Unos 850 expositores sumaron más de 150 horas tratando de convencer a nuestros representantes con argumentos a favor y en contra de la legalización del aborto. Faltando dos semanas para decidir, el Senado envía su primera invitación a opinar por Facebook. El contenido: dos posturas opuestas sobre el comienzo de la vida humana y una pregunta: "¿Con cuál estás de acuerdo?". A la fecha, recibieron 4300 respuestas. Demasiada información. ¿Cómo tomar una decisión informada, transparente e inclusiva el próximo 8 de agosto?
Lo primero que se les plantea es definir claramente el desafío, aquello sobre lo que tienen que decidir. El desafío se define con base en una necesidad insatisfecha de quienes serán influenciados por la decisión, no en términos de alternativas predefinidas. El desafío que 71 diputados introdujeron para el debate en el Congreso está viciado en su definición, porque atiende solo a la necesidad de la mujer embarazada y lleva a definir el desafío en términos de alternativas (aborto sí / no). Este desafío los pone en la encrucijada de decidir sobre cuál de las dos vidas y libertades promover: la de la mujer embarazada o la de su hijo no deseado, cuando el desafío real es: ¿cómo salvar la vida y respetar la libertad de la mujer embarazada y del niño por nacer?
El siguiente paso es identificar los hechos relevantes, distinguiéndolos de los supuestos y la información falsa. Los hechos relevantes son realidades clave relacionadas con el desafío; los supuestos son hipótesis aún no verificadas por falta de información al momento de decidir; la información falsa es aquella contraria a la realidad.
En las distintas presentaciones que han escuchado se mezclan hechos, supuestos e información falsa. Hechos relevantes son, por ejemplo, la existencia de vida humana desde el momento de la concepción, demostrado contundentemente por la ciencia, y las 31 muertes por aborto provocado. Supuestos son, por ejemplo, la distinción entre vida humana y persona, y cuándo esta distinción pasa a ser un hecho relevante. Entre la información falsa se encuentra la afirmación de que la mujer tiene derecho a disponer de su propio cuerpo; esto no es así, ya que el niño por nacer tiene un ADN distinto al suyo desde el momento de la concepción. Otro ejemplo de información falsa es la suministrada por Norma McCorvey (Jane Wade) en el caso Roe vs Wade, que abrió las puertas al aborto en Estados Unidos en 1973, al aducir violación, lo cual fue posteriormente desmentido por ella misma, tuvo a su bebé y lo dio en adopción; hace pocas semanas Estados Unidos empezó a debatir si vuelve atrás con la decisión de la Suprema Corte en 1973.
El tercer paso que enfrentan es discernir los criterios para la decisión. Estos son los parámetros que guiarán la decisión y, una vez tomada, se convertirán en sus fundamentos. Los criterios decisorios se dividen en naturales (o límite) y ponderables. Los primeros son leyes universales basadas en la naturaleza y establecen los mínimos necesarios que una alternativa debe satisfacer, mientras que los criterios ponderables dependen de cada caso en particular y no limitan sino que condicionan una alternativa. Es clave entender que los criterios ponderables solo se consideran cuando las alternativas pasan el test de los criterios naturales.
Dos son los criterios naturales ante el desafío del aborto: el intuitivo o ético-filosófico de hacer a los demás lo que quisieran que ellos hagan con nosotros (criterio presente en los distintos sistemas filosóficos y éticos desde la antigüedad) y el criterio fáctico o científico de que existe vida humana desde la concepción. Cuatro son al menos los criterios ponderables: (1) el jurídico o respeto de la Constitución y los tratados internacionales a los que adhiere nuestro país; (2) el control de la población, manifestado por ciertos organismos internacionales ante la tasa de crecimiento positiva de países en desarrollo versus la tasa de crecimiento negativa en países desarrollados según datos del World Bank; (3) el de imitar a los países más desarrollados; (4) el económico. Este último incluye tres dimensiones: el costo de los abortos a financiar con impuestos, los ingresos médicos y de clínicas privadas por la realización de abortos, y los beneficios (ingresos menos costos) por venta de órganos de niños abortados, como lo denunciara el informe del Congreso de Estados Unidos respecto a esta actividad lucrativa ejercida por Planned Parenhood.
El cuarto paso que enfrentan es evaluar las alternativas con base en los criterios. Tal como está planteado el desafío actualmente, existen solo dos alternativas: aborto sí o aborto no. La tercera vía propuesta por el grupo Córdoba es parte de la alternativa de aborto sí, ya que solo propone modificaciones en la cantidad de semanas permitidas y la objeción de conciencia institucional para abortar. Si el desafío fuera definido en términos de la necesidad de preservar la vida y fomentar la libertad de la mujer embarazada y el niño por nacer, varias serían las alternativas posibles.
Finalmente, el quinto paso es decidir. Dada la deficiente definición del desafío y que la alternativa del aborto no pasa el test de los criterios naturales, la única decisión informada, transparente e inclusiva es rechazar totalmente el proyecto aprobado en Diputados y dar lugar a la introducción y la evaluación de proyectos basados en la correcta definición del desafío: salvar la vida y respetar la libertad de la mujer embarazada y del niño por nacer.
El autor es Ph.D London Business School, investigador del Conicet, profesor IAE Business School.