El Gobierno mostró buen humor y renovada confianza en la jura de los ministros

Aplauso especial para Juan José Aranguren, "el Remes Lenicov del macrismo"

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Además de descartar nuevos aumentos, por encima de lo acordado, el nuevo ministro de Energía, Javier Iguacel, explicó a los periodistas que le "tocó vivir (la catástrofe) desde el mundo privado, la desinversión era absoluta, si hubiéramos hecho las cosas bien hoy estaríamos exportando y tendríamos tarifas más acordes a los bolsillos, pero lamentablemente no fue así, por eso no fue así".

Minutos antes, cuando el Presidente le agradeció a Juan José Aranguren el esfuerzo realizado, destacando que "le tocó bailar con la más fea", el funcionario saliente fue aplaudido con fervor por el auditorio que colmó el Salón Blanco, tal vez el reconocimiento que nunca tuvo en los dos años y medio de compleja gestión.

"Fue el Jorge Remes (Lenicov) de Mauricio Macri", dijo un empresario que fue testigo de esos primeros meses de la gestión de Eduardo Duhalde como presidente provisional, recordando el trabajo sucio que le tocó hacer al primer ministro de Economía después del default.

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El cambio de Dante Sica por Francisco Cabrera es más sencillo de digerir adentro y afuera del Gobierno. No solo porque el renunciante ministro de la Producción continuará en el Gobierno, al frente del BICE, sino porque buena parte de su equipo continuará en el Ministerio. Pero, más que nada, porque la experiencia del funcionario entrante en la economía real y la facilidad para moverse entre los códigos de la política industrial, que su antecesor claramente no manejaba, le auguran buenos tiempos.

"Tiene ADN peronista, eso le va a facilitar el diálogo con todos, aun con los no peronistas", comentó un funcionario que conoce las dificultades de hacerse entender un mundo al que le cuesta aceptar los cambios.

En sus primeras declaraciones, Sica dijo que Producción "es una cartera que viene trabajando fuerte en una agenda de competitividad, tenemos que seguir trabajando en ese sentido". También reconoció que está estudiando algunas medidas de corto plazo para atender la coyuntura, a la que volvió a definir como "difícil en los próximos meses, pero con buenas expectativas para el crecimiento futuro".

Y agregó que "Argentina tiene un gran desafío por delante que es poner el norte en la mejora de competitividad, en todo el entramado productivo, en los que son competitivos y los que no, sobre todo el sector pyme, que son los grandes generadores de empleo en nuestro país".

El nuevo ministro de la Producción también reconoció que estuvo trabajando con la Oficina de Anticorrupción para ponerse a tono con las exigencias de la ley en materia de conflictos de intereses, y ratificó que vendió sus acciones en la consultora ABECEB.

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El Salón Blanco estuvo especialmente colmado. Se lo vio a Gustavo Weiss, presidente de la Cámara de la Construcción, Daniel Funes de Rioja, presidente de la COPAL, Jaime Campos, titular de la Asociación Argentina de Empresarios. También a los economistas Lisandro Barry y Carlos Leyba, y al diputado nacional Eduardo Amadeo, también economista. Los tres, amigos de profesión y militancia con Sica en otros tiempos.

Martín Etchegoyen, ex secretario de Industria, también estaba entre el público. Y el actual secretario de Comercio, Miguel Braun. Un dato que llamó la atención es la buena sintonía entre la vocera del saliente Cabrera y la vocera del entrante Sica, que miraron juntas el evento.

El Presidente dijo que estaban presentes los ex secretarios de Energía, pero Infobae confirmó que no estuvo ninguno. "No nos invitaron", fue la explicación, "quizás por el apuro". Por otro lado, Macri arrancó el evento una vez terminado el partido de Francia con Perú.

El gabinete nacional estaba completo. Solo se sintió la ausencia de Luis Caputo, hasta hace días habitual en este tipo de ceremonias por ser ministro de Finanzas. Normalmente, los presidentes del Banco Central no participan de los eventos institucionales en Casa Rosada.

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Lo que sí quedó claro es que Macri quiso darles a los funcionarios que dejaron su puesto un reconocimiento especial, no solo entregándoles una atípica medalla de recuerdo, sino llenándolos de elogios a cada uno. El marco de la jura también fue especial. Frente al público se colocaron no solo el Presidente y los funcionarios involucrados en la ceremonia, sino también la vicepresidenta Gabriela Michetti, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

El Gobierno vivió la jornada con una confianza renovada. No solo porque este cambio de nombres implica un reconocimiento de errores en el pasado – "escuchamos y vemos cuál es el mejor cambio", dijo el Presidente- sino porque tanto por el préstamo que en tiempo récord otorgó el FMI y el ascenso a mercados emergentes de ayer brindaron un nuevo piso en la credibilidad a que, definitivamente, les cambió el humor.

FOTOS: Adrián Escandar