Día Mundial del Sueño: mitos y realidades de un proceso que vale la pena conocer

Ante los avances científicos, el sueño demuestra que es una herramienta fascinante, y que nos puede ayudar a tener una vida mejor

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Detrás del sueño: mitos y realidades de un proceso que vale la pena conocer (Shutterstock)
Detrás del sueño: mitos y realidades de un proceso que vale la pena conocer (Shutterstock)

¿Por qué soñamos? Esta pregunta intentó resolverse a través de distintos ámbitos desde hace siglos. La respuesta más validada en la actualidad proviene de la neurociencia: se plantea que la producción de contenido onírico, es decir, los sueños, están íntimamente ligados a los procesos de memoria que ocurren durante el sueño. Y cuando dormimos, nuestras memorias recientemente adquiridas son reactivadas espontáneamente y transferidas desde el hipocampo (donde se almacenan de forma temporal) a la neocorteza (en el que se almacenan de forma permanente), integrándose con memorias previamente almacenadas. Lo que se estima es que esta reactivación e integración de memorias podría ser la responsable de la formación del contenido de los sueños.

El sueño también influye en el procesamiento emocional. Es por esto que se cree que las emociones tienen impacto en nuestros sueños. Esto quedó en evidencia en las primeras fases del aislamiento obligatorio, en el que muchas personas reportaron tener sueños más vívidos, cargados de un alto contenido emocional.

Durante mucho tiempo se difundió la teoría de que sueños ocurren durante la fase de sueño MOR (REM, por sus siglas en inglés). Pero esta información es errónea. Actualmente podemos afirmar que soñamos en todas las fases de sueño. Es por esto que, en el laboratorio, cuando se estudian e inducen los sueños in situ, es importante despertar a la persona para poder así recuperar los sueños que van ocurriendo en las distintas fases y conocer así sus similitudes y diferencias.

Otro de los tantos interrogantes que se formuló en el seno de la comunidad científica, y que vale destacar hoy en el Día Mundial del Sueño, se relaciona con qué ocurre en nuestro cerebro cuando soñamos. El anhelo de esta respuesta correspondía a la intención de poder anticipar cuándo una persona está soñando. Finalmente se descubrió que el hecho de soñar puede predecirse a través de la actividad de un área específica de nuestro cerebro, llamada “parieto - occipital”, y que se puede observar la actividad eléctrica de nuestro cerebro mediante el uso de electroencefalografía.

Sin embargo, es una realidad que podemos tener control de nuestros sueños. Uno de los casos más conocidos es el de los sueños lúcidos, un tipo de sueño especial en el que nos damos cuenta de que estamos soñando, lo que nos permite tener acceso a todo nuestro repertorio de memorias y modificar aspectos del sueño a voluntad.

Durante el sueño MOR toda nuestra musculatura se encuentra inhibida, con excepción de los músculos del oído medio, los músculos que nos permiten respirar y mover los ojos. Es por esto que, en un sueño lúcido, la persona puede dejar una marca que determine el inicio y el final de un período de lucidez. Desde el Laboratorio de Sueño y Memoria del ITBA se le enseña que, cuando se dé cuenta de que está soñando, haga un movimiento con su brazo de izquierda a derecha y lo siga con la mirada. Así, los ojos se mueven de una manera característica y el investigador puede detectar en tiempo real que la persona está en un sueño lúcido.

En el último tiempo, los investigadores, además de detectar cuando la persona estaba en sueño lúcido, pudieron establecer una comunicación con los soñantes en tiempo real. ¿Cómo lo hicieron? En el momento en que se dejó la marca de lucidez, empezaron a hacerles preguntas simples utilizando un altavoz que estaba en el cuarto de sueño. Los soñantes respondieron dentro del sueño con el movimiento de ojos el resultado de los cálculos matemáticos y respuestas sencillas de “sí o no”.

Los sueños lúcidos actualmente se están utilizando para ayudar a las personas que tienen pesadillas recurrentes, también se emplean en la mejora de habilidades motoras y trastorno de estrés postraumático. Además, se han propuesto como una excelente herramienta para mejorar la creatividad.

En definitiva, con los avances de la ciencia, el sueño viene demostrando ser un proceso fascinante, complejo, y que nos puede ayudar a tener una vida mejor.

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