“Matrix Resurrecciones”: nueva perspectiva, ambiciosa como siempre y con la química de sus protagonistas intacta

Lana Wachowski decidió hacer una nueva Matrix para sanar sus heridas y dar su visión del mundo actual. También se burla de la industria del entretenimiento actual y de la nostalgia. Una película que dividirá al público y la crítica

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"Matrix Resurrecciones" vuelve a mostrar la intensidad que caracteriza a las producciones de las Wachowski.

“Lo único que te importa todavía está aquí” se escucha en uno de los tráilers con la voz de Yahya Abdul-Mateen II, el nuevo Morfeo (antes interpretado por Laurence Fishburne). La frase bien podría ser para cualquiera de los actores, Keanu Reeves o Carrie-Anne Moss, pero también para la directora, Lana Wachowski. En una entrevista reciente con Infobae, ambos protagonistas dejaron en claro que para volver a Matrix no hizo falta demasiada negociación ni convencimientos por parte de la directora: para ellos es como estar en familia. Para Lana, que decidió hacer la película sola, sin su hermana Lili, Resurrecciones era su oportunidad de volver a un momento feliz.

Con la intensidad que caracteriza a las producciones de las Wachowski, Matrix Resurrecciones es un film que, a diferencia de los anteriores, pone especial atención en reírse de sí misma y se burla del valor de la nostalgia. También juega más a fondo con temas como el amor, la toma de decisiones, el peligro de las redes sociales, pero en especial se burla de muchas situaciones dentro de la industria del entretenimiento actual. Consciente de su valor e importancia en las últimas dos décadas (por cualidades técnicas, los temas que abordó y cómo lo hizo), juega con eso de manera muy inteligente y provocativa. Si hay algo que queda claro es que la película no conformará a todos, sino que dividirá a la crítica y a los espectadores por igual.

Matrix Resurrecciones comenzó a dar vueltas por la cabeza de Lana Wachowski hace menos de una década, pero en una etapa muy difícil de su vida: cuando perdió a sus padres. Lana contó en varias oportunidades que ellos fueron su sostén emocional en la adolescencia y, debido a su buena relación, sufrió mucho su muerte. Ese dolor llevó a pensar en Neo y Trinity, su otra pareja favorita. De ahí la idea de volver a Matrix y la base de lo que sucede en este nuevo capítulo: segundas oportunidades. Para todos los protagonistas, incluso para aquellos que llevan diferentes rostros y cuerpos.

La película es consciente de su valor e importancia en las últimas dos décadas y juega con eso de manera muy inteligente y provocativa.

La película comienza con el personaje de Jessica Henwick, Bugs, explorando la Matrix (en realidad algo más complejo que solo la Matrix) y allí descubre que Morfeo existe. No el mismo que la trilogía original, pero Morfeo al fin. Y tiene una misión: encontrar a Neo. Que encarna esas segundas oportunidades en las que pensó la directora: el Neo de Matrix Resurrecciones vive una, luego de intentar suicidarse. La sinopsis amplía:

Un mundo de dos realidades: una, la vida cotidiana; la otra, lo que hay detrás. Para descubrir si su realidad es una construcción física o mental, para conocerse verdaderamente a sí mismo, el señor Anderson tendrá que elegir seguir al conejo blanco una vez más. Y si Thomas... Neo... ha aprendido algo, es que la elección, aunque es una ilusión, sigue siendo la única forma de salir o entrar en la Matrix. Por supuesto, Neo ya sabe lo que tiene que hacer. Pero lo que aún no sabe es que la Matrix es más fuerte, más segura y más peligrosa que nunca. Déjà vu.

Describir los sucesos de la película y las relaciones de los personajes (de la primera trilogía y los nuevos integrantes) podría ser perjudicial para quienes todavía no la han visto. Matrix siempre fue sorpresiva, ambiciosa y provocativa, y lo sigue siendo: por eso es mejor guardar la mayor cantidad de secretos posibles. Lo que sí se pueden describir son los puntos a favor y en contra, notables en la mixtura de eventos, sucesos y lecturas que se ofrece al público.

"Matrix Resurrecciones" no conformará a todos, sino que dividirá a la crítica y a los espectadores por igual.

Entre los puntos a favor, imposible discutir el nuevo rumbo encontrado por su directora en la primera parte de la película: se ríe de todo lo que construyó con su trilogía. Incluso más allá de Matrix, se mete con el estado actual de la industria del entretenimiento, del cual es hija Resurrecciones. También se ríe de la forma en la que nos comunicamos hoy: era inevitable que un agregado a la franquicia diera su perspectiva sobre redes sociales, bots, fake news y demás. Pero sobre todas las cosas critica el poder de la nostalgia, lo cuestiona más allá de conocer su propia naturaleza. Ese es el valor más importante de esta Matrix.

Otro elemento a destacar es la acción. Aunque por momentos no innova en sus técnicas, como sí lo hizo en el pasado, la efectividad es envidiable. La última escena, la persecución, está a un nivel altísimo respecto a otras películas de ciencia ficción. También en todas las de artes marciales y combate cuerpo a cuerpo, algo que marcó un precedente y un faro a seguir allá por fines del siglo pasado. Dato a destacar: el mismísimo Chad Stahelski, director de la primera John Wick y parte del equipo de stunts de la Matrix original, tiene un pepel como esposo de Tiffany (Carrie-Anne Moss).

El regreso de la saga más influyente en la ciencia ficción de los últimos 20 años volvió también con sus puntos más oscuros: abusa constantemente de sus recursos, no resigna parte de su fórmula (al contrario, la exprime pero con mal tino) y por momentos se convierte en algo que ya vimos hace mucho tiempo. Pierde fluidez, es contradictoria constantemente y el tono irónico que usa en varios diálogos se siente forzado en ocasiones. Eso también fue y es Matrix.

La cuarta película repite la gran química de Neo y Trinity, personajes originales de la franquicia. (Warner Bros.)
La cuarta película repite la gran química de Neo y Trinity, personajes originales de la franquicia. (Warner Bros.)

Sobre el elenco, la gracia de esta nueva Matrix era el reencuentro de todos los personajes. Aunque las ausencias de Lawrence Fishbourne y Hugo Weaving se hicieron sentir en las escenas con nostalgia predominante, Keanu Reeves y Carrie Anne-Moss dieron el sí inmediatamente y dotaron a Resurrecciones de la química necesaria para encarar la cuarta entrega. Las adhesiones de Jessica Henwick, Jonathan Groff, Yahya Abdul-Mateen II, Neil Patrick Harris y Priyanka Chopra Jonas sumaron. Pero evidentemente el espíritu primario de esta historia —sobre todo por el valor que se le da a Trinity— fueron sus dos protagonista. Sin ellos, no debería haber Matrix.

Consciente de su historia y trascendencia, Matrix Resurrecciones es una película que decidió usar ese poder en una narrativa más centrada en el amor y en las relaciones, más adulta, pero tomando todos los elementos que la convirtieron en lo que es para dar una nueva perspectiva del mundo actual. Más cerca de las redes sociales, de las fake news, y aun así en búsqueda constante de ese lugar donde fuimos felices. Si tendrá éxito o no, dependerá de muchas variables; pero lo cierto es que Neo y Trinity no son una fantasía ni una simulación: están entre nosotros y quizá, algún día, regresen para un nuevo episodio.

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