Cuaresma 2025: guía para consumir pescados y mariscos de manera segura

Durante la Cuaresma, una temporada en la que muchas personas optan por evitar las carnes rojas y blancas, los pescados y mariscos se convierten en una alternativa popular en la dieta. Sin embargo, garantizar la frescura y seguridad de estos alimentos es esencial para evitar riesgos para la salud.

Ante esta situación, existen pasos clave que deben seguirse desde la compra hasta la preparación para disfrutar de estos productos de manera segura y responsable.

Compra en lugares confiables y verifica la frescura

El primer paso para consumir pescados y mariscos de forma segura es adquirirlos en establecimientos que cumplan con estándares de higiene y conservación adecuados. Es fundamental elegir supermercados, pescaderías o mercados que mantengan los productos refrigerados correctamente. Además, se recomienda prestar atención a señales específicas que indican la frescura de los alimentos.

En el caso del pescado, los ojos deben ser brillantes y no opacos o hundidos, mientras que las escamas deben estar adheridas y no desprenderse fácilmente. La carne debe ser firme al tacto, sin dejar huellas al presionarla, y el olor debe ser fresco, similar al del mar, evitando aromas a amoníaco o descomposición. Por su parte, los mariscos deben tener conchas cerradas; si alguna está abierta, esto podría ser un indicio de que no están frescos.

Almacenamiento adecuado para evitar riesgos

Una vez adquiridos, los pescados y mariscos deben almacenarse correctamente para preservar su calidad y evitar problemas de salud. Estos productos deben mantenerse en el refrigerador a temperaturas entre 0 y 4°C (32-39°F) si se planea consumirlos en poco tiempo.

Si no se van a preparar de inmediato, la congelación es una opción segura, siempre y cuando se utilicen envolturas adecuadas para prevenir quemaduras por congelación. Es importante consumir los productos congelados dentro de los tres meses posteriores a su almacenamiento.

Además, se debe evitar descongelar los alimentos a temperatura ambiente, ya que esto puede favorecer el crecimiento de bacterias. En su lugar, se recomienda descongelarlos en el refrigerador o, si es necesario, en el microondas.

Preparación y cocción: claves para la seguridad alimentaria

La cocción adecuada es un paso crucial para garantizar que los pescados y mariscos sean seguros para el consumo. Según los expertos, el pescado debe alcanzar una temperatura interna de 63°C (145°F) para eliminar posibles bacterias o parásitos. Un indicador visual de que el pescado está bien cocido es que su carne se desmenuza fácilmente con un tenedor y cambia de un color traslúcido a blanco.

En el caso de los mariscos, los camarones deben adquirir un tono rosado, mientras que los mejillones y almejas deben abrirse durante la cocción. Las ostras, por su parte, deben tener una textura firme. Aunque los mariscos crudos son populares en preparaciones como sushi o ceviche, consumirlos sin cocinar puede implicar riesgos. Si se opta por esta alternativa, es esencial asegurarse de que los productos sean frescos y de confianza.

Higiene en la manipulación de alimentos

La higiene es otro aspecto fundamental al preparar pescados y mariscos. Es indispensable lavarse las manos con agua y jabón antes y después de manipular estos alimentos. Asimismo, los utensilios, tablas de cortar y superficies que hayan estado en contacto con los productos deben limpiarse minuciosamente para evitar la contaminación cruzada.

Además, se recomienda separar los pescados y mariscos crudos de otros alimentos, especialmente aquellos que se consumen sin cocinar, como frutas y ensaladas. Este cuidado adicional puede prevenir la transferencia de bacterias y garantizar la seguridad de los alimentos.

Consumo responsable y sostenible

Durante la Cuaresma, también es importante considerar el impacto ambiental de las elecciones alimenticias. Optar por pescados y mariscos provenientes de fuentes sostenibles contribuye a la preservación de las especies marinas. Productos con certificaciones como el sello MSC (Marine Stewardship Council) garantizan que han sido obtenidos de manera responsable.

Algunas especies, como ciertos tipos de camarones, langostas y atunes, enfrentan riesgos de sobreexplotación. Por ello, se sugiere elegir alternativas más sostenibles, como el salmón, la trucha, las sardinas o los calamares.

Beneficios nutricionales de los pescados y mariscos

Además de ser una opción tradicional durante la Cuaresma, los pescados y mariscos ofrecen múltiples beneficios para la salud. Son ricos en ácidos grasos omega-3, esenciales para la salud cardiovascular y cerebral. También son una fuente de proteínas de alta calidad, necesarias para el crecimiento y la reparación muscular.

Estos alimentos contienen vitaminas y minerales como la vitamina D, el yodo, el zinc y el hierro, que fortalecen el sistema inmunológico. Incorporarlos a la dieta puede ser una forma nutritiva de variar las comidas durante esta temporada.

Aunque los pescados y mariscos son saludables, no todos los tipos son adecuados para todos los consumidores. Según los expertos, mujeres embarazadas y niños pequeños deben limitar el consumo de pescados con altos niveles de mercurio, como el atún y el pez espada.

Asimismo, quienes nunca han consumido mariscos deben estar atentos a posibles reacciones alérgicas. Síntomas como hinchazón, dificultad para respirar o urticaria requieren atención médica inmediata.