Un sector más dinámico y competitivo: desafíos del comercio exterior autopartista

Emilio Licen Postogna, responsable de comercio exterior en una empresa de repuestos automotores, describe las nuevas dinámicas, el rol de la planificación y los desafíos de trabajar en un mercado cada vez más exigente

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Emilio Licen Postogna es responsable
Emilio Licen Postogna es responsable de comercio exterior en una empresa de repuestos automotores (Foto: Movant Connection)

Al referirse a la amplitud del rubro en el que trabaja, Emilio comenta que “uno no es consciente de la cantidad de repuestos que tiene un auto; la intención siempre es tener el catálogo más amplio para suplir la demanda y seguir creciendo en un mercado tan variado”. En esta entrevista, profundiza en los desafíos de abastecer un universo técnico y cada vez más diversificado.

¿Qué tendencias observás hoy en el comercio exterior de los repuestos automotores?

La tendencia principal que veo en el sector autopartista es una superpoblación de competencia. Pasamos de un 2023 con fuertes limitaciones para importar —donde quien tenía mercadería era “el rey”— a un escenario completamente distinto.

Hoy hay mucha presencia de países como India, China, Israel o Turquía, lo que volvió a la industria más dinámica y exigente. Este cambio obliga a toda la cadena de abastecimiento a responder con más rapidez y precisión.

¿Esa exigencia se refleja en los tiempos de respuesta?

Sí, porque es un sector muy demandante. Requiere respuestas ágiles y una planificación detallada. Hay que considerar tiempos de producción, tránsito internacional, liberaciones aduaneras y licencias. Aunque ahora están un poco más sencillas, igual exigen atención. Es un rubro que no te permite trabajar “a medias”: necesitás foco constante y entender cómo cada variable afecta a la operación.

¿Cómo evolucionaron los volúmenes de operación en el último tiempo?

En mi caso, los volúmenes prácticamente se duplicaron. Eso permitió ampliar el catálogo y tener más presencia de productos importados. Hoy se está trabajando más y con un abanico más amplio de repuestos, algo que no era tan común en 2022 o 2023. El crecimiento del catálogo también responde a la necesidad del cliente de encontrar todo en un mismo lugar.

¿Cómo se equilibra la relación entre importación y producción local?

El balance sigue estando orientado a la importación, porque no todo se puede producir localmente. Hay líneas de productos que sí se fabrican acá, pero otras es necesario comprarlas afuera para complementar lo que ya existe. La clave es tener un catálogo lo más diverso posible, que permita que el cliente no tenga que fragmentar sus compras. Cuanto más completa es la oferta, mejor se sostiene la demanda.

El sector autopartista es muy amplio. ¿Cómo impacta en el día a día esa diversidad?

Impacta muchísimo. Uno no es consciente de la cantidad de repuestos que tiene un auto. Se suele pensar solo en amortiguadores, correas o bombas, pero en realidad hay miles de piezas. Por eso el desafío es anticiparse y estar atento a los cambios.

El parque automotor argentino es grande, diverso y no tan nuevo como parece. Hay autos con más de 10 o 15 años que requieren más mantenimiento, y al mismo tiempo entran nuevas marcas asiáticas con modelos que también exigen desarrollo de repuestos.

¿Es un riesgo o una oportunidad la llegada de tantas marcas nuevas?

Hoy es más un desconocimiento que un riesgo. Como consumidor, uno duda entre elegir algo probado o algo nuevo. El termómetro termina siendo el mecánico o el vendedor, que es quien sabe qué funciona y qué no.

Muchas de estas marcas están ganando presencia, pero para tener un balance real hay que esperar tres o cuatro años. Recién ahí se puede evaluar si conviene desarrollar líneas completas de repuestos para esos modelos.

¿Qué consejos le darías a alguien que está empezando a trabajar en comercio exterior dentro del sector autopartista?

Lo primero es no dejarse ganar por la ansiedad. Hay que tomarse el tiempo necesario para analizar cada problema y buscar opciones con colegas o con el equipo. Este rubro demanda mucha atención y no se puede trabajar con la mitad del foco puesto en otra cosa.

También es clave estudiar, leer resoluciones del Banco Central, capacitarse en logística, distribución y cadena de abastecimiento. Todo suma. El sector cambia rápido y tener más herramientas siempre da perspectiva para tomar mejores decisiones.

¿Qué te atrapó a vos del comercio exterior?

Que es lo menos aburrido que existe. Es un rubro súper dinámico, que te obliga a estar leyendo, pensando, coordinando y resolviendo todo el tiempo. No hay dos días iguales. En una misma jornada podés tener reuniones, temas normativos, coordinación logística y cuestiones financieras. Si te gusta la variedad y soportás bien la presión, es un sector ideal.

Para Emilio, "la tendencia principal
Para Emilio, "la tendencia principal que veo en el sector autopartista es una superpoblación de competencia. Pasamos de un 2023 con fuertes limitaciones para importar a un escenario completamente distinto" (Foto: Shutterstock)

¿Cómo gestionás las emociones y la presión diaria?

Respirando hondo y tomándome un tiempo cuando hace falta. Un amigo que tuvo tres infartos me dijo algo clave: “Comprate un smartwatch; cuando veas que sube el ritmo cardíaco, salí a caminar”.

A veces te gana la ansiedad, pero hay que conocerse, saber cuándo bajar un cambio y despejarse. Si no te gusta el ritmo, el sector te pasa por encima.

¿Qué tendencias podrían impactar al comercio exterior autopartista en los próximos años?

Creo que vamos a ver aún más competencia. Después de la apertura y la eliminación de sistemas como el SEDI, surgieron muchos jugadores nuevos que no se planteaban importar antes. Algunos tenían producción nacional y ahora complementan con productos importados.

El parque automotor es tan amplio que eso permite detectar nichos descuidados o líneas que pueden funcionar bien. A corto plazo, la tendencia es importar más que exportar, pero ojalá con ese mismo impulso se logre mejorar la productividad local a mediano plazo.

¿Cómo es tu vínculo con el área de logística?

Muy bueno. Es fundamental que logística, supply y comercio exterior trabajen alineados. Si no están ajustados, todo lo demás se desordena. Los compradores pueden hacer bien su trabajo, pero si no coordinás la cadena completa, el cliente no recibe lo que necesita. Hoy la sinergia es clave para que las operaciones fluyan.

Si pensamos en el público general, ¿qué le dirías a alguien que tiene que comprar un repuesto?

Que no le tenga miedo a los productos importados. Hoy hay muy buena industria nacional y también muy buenos productos del exterior. La demanda está más contraída por la situación económica, pero tarde o temprano el repuesto hay que comprarlo. Si el dólar está estable y podés hacerlo, mejor resolverlo cuanto antes. Y si vas a viajar, no salgas con el auto roto.

¿Qué sería “fundir motor” desde tu perspectiva de comercio exterior?

Para mí, “fundir motor” es cuando se traba alguna parte de la cadena de abastecimiento, que es el motor de cualquier organización. Si se frena eso, estamos en problemas. Aunque, siendo sincero, dentro de mi rubro también es una bendición: si no se fundieran los motores, yo no tendría clientes.