En medio de la presentación oficial de un lote de fusiles de última generación para la Policía Nacional, un reciente informe periodístico reveló una grave falencia que afecta la operatividad de estos equipos: el Ministerio del Interior no compró las municiones necesarias para que las armas puedan ser usadas en el combate contra la delincuencia.
El 8 de mayo, días después del hallazgo de 13 cadáveres en una mina de Pataz, se anunció con bombos y platillos la llegada de 7 mil 323 fusiles de asalto calibre 5.56 x 45 mm, que formaban parte de un plan de modernización policial. Sin embargo, las armas permanecen almacenadas y sin uso operativo debido a la falta de municiones. El reportaje de Cuarto Poder evidenció que esta omisión es resultado de una mala gestión y falta de coordinación en la compra pública.
Compra millonaria sin plan para municiones
El contrato para adquirir el lote fue firmado el 10 de febrero por la gestión del exministro Juan José Santibáñez con FAMESA, la fábrica de armamento del Ejército. Inicialmente, la inversión estimada era de 61 millones de soles, pero finalmente se pagaron más de 89 millones, un incremento de aproximadamente 46%.

Pese a esta elevada cifra, el Ministerio del Interior no incluyó en la compra la munición compatible con los fusiles. Según el informe de la Contraloría, emitido el 20 de mayo, ni el Mininter ni la Policía Nacional contaban con un stock de municiones para la operación. Tampoco se habían iniciado los trámites para adquirirlas, lo que hace que el armamento sea completamente inservible.
Fusiles guardados en el Rímac sin poder ser usados
El primer lote de fusiles está almacenado en una dependencia policial del distrito del Rímac, sin poder ser distribuidos ni empleados por los efectivos. A pesar de que existe un pequeño stock de 100 mil municiones, estas solo están destinadas para pruebas técnicas, no para acciones operativas.
El exministro Julio Díaz Zuleta destacó en su momento que las armas serían utilizadas en zonas conflictivas como Pataz, donde policías han sido desplegados para frenar la violencia. Sin embargo, la ausencia de balas impide que estas unidades puedan enfrentar eficazmente al crimen organizado, dejando desprovistos a los agentes en un contexto de alta inseguridad.

El informe de Cuarto Poder subraya que la falta de municiones no es un simple error técnico, sino una negligencia que afecta la seguridad nacional. La Contraloría advierte que la falta de planificación integral pone en riesgo la finalidad pública de la adquisición y puede forzar procesos de compra directa que comprometan la transparencia.
Además, la nueva Ley General de Contrataciones Públicas, vigente desde abril de este año, limita la responsabilidad de altos funcionarios en casos como este, lo que podría blindar a quienes tuvieron responsabilidad en esta mala gestión. Esto ha generado preocupación sobre la rendición de cuentas en el manejo de recursos públicos.
Futuro incierto para el armamento y la seguridad policial
Un segundo lote de más de 6 mil 600 fusiles está programado para llegar en los próximos meses, pero enfrentaría la misma problemática si no se corrigen los errores en la planificación de municiones. La adquisición de estas armas busca reemplazar fusiles obsoletos con más de 30 años de uso, pero sin las balas necesarias, la modernización policial queda seriamente comprometida.

El actual ministro Carlos Alberto Malaver ha sido informado sobre esta situación que expone serias deficiencias en la gestión del Ministerio del Interior.
La PNP asegura que los fusiles están operativos y cuentan con municiones suficientes
La Policía Nacional del Perú emitió un comunicado oficial el 2 de junio de 2025 para responder al reportaje de Cuarto Poder que denunció la falta de municiones para los nuevos fusiles adquiridos. En el texto, la institución sostiene que las armas están en funcionamiento y que ya han sido distribuidas para apoyar las labores policiales contra el crimen. Además, informan que cuentan con un stock de 110,385 municiones nuevas y un inventario previo de 221,285 balas calibre 5.56 mm, las cuales están repartidas en diferentes unidades policiales.
El comunicado destaca que estas municiones cumplen con los estándares internacionales certificados por la OTAN y que son fabricadas por la Fábrica de Armamento y Munición del Ejército Peruano (FAME). La PNP también recordó que dispone de varios modelos de fusiles que utilizan este calibre, lo que facilita el uso de la munición existente para las operaciones diarias. La institución reafirmó su compromiso con la seguridad ciudadana y la lucha contra la delincuencia organizada, buscando desmentir la información de que las armas adquiridas estarían inoperativas por falta de balas.

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