Cómo cocinar pescado de manera saludable y ayudar al hígado graso

Las formas más apropiadas de cocinar pescado pueden favorecer la salud hepática

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Las formas más apropiadas de
Las formas más apropiadas de cocinar pescado pueden favorecer la salud hepática. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La cocina saludable adquiere protagonismo ante la prevalencia de enfermedades hepáticas. Preparar correctamente el pescado representa una estrategia clave para quienes buscan proteger el órgano y enfrentan un diagnóstico de hígado graso. La Organización Mundial de la Salud señala que la esteatosis hepática no alcohólica afecta a millones de personas a nivel global, lo que convierte el diseño de una dieta adecuada en una prioridad.

El consumo de pescado blanco o azul resulta beneficioso debido a sus propiedades nutricionales. Su aporte de proteínas magras y la presencia de ácidos grasos omega 3 contribuyen al mantenimiento del metabolismo hepático y pueden influir en la reducción de la inflamación asociada a esta condición. Especialistas en nutrición recomiendan preferir especies como el salmón, la sardina, el lenguado o la merluza, priorizando cocciones simples.

El aporte de proteínas magras
El aporte de proteínas magras y la presencia de ácidos grasos omega 3 en el pescado contribuyen al mantenimiento del metabolismo hepático. - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Técnicas que permiten aprovechar los beneficios del pescado

La preparación ideal evita frituras y exceso de grasas añadidas. Cocinar al vapor, a la plancha o al horno garantiza que el pescado mantenga su valor nutricional sin sumar calorías innecesarias. Al emplear estas técnicas, el filete preserva su textura natural y no necesita gran cantidad de aceite. Agregar condimentos suaves como limón, hierbas frescas o especias facilita la digestión y proporciona sabor, sin impactar negativamente en quienes padecen hígado graso.

La reducción del consumo de sal y aderezos artificiales cobra relevancia en la planificación de los menús. El exceso de sodio y conservantes puede cargar innecesariamente el funcionamiento hepático. La sustitución de sales y grasas saturadas por opciones naturales como las hierbas secas mejora la tolerancia del organismo y favorece una alimentación sostenible en el tiempo.

La elección del pescado también influye en el resultado final. Se recomienda seleccionar piezas frescas y evitar productos ultra procesados. El consumo regular de pescados ricos en omega 3 presenta una relación positiva con niveles menores de triglicéridos y mayor protección frente al daño oxidativo.

Filetes de pescado preparados al
Filetes de pescado preparados al vapor, una alternativa recomendada en dietas para el hígado graso. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un aspecto adicional radica en el tamaño de las porciones. Los nutricionistas establecen que una ración adecuada oscila entre 100 y 150 gramos por comida. Esta cantidad resulta suficiente para cubrir necesidades proteicas y permite planificar el equilibrio total del menú. Combinar el pescado con vegetales frescos, legumbres o cereales integrales completa el aporte de fibra y micronutrientes esenciales.

El pescado preparado de manera saludable puede incorporarse en diversas formas: al horno con verduras, a la plancha con limón o cocido en papillote. Las recetas sencillas se adaptan a diferentes gustos y estilos de vida, facilitando la integración de este alimento en la rutina semanal.