neuroinflamación puede responder a una agresión, como una infección, el estrés prolongado o un trauma de cráneo (Imagen Ilustrativa Infobae)

El doctor Alet afirmó que en cuanto al vínculo entre la salud mental y la cognición, la inflamación puede estar relacionada con síntomas depresivos, ansiedad, irritabilidad, fatiga persistente y dificultades cognitivas, especialmente en determinados subgrupos de personas.

“Esto no significa que la depresión o la ansiedad sean solo ‘inflamación’, ni que exista una causa única. Más bien, se trata de un fenómeno que puede actuar como factor contribuyente, interactuando con estrés crónico, sueño de mala calidad, sedentarismo, enfermedades metabólicas y, en algunos casos, con procesos neurológicos o neurodegenerativos. La idea clave es que el cerebro y el cuerpo se comunican constantemente, y la salud cerebral depende mucho del equilibrio general del organismo", destacó.

Según la American Brain Foundation el alcance de la neuroinflamación es amplio. Se encuentra implicada también en enfermedades como el Alzheimer, Parkinson, Huntington, esclerosis múltiple, encefalitis, accidente cerebrovascular, esclerosis lateral amiotrófica, esquizofrenia, tumores cerebrales, epilepsia, migrañas, miopatía, neuropatía, meningitis, dolor crónico y afecciones cerebrales asociadas a la COVID-19.

Estas patologías afectan al 60% de la población de Estados Unidos y a al menos 3.000 millones de personas en todo el mundo, comprometiendo funciones esenciales como el pensamiento, el habla, la emoción y el movimiento.

Cómo se produce la neuroinflamación

El envejecimiento cerebral y la
El envejecimiento cerebral y la neuroinflamación comparten múltiples mecanismos, y los daños pueden acumularse a lo largo del tiempo (Imagen Ilustrativa Infobae)

La American Brain Foundation indicó que en el sistema nervioso central, cerca del 70% de las células no son neuronas, sino células gliales. Entre ellas, la microglía y los astrocitos reactivos desempeñan un papel clave en la respuesta inmunitaria cerebral. Los astrocitos son las células más abundantes del cerebro, responsables de regular la comunicación entre neuronas y contribuir al mantenimiento de la barrera hematoencefálica, definió la Universidad Johns Hopkins.

La microglía actúa como centinela ante lesiones o infecciones, mientras que los astrocitos regulan el flujo sanguíneo y los niveles químicos para favorecer la curación. Si la respuesta inmunitaria inicial no logra eliminar la amenaza, estas células desencadenan una reacción más intensa, que puede derivar en neuroinflamación crónica.

El envejecimiento cerebral está estrechamente vinculado a la neuroinflamación. El doctor David Dodick, expresidente de la Junta Directiva de la American Brain Foundation, señaló en un artículo de la American Brain Foundation que “la inflamación provoca el envejecimiento de las articulaciones, los músculos, el corazón y el cerebro”.

Según Dodick, cuando el sistema inmunitario se desregula o se activa en exceso, el tejido cerebral normal queda expuesto a daños. “Piénselo como ‘envejecimiento inflamatorio’: envejecimiento causado por la inflamación. Las conexiones cerebrales se afectan. Al principio puede que no lo note, pero con el tiempo sí”, advirtió.

Las señales de alerta de la neuroinflamación

Identificar síntomas como niebla mental,
Identificar síntomas como niebla mental, irritabilidad y disminución del rendimiento cotidiano es fundamental para actuar a tiempo y consultar al médico (Imagen Ilustrativa Infobae)

El doctor Correale explicó que la neuroinflamación no tiene un solo síntoma claro, sino un conjunto de señales que suelen aparecer juntas: “Dificultad para concentrarse, olvidos frecuentes, sensación de ‘mente lenta’ o confusa. En la época del COVID-19, cuando los casos eran prolongados, se denominó a este síntoma como niebla mental".

Y completó: “A nivel emocional puede presentarse tristeza persistente, ansiedad o irritabilidad y falta de motivación. Por supuesto, puede tener un impacto físico caracterizado por cansancio persistente, dificultades para conciliar el sueño, o dolores de cabeza”.

Por su parte, el doctor Alet destacó que muchas manifestaciones son inespecíficas y pueden deberse a diferentes causas. “Aun así, hay señales que conviene reconocer, especialmente si son nuevas, persistentes o progresivas”.

A las citadas por el doctor Correale agregó: “Fatiga persistente, cambios del ánimo (irritabilidad, ansiedad, apatía o tristeza), insomnio o sueño no reparador, cefaleas nuevas o con un patrón diferente, menor tolerancia al estrés, baja en el rendimiento cotidiano (trabajo/estudio), y en algunos casos síntomas neurológicos asociados (por ejemplo, torpeza, inestabilidad, cambios sensoriales), que siempre requieren evaluación más rápida”.

Qué hacer para revertir la neuroinflamación

Dormir bien, evitar el consumo
Dormir bien, evitar el consumo de tabaco y alcohol, y realizar controles médicos periódicos son medidas recomendadas por los especialistas para prevenir daños neurológicos asociados a la neuroinflamación (Imagen Ilustrativa Infobae)

El punto central es que la neuroinflamación no es un diagnóstico único, sino un proceso que puede tener distintas causas. Por eso, el primer paso siempre es buscar el origen, remarcó el doctor Alet. En paralelo, recomendó seguir medidas de estilo de vida que, sostenidas en el tiempo, favorezcan un entorno más “antiinflamatorio” y protector del cerebro.

Recomendaciones de los expertos:

  1. Realizar actividad física regular: no es necesario que sea intensa: caminar, nadar o andar en bicicleta es suficiente.
  2. Sueño suficiente y ordenado.
  3. Manejo del estrés: rutinas, actividad al aire libre, técnicas de respiración/relajación.
  4. Si fuera necesario recurrir a la ayuda psicológica.
  5. Alimentación sana: preferir la dieta mediterránea, con frutas, verduras, legumbres, pescado, frutos secos y aceite de oliva; evitar los ultraprocesados y el exceso de alcohol.
  6. Evitar el tabaquismo.
  7. Control de la salud general consultando al médico si los síntomas son persistentes. Chequeo de factores que dañan vasos y cerebro: presión arterial, glucosa, colesterol, peso, y evitar el tabaco.

Cómo cuidar el cerebro en todas las etapas de la vida

La actividad física, una dieta
La actividad física, una dieta saludable, buen descanso y control del estrés son estrategias recomendadas para reducir el riesgo de neuroinflamación y proteger la función cerebral en todas las edades (Imagen Ilustrativa Infobae)

El doctor Alet señaló que cuidar el cerebro es, en gran medida, cuidar hábitos cotidianos y el entorno en el que ese cerebro vive.

  • En la infancia y niñez, lo más protector es asegurar sueño, buena nutrición, actividad física, juego, estimulación y prevención de traumatismos.
  • En la adolescencia, además de sostener esos pilares, cobra especial importancia el sueño, la salud mental, el manejo del estrés, los vínculos y evitar sustancias nocivas.
  • En la adultez, el gran mensaje es simple: lo que cuida el corazón, cuida el cerebro. Controlar presión, azúcar y colesterol, moverse con regularidad, comer mejor y sostener vida social y desafíos cognitivos (aprender, leer, entrenar habilidades) son medidas concretas.
  • En adultos mayores, se suman prioridades como mantener fuerza y equilibrio (para prevenir caídas), revisar audición y visión, evitar aislamiento, y sostener controles médicos para ajustar la medicación y los riesgos vasculares. Detectar a tiempo cambios en memoria o estado de ánimo y consultar al médico.

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