Ministro de Economía niega que el gobierno invierta tiempo en reglaje a periodistas

La filtración de datos de de la Dirección de Inteligencia (Dirin) ha generado disputas. Mientras Diego Bazán alerta sobre un uso con fines de persecución y Raúl Pérez Reyes descarta prácticas indebidas

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(Composición Infobae)
(Composición Infobae)

La noche del jueves, más de 2 GB de archivos internos atribuidos a la Dirección de Inteligencia (Dirin) de la PNP fueron difundidos en un canal abierto de Telegram por el grupo de hackers Deface Perú. El episodio, denominado por sus propios autores como “Dirin Leaks”, dejó expuestos datos sensibles de agentes encubiertos, documentos reservados y planes de seguridad de altas autoridades.

Una revisión de los archivos realizada por La Encerrona reveló que los documentos filtrados no solo incluyen información operativa de la Policía, sino también menciones a periodistas y medios críticos al Gobierno. Entre los casos figuran reportajes publicados en Hildebrandt en sus 13 y notas del propio portal digital más de una vez en junio del 2024.

En un canal público de
En un canal público de Telegram, los atacantes compartieron mensajes donde aseguran haber expuesto miles de documentos internos de la inteligencia policial. (Capturas)

Pérez Reyes niega uso de indebido de la inteligencia

El ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez Reyes, fue enfático en rechazar cualquier insinuación de que el Ejecutivo ordene reglajes o seguimientos ilegales.

“Rechazamos de plano la utilización de la Policía Nacional o de cualquier funcionario del Ejecutivo para vigilar a personajes políticos o periodísticos. Eso no existe, afirmó en entrevista con Canal N.

El ministro destacó que la prioridad actual es esclarecer cómo se produjo la vulneración de los sistemas de inteligencia. “La investigación está en manos de la Policía, que deberá determinar cómo se concretó este acceso. Lo que sí descartamos es cualquier orden desde el Ejecutivo para usar la inteligencia con fines políticos”, señaló.

Pérez Reyes añadió que, si bien el trabajo policial incluye “labores silenciosas” y especializadas, estas deben ceñirse a protocolos estrictamente vinculados con la lucha contra el delito. “La tarea de la policía es identificar a quienes cometen crímenes, no vigilar a opositores ni a periodistas”, recalcó.

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¿Inteligencia usada con fines políticos?

Por el contrario, el congresista Diego Bazán sostuvo que la filtración no solo afecta la seguridad de policías y operaciones en curso, sino que también revelaría un manejo político de la inteligencia durante la gestión del exministro Juan José Santiváñez.

“Se está instrumentalizando al Ministerio del Interior para perseguir a sus enemigos. Se podrían haber hecho reglajes no solo a periodistas, también a críticos del régimen. No me queda duda de que Santiváñez, pese a dejar el cargo, seguía teniendo control sobre la Policía”, expresó en declaraciones a Canal N.

Los archivos, según a revisión de La Encerrona, contienen informes que mencionan a congresistas y exparlamentarios como Aarón Espinoza y Maricel Apaza, además de referencias a periodistas y medios críticos al Gobierno. Para Bazán, este tipo de reportes demuestran que la inteligencia habría sido desviada de su propósito institucional.

El legislador recordó que ya en 2024 advirtió sobre la permanencia de mandos cuestionados en la Dirin, y responsabilizó a Santiváñez por haber consolidado estructuras que respondían a intereses políticos antes que a la seguridad del país.

¿Qué se filtró en los Dirin Leaks?

Hackers filtraron documentos de la
Hackers filtraron documentos de la Dirección de Inteligencia de la PNP en Telegram. (Composición infobae Perú)

El colectivo Deface Perú, conformado por los autodenominados ‘hacktivistas’ Sat Clown e Inkarot, se adjudicó la intrusión informática asegurando que “todos los sistemas de la Dirin quedaron expuestos”. En su mensaje, afirmaron haber accedido a nombres y cargos de agentes, códigos CIP, registros de movimientos, oficios internos y circulares clasificadas, además de credenciales digitales.

“Gastaron 7 millones en un datacenter inútil mientras su ‘ciberseguridad’ ve tutoriales en YouTube. Nos investigaban. Hoy los tumbamos”, escribieron en tono irónico, cuestionando la fragilidad de la infraestructura tecnológica de la Policía.

Una revisión independiente de los documentos evidenció que la filtración alcanzó incluso a planes de protección de mandatarios y expresidentes, así como referencias a parlamentarios y a reportes sobre periodistas críticos. Lo más preocupante, según especialistas en seguridad, es la aparición de listados de agentes de contrainteligencia, cuya labor encubierta en operaciones sensibles, como las desarrolladas a miembros remanentes de Sendero Luminoso en el VRAEM, podría haber quedado comprometida.