“¡La cucaracha!”: la clave que usó Rafael Caro Quintero para ordenar la muerte de sus enemigos en su presencia

Rafael Caro Quintero fue un narcotraficante extremadamente violento en sus inicios y siempre se caracterizó por no investigar antes de asesinar a alguien, tal es el caso de lo ocurrido en el restaurante La Langosta Loca, donde ultimaron a dos hombres de origen estadounidense.

De acuerdo con Anabel Hernández en su libro ‘Emma y las otras mujeres del narco’, el periodista John Clay Walker y Albert Radelat fueron confundidos con agentes de la DEA debido a que no hablaban español, por lo que quedaron sin vida en manos de integrantes del Cártel de Guadalajara.

Pero algo que caracterizaba a ‘El Príncipe’ era que tenía una palabra clave para ordenar la ejecución de una persona que representaba un peligro a su presencia, ya sea por confundirlos con agentes de la DEA o bien por pensar que podría tratarse de algún traidor.

“¡La cucaracha!”, era la frase clave para solicitar a sus sicarios que terminara con la existencia de alguien en grupo, pues incluso llegó a ordenar que atentara hacia mujeres que no le hacían caso, es por ello que no existía ninguna que se le resistiera, ya sea por miedo o amor.

“Cuando de sus labios salía la orden ‘La Cucaracha’, significaba atacaba precisamente atacar en bola a la ‘cucaracha’, la víctima a la que iban a asesinar, todos tenían que golpearla tumultuariamente, un desbordamiento de violencia”, se lee en el libro.

‘El Príncipe’ fue aprehendido en Costa Rica, el 4 de abril de 1985, esto en San Rafael de Ojo de Agua, en Alajuela, Costa Rica, cuando se encontraba acompañado de Sara Cossío Gaona, una menor de 17 años, que era sobrina de un político de Jalisco.

Los delitos que se le imputaron fueron por la privación ilegal de la libertad y asesinato del agente de la DEA, Enrique ‘Kiki’ Camarena, y el presunto secuestro de Sara Cosío, quien no tenía la mayoría de edad, aunque otras versiones señalan que ella fue por voluntad propia.

En 2013 fue liberado tras un fallo en su caso, por lo que durante nueve años estuvo en libertad, lo que le permitió seguir con su actividad en el narcotráfico, al fundar el Cártel de Caborca.

De acuerdo con Carlos Loret de Mola, Guzmán Loera tuvo un diálogo con Rafael al ofrecerle protección en una de sus zonas de influencia, pero él quería seguir siendo importante en la organización. Algo que no le gustó a los líderes del Cártel de Sinaloa debido a que tenía muchos años inactivo y el derecho de antigüedad no aplicaba.

Fue así que en 2018, ‘El Príncipe’ creo el Cártel de Caborca, traicionando a su excolaborador Joaquín Archivaldo, así como a su socio Ismael ‘El Mayo’ Zambada.