Cómo levantar capital en tiempos de crisis

Las empresas que profesionalizan su fundraising, demuestran resiliencia y entienden las nuevas reglas del juego no solo logran levantar capital, sino que salen fortalecidas para el próximo ciclo de crecimiento

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Las inversiones de venture capital
Las inversiones de venture capital en el país pasaron de USD 1.300 millones en 2021 a apenas 400 millones en 2024 (Imagen Ilustrativa Infobae)

En Argentina, conseguir financiamiento históricamente tuvo mucho de remar contra la corriente. El caso más claro siempre fue que un día firmás un contrato en pesos, y al siguiente el tipo de cambio te borró la proyección. Esa montaña rusa, que en casi todo el mundo desincentivaría a seguir proyectos de largo plazo financiados con capital de riesgo, acá tiene el efecto contrario (lo que resulta curioso): forma emprendedores curtidos, capaces de navegar tormentas y con una resiliencia única.

Esa resiliencia se vuelve aún más valiosa en el contexto actual. En los últimos, levantar capital para startups en Argentina - y en América Latina en general - se transformó en un desafío mayor. Las inversiones de venture capital en el país pasaron de USD 1.300 millones en 2021 a apenas 400 millones en 2024, en línea con la fuerte caída en Latinoamérica, mientras que el resto del mundo sufrió un retroceso de solo el 50%. La inestabilidad macroeconómica agrega otra capa de complejidad: contratar talento con condiciones competitivas, proyectar flujos y cerrar acuerdos con estabilidad es cada vez más difícil.

Adicionalmente, el paradigma de inversión de los fondos de venture capital (o capital semilla) cambió a nivel global. El enfoque de “crecer a cualquier costo” quedó atrás y hoy los inversores priorizan caja positiva, márgenes claros y capacidad de ejecución. En M&A y rondas de crecimiento incluso desde etapas tempranas, eso se traduce en procesos más largos, valuaciones ajustadas y estructuras creativas, como earn-outs, notas convertibles o combinaciones de equity y deuda.

Las rondas que en 2021 cerraban en semanas hoy pueden tardar varios meses

Frente a este escenario, hay pequeños detalles que hacen grandes diferencias. Desde la elección del equipo hasta la forma de encarar el proceso, estas son algunas de las estrategias importantes que observamos traen la mayor probabilidad de éxito:

1. Entender los tiempos y planificar de forma acorde

Las rondas que en 2021 cerraban en semanas hoy pueden tardar varios meses. En el mundo, la ronda Seed promedio tarda entre 3 y 6 meses, mientras que una Serie A puede tardar entre 6 y 9 (tiempos que pueden incluso ser más largos en Latam). Cada paso —de la primera llamada al due diligence final— demanda preparación, información impecable y comunicación constante.

Por lo tanto, es crucial comenzar a planear la ronda con anticipación: si lo hacen con los tiempos justos, pueden quedar expuestos a demoras mínimas que hagan tomar decisiones apresuradas

2. El principal activo: armar un equipo capaz, ágil y flexible

Cuando todavía no hay generación de caja ni clientes grandes, el principal valor que tiene una startup es el equipo. Al momento de analizar una inversión, los fondos van a estar analizando 3 aspectos principales que son la capacidad técnica para ejecutar, la dinámica entre el equipo y la resiliencia para atravesar las tormentas. Porque si hay una cosa que tiene garantizada una startup, es que el crecimiento no es lineal hacia arriba, y saber entender una situación y tomar decisiones acordes es fundamental, incluso si significa cambiar el rumbo de la Compañía drásticamente. En este tipo de deals de etapas tempranas, la confianza muchas veces pesa más que el Excel.

3. Conocer a tu inversionista objetivo

No todos los inversores buscan lo mismo. Un family office regional puede priorizar dividendos y estabilidad, mientras que un fondo internacional busca crecimiento y diversificación geográfica.

Los fondos estratégicos, a su vez, siempre tienen ciertos tipos de subsector en el que están más interesados. En un contexto de limitado acceso al capital, informarse antes de la reunión, planificar la charla y compartir información estratégica hace la diferencia entre una reunión mediocre y una que abra puertas.

4. No bajar los brazos: es una maratón y no una carrera

El proceso de levantar capital está lejos de ser simple, con diversos altibajos en el camino a cerrar una ronda de inversión exitosa. Más allá de aprender de cada etapa y de tomar el feedback constructivo cuando vienen los “no”, una de las partes más importantes de levantar capital es entender que el proceso seguramente incluya piedras en el camino. Para ello, cuando está costando conseguir reuniones, los inversores no continúan después de hacer preguntas, o incluso los que parecían avanzados se caen, es fundamental estar mentalizado en el siguiente paso. Como dijo Federer en Dartmouth, el punto (en este caso la reunión) más importante siempre es el que viene. En el proceso, tener un equipo en el que se pueda distribuir las tareas hace que la persona llevando el proceso, generalmente el CEO, pueda focalizarse en seguir abriendo puertas y conseguir la inversión.

Es crucial tener una comunicación muy clara y constante con el equipo para que entiendan el propósito del trabajo adicional que están haciendo

5. Alinear a la empresa para seguir creciendo y no perder el foco

Los procesos de financiamiento representan un trabajo adicional al día a día de los empleados. La preparación de la información en tiempos cortos se suma a las tareas habituales, lo que hace que se estrese mucho la estructura y sobre todo de los mandos superiores. Por eso, es crucial tener una comunicación muy clara y constante con el equipo para que entiendan el propósito del trabajo adicional que están haciendo, y que puedan entender que es por tiempo limitado.

Finalmente, es común ver como en muchos procesos de financiamiento los fundadores dejan de prestar atención a lo que mejor hacen y aquello que los llevó a estar en posición de recibir financiamiento: construir el mejor producto. Por este motivo, es fundamental que haya una división de tareas ordenada y, mientras que levantar una ronda es casi un trabajo full-time para el CEO, el resto de la organización siga ejecutando los proyectos en el roadmap, que no solo es aquello a lo que se dedican, sino que hace más fácil cerrar las negociaciones que estén abiertas.

Estos puntos no garantizan el éxito, pero previenen una serie de prácticas comunes que reducen las chances de conseguir financiamiento de forma exitosa. En Argentina en particular, donde las oportunidades históricamente no abundan, las crisis funcionan como un filtro natural. Las empresas que profesionalizan su fundraising, demuestran resiliencia y entienden las nuevas reglas del juego no solo logran levantar capital, sino que salen fortalecidas para el próximo ciclo de crecimiento. Porque en tiempos difíciles, la diferencia no la hace quien espera mejores condiciones, sino quien juega con inteligencia el partido que le toca.

El autor es socio en Nox Capital Partners