Entre la casta corrupta y el león purificador (o casta buena)

Javier Milei tiene y exhibe una gran ambición de poder y trabaja en la construcción de su propio relato

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Javier Milei termina el año
Javier Milei termina el año con un divorcio express de Mauricio Macri (Foto Reuters/Matías Baglietto)

Queda claro que el presidente Milei, a días de llegar a su primer año de gobierno, busca el “altar de los plenos poderes” (dixit Hugo Quiroga). Trabaja en esa dirección. No envió a Extraordinarias la Ley de Leyes: Presupuesto. Traducido al criollo, significa algo así como “tener de rehenes a los gobernadores”. Pero, además, implica quitar toda posibilidad de discusión sobre dónde debe caer el ajuste. Desea una Corte que convalide, no que actúe a ley. Tal vez, en el lenguaje presidencial, la quiere “adicta” y, por supuesto, con apoyo popular.

Ambas cosas son imprescindibles para su supervivencia. El gobierno no cree en la ley. En el discurso en la CPAC, el presidente Milei dijo que “cuando una ley concentra muchos votos, más se aleja de la gente, es peor ley y más daño hace”. Y agregó: “Hemos venido a romper con los mal llamados consensos”. Una y otra vez, su gobierno dice que el apego a las formas estorba (“jode”). Esta iteración refleja un alejamiento a todo apego a lo que conocemos como República.

A la incomodidad manifiesta del Presidente para con la ley, la interpreta el constitucionalista Andrés Gil Domínguez: “El presidente Milei está intentando llevar a cabo una reforma constitucional encubierta utilizando DNU; vetos; decretos reglamentarios cambiando el sentido de las leyes, como el caso del acceso a la información pública; utilizando decretos delegados por una Ley Base con delegaciones inconstitucionales; diciendo que va a nombrar jueces por medio de un mecanismo excepcional que no se puede aplicar en el actual contexto. A través de estos mecanismos, ha intentado reformar, o al menos soslayar, la Constitución Nacional, aplicando un sistema normativo autonormado, endogámico que se sostiene con ciertas encuestas de opinión”.

El jefe de Estado también finaliza el año con un divorcio express de quien le posibilitó ganar el balotaje: Mauricio Macri. El ex presidente hizo mucho para salvar esa convivencia. A criterio de esta cronista, demasiado. Tal vez porque se sintió descolocado por el accionar del libertario.

El proyecto de ficha limpia y la obstinación de Macri para su tratamiento fue con la intención de “dejar en evidencia que LLA tiene al kirchnerismo adentro”, según le dijo a esta periodista alguien que comparte estrategias con el ex presidente. Continúa diciendo: “Ficha limpia es la columna vertebral de la agenda de diferenciación del PRO. En lo económico, coincidimos en un 90%; en lo institucional, un 20%”.

Pregunté inmediatamente: ¿juntos o separados en el 2025? “Trabajamos para ir solos a nivel nacional y ver provincia por provincia”. ¿Y Buenos Aires y CABA?: “Falta una eternidad, pero en principio estamos planificando para ir solos”. Diego Guelar sería candidato a senador nacional por este espacio en CABA.

En lo económico, seguramente el mayor logro de Milei es que frenó la dinámica inflacionaria, que se había salido de control. Para el 2025, el Gobierno proyecta un 18.3%. De lograrlo, igualmente estamos lejos de las inflaciones que ostentan los países vecinos. Otro tema es el tipo de cambio, que no es competitivo para la producción nacional y está resintiendo la estructura productiva de Argentina. A eso debe añadirse la apertura de importaciones. Ambos factores desencadenan recesión para la actividad económica y aumento del desempleo. A manera de ejemplo: hoy, el agua por excelencia francesa puesta en el puerto de Buenos Aires o Rosario, es más barata que una segunda marca argentina. Y, dado que con este tipo de economía habrá que convivir en el 2025, tal vez el Gobierno en algún momento del año que viene decida tomar una medida específica y validar un tipo de cambio diferente. Mientras eso no suceda, las importaciones van a ser mucho más competitivas que las exportaciones.

El Gobierno entiende que hay un dólar apreciado, pero considera que todos los sectores deben trabajar en la productividad y competitividad y reducir costos. El Gobierno tiene un mecanismo de incentivo de inversiones que es el RIGI, para grandes inversiones. Los sectores industriales cercanos al campo le han planteado al Gobierno la posibilidad de un mini RIGI, denominado RIDA: Régimen de Inversión de Desarrollo Agropecuario. Pero la administración de Milei estaría evaluando anunciar el RIMI: Régimen de Inversión de Medianas Inversiones. De efectivizarse, sería el único camino microeconómico que impulsaría el gobierno. Esto puede promover inversiones y ser generador de empleo, pero no incentivaría las exportaciones.

Este gobierno distópico, que quiere un cambio cultural, con logros en lo económico, no menores, como la baja en la inflación y la baja de la pobreza, según el Observatorio de la Deuda Social dela UCA, es muy malo para la convivencia democrática e institucional.

Sí debe subrayarse que usa con maestría la comunicación digital, a la medida de los jóvenes, y potencia entre la casta corrupta y el león purificador (o casta buena). En lo estrictamente político, en este primer año de gobierno, asistimos a la mayor fragmentación conocida de los partidos políticos. Flotan sus partes y se pierden aún en sus intentos por ser.

El Presidente viste, tal vez con mayor frecuencia, su traje de pragmático. El de anarcocapitalista lo luce en eventos internacionales. Tiene y exhibe una gran ambición de poder y trabaja en la construcción de su propio relato. Hay una ciudadanía que aún banca su política. Los jubilados no, pero su poder de calle no es grande.

Mientras tanto, hubo una dura y real advertencia de Monseñor Ángel Rossi sobre la readecuación de la cobertura de medicamentos para los afiliados del PAMI (quitar la gratuidad): “Es una eutanasia encubierta”.

Tanto Cristina Kirchner como Javier Milei acuerdan en exterminar los centros. Milei dice que los moderados terminan jugando para los comunistas; CFK dice que terminan jugando para Milei. Ambos los quieren sin poder de juego electoral.

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