Michael Myers, Freddy Krueger y Ghostface forman parte de la legión de enmascarados asesinos que conforman el género slasher, un universo cinematográfico donde un psicópata despiadado juega al gato y al ratón con adolescentes, eliminándolos uno a uno. En este caldo de cultivo del horror, el último original español de Netflix, El club de los lectores criminales intenta revitalizar la escena con un filme repleto de autorreferencias y guiños a clásicos como Scream y Sé lo que hicieron el verano pasado.
Ambientada en la Universidad Complutense de Madrid, la película sigue a un club de lectura obsesionado con la literatura de terror. Cuando una de sus miembros, Ángela, sufre el acoso de un profesor, el grupo orquesta un plan de represalia que acaba con una muerte no premeditada.

Un pacto de sangre después, los ocho involucrados prometen guardar silencio hasta la eternidad. Sin embargo, en un grupo tan numeroso, el secreto está destinado a desmoronarse. A partir de aquí, enfrentarán la persecución de un payaso desquiciado que promete acabar con ellos en las situaciones menos esperadas.
Terror intelectual
Basada en la novela homónima de Carlos García Miranda y dirigida por Carlos Alonso-Ojea (Los inocentes), la película incorpora la literatura en el acecho mortal mediante enigmas con referencias a autores y obras célebres, haciéndole honor a su título con personajes como la introvertida Ángela, el intelectual Sebas, la bibliotecaria Eva, entre otros miembros; cada uno con sus propias manías y secretos.

El elenco de jóvenes actores están integrados por Veki Velilla (Anclados), el influencer Álvaro Mel; la protagonista de la temporada 7 de Élite, Ane Rot; Priscilla Delgado (Los protegidos), Iván Pellicer, Carlos Alcaide, Hamza Zaidi y María Cerezuela.
“Lo interesante sobre esta historia es que somos un grupo de amigos que se llevan bien y a raíz de un detonante, empiezan a suceder las muertes. Ellos comienzan a investigarse entre ellos y dudar unos de otros sin pensar que el asesino puede estar fuera. Más allá del gore, el punto fuerte es la tensión psicológica”, aseguró Velilla en entrevista con El Periódico.

Hasta el momento, las críticas que ha recibido son mixtas debido a su ritmo y desarrollo de personajes. El intento por añadir capas de crítica social, como el movimiento #MeToo y el asalto sexual, quedan suspendidos por su exploración superficial, haciendo que “haya destellos de sangre pero sin audacia debajo”, según la revisión de Collider.
Esta es la primera vez que el cine español experimenta con el género, por lo que a pesar de sus fallos, es un experimento digno de mención. El club de los lectores criminales está disponible en el catálogo de Netflix.
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