Coronavirus o el verdadero debate de fondo

Desde hace varios años el papa Francisco, con la agudeza que solo caracteriza a los grandes líderes mundiales, señaló que estamos atravesado no una “época de cambios” sino un “cambio de época”.

Y claro está. Desde que comenzó el siglo XXI, la globalización no para de sorprendernos al punto tal de que son numerosos los académicos que hablan de una crisis civilizatoria, en ciertos aspectos, sin precedentes.

Vivimos en un planeta interconectado como nunca antes la humanidad lo había conocido. Emergen micropoderes que son capaces de poner en jaque sistemas políticos de países enteros. Los llamados cisnes negros aparecen con cada vez mayor frecuencia, lo que los convierte en cada vez menos cisnes y menos negros.

Lo excepcional se hace regla y la incertidumbre parece ser la reina de todo el concierto internacional: pontífices que renuncian, burbujas financieras que estallan, sociedades enteras que votan en contra de procesos de paz, rupturas de bloques supranacionales, aparición de pandemias.

Justamente uno de estos últimos aspectos, de esos que no estaban dentro del radar de ningún pronóstico, es el que actualmente tiene en vilo a la mayoría de la humanidad.

Estamos frente a la peor crisis global de la humanidad de la época contemporánea después de la Segunda Guerra Mundial. La pandemia del COVID-19 o coronavirus viene también a poner en valor un aspecto para nosotros evidente, pero no así para muchos otros: el rol del Estado en la vida general de un país, más aun en momentos de crisis como el actual.

Para nosotros como argentinos, desde este rincón del mundo, y para mí en particular como intendente del Municipio más grande del país, también resulta fundamental rescatar y poner en valor al Estado en sus distintos niveles.

Creo que es un elemento central tener verdadera dimensión de lo importante que es contar con un Estado fuerte, presente y eficiente. Esto es en definitiva lo que está en debate, mientras los gobiernos tratan de disminuir al máximo la velocidad de contagio del virus y poder salvar la máxima cantidad de vidas humanas que pone en jaque. El sistema de salud pública se hace fundamental para dar esta batalla y ganar la guerra contra la pandemia.

La inmediata reacción que hemos tenido en la Argentina, encabezada por el presidente Alberto Fernández, quien dispuso una medida tan extrema como necesaria, hace que hoy nuestro país sea reconocido en el mundo como un modelo a seguir.

La cuarentena obligatoria muestra acaso buenos resultados en el inicio de este ciclo, pero todos sabemos que necesariamente vendrán momentos complicados.

En este sentido nos estamos preparando. Sabemos que quedándonos en casa evitamos la circulación social del virus. Y de esta forma ralentizamos la propagación y el contagio del mismo.

El argentino es un pueblo fuertemente solidario. A la vista está con el balance arrojado en la primera etapa de la cuarentena. Estoy convencido de que entendimos realmente que la mejor vacuna somos todos quedándonos en casa.

En La Matanza nos preparamos para lo que viene. Desde la confirmación de la pandemia por la Organización Mundial de la Salud creamos un Consejo para la Emergencia Sanitaria, lo que nos permitió desde el comienzo de la crisis seguir la evolución de los hechos.

Asimismo estamos realizando los trabajos de prevención y preparándonos para el pico máximo de demanda del sistema de salud. En la actualidad contamos con 2.600 camas entre centros de salud públicos y privados, las que serán utilizadas para la atención de potenciales enfermos que requieran cuidados entre intermedios e intensivos.

Estamos trabajando para sumar 4.000 camas más de aislamiento para atender la demanda de eventuales enfermos leves. Estas camas estarán ubicadas en instituciones que han prestado sus instalaciones para ese fin y en polideportivos municipales.

De esta forma, los hospitales de nuestro Municipio se preparan para potenciales picos de contagio, los que se esperan para la segunda semana de mayo.

Con respecto a las medidas que tomamos para controlar el cumplimiento de la cuarentena obligatoria, visitamos los hogares de cada una de las familias que vino del exterior para supervisar que lo estén cumpliendo. Además realizamos 1214 detenciones y secuestramos 253 vehículos de personas que se encontraban circulando en la vía pública y no pertenecían a ninguno de los grupos de trabajadores considerados esenciales.

Duplicamos la asistencia para todos los que la necesitan y lo hacemos junto a la ayuda invalorable del Ejército Argentino.

Garantizamos la continuidad pedagógica de nuestros estudiantes. Por un lado, a partir de los libros y manuales de diferentes disciplinas (ciencias naturales, ciencias sociales, matemáticas, etc) que entregamos en forma universal a los alumnos de nuestras escuelas primarias y secundarias.

Por el otro, pusimos a disposición de los docentes y alumnos los enlaces a las versiones digitales de los libros correspondientes a este ciclo lectivo 2020. Y para los más pequeños, audios de cuentos y canciones.

Todo ello, para que nuestros docentes puedan trabajar secuencias didácticas, orientaciones y ejercicios a través de la tecnología y resguardando la permanencia y aprendizaje de los alumnos desde sus casas.

Estamos trabajando fuerte, unidos sin distinciones políticas, todos los sectores y fuerzas vivas.

Que somos una comunidad organizada ya no quedan dudas.

Que somos un pueblo solidario tampoco.

Que el Estado está por encima del mercado es un imperativo moral que pocos van a discutir en la nueva etapa porque, en última instancia, en medio de la pandemia lo que está debatiendo el mundo y la Argentina es si entendemos a la vida como lo más sagrado que tenemos o la mercantilización de la misma le pone simplemente un “valor de mercado”. En definitiva, si pesa más la vida o los intereses económicos de algún sector.

Nosotros como pueblo ya sabemos de qué lado estamos. Nuestro presidente Alberto Fernández fue muy elocuente al respecto. En la Argentina del siglo XXI nada vale más que la vida humana.

No hay ningún dilema, hay que cuidar la salud y el bolsillo de los Argentinos.

El autor es intendente municipal del partido de La Matanza