Un grupo de académicos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han creado una metodología innovadora para la producción de composta utilizando hojarasca, lombrices rojas californianas y heces caninas. Este método permite obtener composta en un tercio del tiempo que toma el proceso tradicional y reduce significativamente la carga patógena de los residuos.
En entrevista para UNAM Global, César González Guerrero, académico de la FES Acatlán, explicó que el compostaje implica la reutilización de residuos orgánicos para obtener un producto que pueda ser incorporado al suelo. En este nuevo método, las lombrices rojas californianas juegan un papel crucial al acelerar el proceso de descomposición y mejorar el valor nutrimental del producto final.
La idea de utilizar heces caninas surgió debido al gran volumen de residuos de jardinería y la necesidad de una fuente de nitrógeno, que estas heces proporcionan junto con los restos de comida generados en los hogares. González Guerrero señaló que, históricamente, se utilizaba estiércol de ganado directamente en la agricultura, pero se descubrió que el compostaje de estos residuos mejora la calidad nutrimental del producto final.
El problema de las heces caninas radica en su alta carga patógena, lo que inicialmente las hacía parecer poco funcionales para el compostaje. Sin embargo, el proceso de lombricomposta eleva la temperatura a unos 60 o 70 grados, reduciendo los patógenos. Posteriormente, cuando las lombrices ingieren estos residuos, la carga patógena se reduce aún más, explicó el especialista en Ingeniería Ambiental.
Durante el proceso de compostaje, la apariencia de las heces fecales desaparece gradualmente, transformándose en un material similar a la tierra, y los olores también se disipan. Este método no solo gestiona un residuo problemático, sino que también produce un producto beneficioso para el suelo.
Para preparar esta composta, se necesita un espacio adecuado y un compostero de entre 10 y 100 litros. La mezcla inicial debe incluir cinco litros de hojarasca triturada, cinco litros de residuos de cocina y cinco litros de heces caninas, junto con 100 lombrices rojas, dependiendo de la cantidad de composta que se desee producir. La premezcla debe dejarse precompostar durante unos 15 días antes de añadir las lombrices, que se dispersarán en busca de alimento y, si el ambiente es adecuado, se reproducirán, acelerando la degradación.
González Guerrero recomendó tener varias compostas en diferentes estadios para asegurar un suministro continuo de composta para jardines o macetas. Este método no solo gestiona residuos de manera eficiente, sino que también contribuye a la salud del suelo.
Cómo donar las heces de tu perro
Para aquellos que tienen animales de compañía, especialmente perros, y son amantes de las plantas, esta metodología ofrece una forma de contribuir a un ambiente más sano al recoger las heces fecales y utilizarlas en el compostaje.
En el Parque Nacional Fuentes Brotantes de la Ciudad de México, una innovadora iniciativa permite a los dueños de perros donar las heces de sus mascotas para convertirlas en composta. Este proyecto, denominado “Patitas que Nutren”, fue lanzado en 2022 y ha transformado los desechos caninos en un recurso valioso para la naturaleza.
Para participar es sencillo, los dueños deben recoger las heces de sus perros y depositarlas en uno de los doce composteros distribuidos en el parque, asegurándose de no usar bolsas o papel, ya que estos materiales impiden el compostaje. Luego, deben cubrir las heces con el sustrato disponible en el compostero. Diariamente, brigadas de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (CORENADR) recogen los desechos para iniciar el proceso de compostaje.
En el parque, que recibe alrededor de mil 200 perros, se generan aproximadamente una tonelada de composta al mes gracias a esta iniciativa. La composta producida se utiliza en los jardines y áreas verdes del parque, contribuyendo a su mantenimiento y embellecimiento.