Entrega masiva de narcos a EEUU podría derivar en violencia política como sucedió en Colombia con Pablo Escobar

Pablo Escobar, el mayor narcotraficante colombiano, habría ordenado más de 600 atentados en los que murieron unas 6 mil personas -según declaró Jhon Jairo Velásquez El Popeye, uno de sus principales sicarios-: civiles, periodistas, ministros, narcos y políticos fueron asesinados en represalia por la promulgación de la Ley de Extradición que permitía enviar al exlíder del Cártel de Medellín a Estados Unidos.

A 40 años de distancia, el académico, escritor y asesor internacional Edgardo Buscaglia advirtió en entrevista con Infobae México que algo similar podría ocurrir en México a raíz de la entrega de 29 narcos solicitados por Estados Unidos, entre los que destaca el nombre de Rafael Caro Quintero.

“Los grupos criminales mexicanos siguen percibiendo que el Estado mexicano está totalmente carcomido por ellos mismos, por lo tanto, siempre van a reaccionar con violencia quirúrgica o masiva, según sea el caso. Ante esta situación de enviarle a 29 personas a Estados Unidos, seguramente va a haber luchas internas en algunas de estas organizaciones.

También podríamos esperar que si México comienza a extraditar masivamente a sus mafiosos a Estados Unidos, es muy posible que la violencia llegue a la clase política mexicana al más alto nivel, tal como sucedió en Colombia: todo iba ‘bien’ hasta que intentaron extraditar a Pablo Escobar y ahí comenzaron los actos de terrorismo contra la cúpula más poderosa de Colombia”.

En el paquete de narcos que la presidencia de Claudia Sheinbaum entregó como “ofrenda” a Donald Trump, en un intento de negociar la no imposición de aranceles a los productos mexicanos, se encuentran personajes de la talla de Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, alias el Z-40 y Z-42, ex líderes de Los Zetas y fundadores del Cártel del Noreste.

Según reportes de inteligencia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, los hermanos Treviño Morales seguían operando desde la cárcel y su ausencia en México podría ser aprovechada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cártel de Sinaloa para conquistar sus terrenos en la zona norte de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.

“Entregarle 29 mafiosos a Estados Unidos está muy bien si México no los puede contener debido a que las cárceles están invadidas por la delincuencia organizada y hay una Fiscalía General de la República que es una sucursal del Cártel de Sinaloa; ante esta situación es bueno que los extraditen, pero no lo vean como una ofrenda efectiva que va a calmar a Trump, si ese es el objetivo (del Gobierno de México), van a fracasar”.

El 30 de abril de 1984 dos sicarios interceptaron el auto de Rodrigo Lara Bonilla, ministro de Justicia de Colombia, y lo asesinaron; para el 2 de mayo del mismo año el expresidente Belisario Betancur aceptó aplicar la Ley de Extradición para que los criminales colombianos, incluido Pablo Escobar, fueran enviados a Estados Unidos.

El 18 de agosto de 1989 se orquestó un atentado para asesinar a Luis Carlos Galán, excandidato presidencial del Nuevo Liberalismo. En represalia, el entonces presidente Virgilio Barco promulgó un decreto que autorizaba la extradición por vía administrativa para que se efectuara sin el permiso de la Corte Suprema de Justicia.

Lo que siguió a continuación fue una guerra del Estado contra el narco que incluyó decenas de atentados con coches bomba para atacar a políticos y civiles, misma que terminó hasta el 2 de diciembre de 1993 con la muerte de Pablo Escobar.

En México -en los últimos meses- han aparecido decenas de narcomantas con mensajes dirigidos a políticos locales, estatales y federales, incluida la presidenta Claudia Sheinbaum; su contenido va desde señalamientos de corrupción, amenazas y solicitudes de apoyo: “Señora Presidenta Claudia Sheinbaum, se le pide de la manera más atenta, como comandante suprema de las Fuerzas Armadas que preste atención a este mensaje”, se leía en una manta firmada por Los Chapitos que fue colgada en Cruz Elota, Sinaloa.

La violencia dirigida a la clase política mexicana quedó de manifiesto durante el pasado proceso electoral, cuando 130 personas aspirantes, precandidatas y candidatas fueron asesinadas. De momento las víctimas no han sido personajes de la cúpula nacional, pero:

“Los grupos criminales podrían comenzar a atacar (en represalia por las entregas a EEUU) a las cúpulas más poderosas de la política mexicana y no solamente a los intendentes, a los alcaldes o a exgobernadores; podrían atacar a la Suprema Corte, a miembros del Poder Ejecutivo y secretarios de Estado si ellos perciben ya la extradición de sus líderes mafiosos.

Si la presidenta (Claudia Sheinbaum) comienza a extraditar de esta manera, puede llegar a enfrentarse a una violencia política al estilo de Colombia en los años 80”. Aquí puedes leer la entrevista completa a Edgardo Buscaglia, donde comparte su visión sobre la relación Sheinbaum-Trump.