El caso del Halcón, el amante del cine gore que se inspiró en películas para grabar sus crímenes en México

Alan Aparicio confesó ante las autoridades ser aficionado de filmes sádicos. Cuando autoridades de Puebla arribaron a su departamento, encontraron videos amateur de sangrientos actos perpetrados por él

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Alan Emmanuel Tapia tenía 17 años cuando cometió un triple homicidio y lo grabó con un celular Crédito: Procuraduría General de Justicia de Puebla

A sus 17 años, Alan Emmanuel Aparicio Pérez era amante de las películas gore, género cinematográfico que se caracteriza por la representación de la violencia extrema y actos viscerales. Su afición a este tipo de contenido era tal que las sangrientas escenas que veía en la pantalla las quiso replicar en la vida real. Y finalmente lo hizo. Como si se tratara de otros metrajes, grabó un par de crímenes con su celular.

En el año 2011 Alan se desempeñaba como guardia de seguridad privada en una unidad habitacional de Agua Santa, Puebla, estado que se localiza en la región central de México. En ese espacio de trabajo conoció a las personas que posteriormente se convertirían en su cómplices.

En aquel entonces, el adolescente mantenía una relación sentimental con una joven de 26 años llamada Irma Flores Romero, quien tenía dos pequeñas hijas (Brisa y Abril). Antes de cumplir 18, Alan le comentó que se mudaría al estado de Monterrey, ubicado al norte del país, ya que había encontrado otro trabajo que le brindaba mejores oportunidades y una paga superior, por lo que era momento de separarse.

Irma insitió en que la llevara con él. En un principio Aparicio se mostró renuente, pero finalmente accedió. El 12 de julio de ese año se programó el viaje. La madre llevó a sus hijas de seis y cuatro años de edad, sin saber que dicha expedición era una mentira fabricada por Alan, quien realmente había planeado asesinarlas.

El Lobo era guardia de seguridad, lideraba una banda criminal y era idolatrado por  Alan Aparicio (Foto: Captura de pantalla PGJ Puebla)
El Lobo era guardia de seguridad, lideraba una banda criminal y era idolatrado por Alan Aparicio (Foto: Captura de pantalla PGJ Puebla)

‘El Halcón’ y sus vínculos criminales

Además de ser guardia de seguridad, Alan formaba parte de un grupo criminal liderado por un sujeto de nombre Jesús Lima, alias El Lobo, a quien miraba con respeto y admiración. Él también era un guardia de seguridad y le daba clases de defensa personal. Su idolatría era tal que quería a toda costa ser como él. Incluso, se hizo el mismo tatuaje (un alacrán en su brazo izquierdo).

“Los tres orificios que tengo en la oreja se los copié a él también. El corte de cabello también, la manera en la que me visto, la manera de ser, mi postura, mi manera de hablar, todo es de él. Yo siempre traté de ser como él. Para mí él era como mi ídolo, como mi Dios, era mi todo”, comentaría Alan tiempo después ante la Procuraduría General de Justicia de Puebla.

En esa banda delictiva el joven de 17 años no era conocido como Alan Emmanuel, sino como “El Halcón”. Su principal aspiración era subir de rango y convertirse en el segundo al mando, pero para ello debía demostrar que podía cometer asesinatos a sangre fría.

Informes de la prensa local indicaron que El Lobo solía exigir a sus subordinados pruebas de sus crímenes para verificar su autenticidad. Amante del cine gore, Alan vio la oportunidad de grabar un asesinato y presentárselo a su líder, con la idea en mente de que su reputación aumentaría.

Alan y sus cómplices grabaron el asesinato de Irma y sus dos pequeñas hijas con un teléfono celular (Foto: Captura de pantalla PGJ Puebla)
Alan y sus cómplices grabaron el asesinato de Irma y sus dos pequeñas hijas con un teléfono celular (Foto: Captura de pantalla PGJ Puebla)

El crimen fue planeado. Sabía en qué lugar podía cometer el homicidio sin que fuera visto por las autoridades. También conocía el sitio donde dejaría los cuerpos de sus víctimas para que no fueran localizadas. Sin embargo, era consciente de que si quería grabar el asesinato necesitaría la ayuda de al menos otra persona.

Para ello contactó a María Socorro Pardo Cruz, alias La Güera, quien también laboraba como guardia de seguridad privada en Agua Santa. Lo mismo hizo con Eduardo Jiménez, alias El Chino, un joven de 17 años originario de Chiapas que accedió a participar en los despiadados actos. Ambos conocían a El Lobo.

Un video y ‘La Parka’

El 12 de julio, antes de emprender el viaje, Alan le explicó a Irma que pasaría por dos amigos (La Güera y El Chino) quienes también probarían suerte en Monterrey. Todos abordaron un taxi y se dirigieron hacia una zona conocida como Valsequillo. A base de engaños, le dijeron a la mujer que pasarían por ellos hasta la altura de Tecali de Herrera. Sin embargo, a mitad del camino descendieron del vehículo y empezaron a caminar por una vereda de terracería.

Irma sospechaba que algo no estaba bien, pero siguió adelante con sus hijas, a quienes les había prometido un día de campo. Luego de pasar por un riachuelo, La Güera esposó a Irma y comenzó a golperla. El Halcón iba preparado. De una mochila sacó una especie de disfraz: una túnica negra, unos guantes del mismo color, una máscara parecida a la de un luchador mexicano (La Parka), unas tijeras y un arma blanca.

Irma Flores tenía 26 años cuando fue asesinada por Alan, su pareja sentimental (Foto: Captura de pantalla PGJ Puebla)
Irma Flores tenía 26 años cuando fue asesinada por Alan, su pareja sentimental (Foto: Captura de pantalla PGJ Puebla)

En el video -que posteriormente quedó en manos de las autoridades- se observa a El Halcón con un objeto punzocortante. Primero tomó a la madre (a quien le cortó los párpados), mientras El Chino grababa con un celular. Después pasó el haz por su cuello. Durante 40 segundos se aprecia a Irma convulsionarse, según reportes de la periodista Magaly Herrero quien tuvo acceso al audiovisual.

Después aprehendió a las menores y los asesinatos fueron consumados. El Halcón y sus dos cómplices tomaron el mismo sendero por el que llegaron. Al otro día tenían que trabajar.

En su momento los familiares de Irma no reportaron su desaparición, pues pensaban que se había ido a vivir junto a sus hijas con una pareja sentimental. Transcurrieron los meses, hasta que a principios de 2012 autoridades locales de Puebla tuvieron conocimiento de un peculiar video que comenzó a circular entre unos empleados de seguridad privada en Agua Santa y San Bartolo.

Se dudaba de la autenticidad del audiovisual, pues sólo se contaba con un fragmento en el que se observaba a un individuo con máscara de calavera, chamarra y guantes negros asesinando una mujer y dos menores. Podía tratarse de la representación de un crimen o de un triple homicidio auténtico. La entonces Procuraduría estatal no descartó esta última posibilidad y comenzó con las indagatorias correspondientes.

La Güera aceptó ante las autoridades haber golpeado a Irma por órdenes de Alan (Foto: Captura de pantalla PGJ Puebla)
La Güera aceptó ante las autoridades haber golpeado a Irma por órdenes de Alan (Foto: Captura de pantalla PGJ Puebla)

Confesiones de los involucrados

Los elementos de prueba eran escasos, ya que se desconocía la identidad de las personas que aparecían en el material gráfico. En cuanto al asesino, sólo se podía observar que llevaba un brazalete en una de sus manos. “Pero no podíamos dejar que esto quedara así (...) Teníamos de dónde investigar”, comentó una agente de nombre reservado que participó en las investigaciones y reconoció que se trataba de un caso “sensible y delicado”.

Se realizaron trabajos de inteligencia y se desplegó un operativo de búsqueda en colonias como Agua Santa, San Bartolo y San Baltazar. Una mujer reconoció a Abril, pues era la compañera de clase de su hija. Elementos de la Procuraduría estatal interrogaron al abuelo de las menores, quien dijo que desde hacía cuatro meses no sabía nada de ellas.

La primera involucrada en caer fue La Güera. Ante las autoridades confesó que: “él (Alan) me da la orden de esposar a la muchacha y me ordena que la golpeé. Esa es mi participación, haberlo acompañado”, explicó la mujer en un video que fue compartido por la Procuraduría estatal.

Fue así como se dio con la ubicación de Alan Aparicio. Su detención se realizó cerca de Agua Santa. Agentes policiales arribaron a su departamento ubicado en esa misma colonia. Vivía junto a El Chino en un quinto piso. Los oficiales revisaron el lugar, el cual desprendía un “olor a muerto” y estaba cubierto de basura y restos de comida.

Autoridades de Puebla localizaron los restos de Irma y sus dos hijas (Foto: PGJ Puebla)
Autoridades de Puebla localizaron los restos de Irma y sus dos hijas (Foto: PGJ Puebla)

Finalmente encontraron el dispositivo con el que fueron grabados los asesinatos, un teléfono de la marca Nokia. Cuando revisaron la computadora de Alan encontraron cinco archivos que les llamaron la atención. Uno era una edición amateur de 10 minutos de dicho crimen que fue musicalizado con una canción de death metal. En otro aparecía Alan a la edad de 15 años junto a El Lobo perpetrando otro homicidio.

En ese video se observaba a un hombre que yacía en suelo. Tenía un cuchillo clavado en el pecho, mientras Alan intentaba cortarle la leguna y profería una serie de insultos. De fondo se escuhaban risas entrecortadas de El Lobo. De esa manera, se pudo comprobar que no era la primera vez que El Halcón grababa un asesinato.

Una vez asegurado, Alan contó su versión de lo ocurrido. “Era el egocentrismo. Simplemente en ese momento era El Halcón. Era El Halcón quien estaba trabajando. No podía dejar mal esa reputación”. Sin titubear en su confesión, el responsable del crimen detalló cuál fue su “referente” para disfrazarse de tal manera.

“La manera de disfrazarme la saqué de una película y la forma de matar también. Me gustan las películas un poco sádicas, entonces fue por eso”
(Foto: PGJ Puebla)
(Foto: PGJ Puebla)

De igual manera, esclareció las razones por las cuales utilizó un objeto punzocortante para cometer el triple homicidio. “Fue lo que se me hizo más rápido porque no cuento con un arma de fuego para pegarle unos tiros y ya”.

El Chino, por su parte, también emitió sus declaraciones. “Le dije a Alan que ya no quería grabar. Entonces Socorro sigue grabando. Yo abrazo a la niña chiquita, la tenía entre mis brazos”, explicó.

Con base en los interrogatorios se supo la ubicación exacta donde se llevó a cabo el crimen. Se trataba de una zona de difícil acceso en Tecali de Herrera, a la cual se trasladaron elementos periciales y la policía ministerial, quienes fueron acompañados por El Halcón para ubicar los cuerpos de Irma y sus dos hijas. Con ayuda de binomios caninos localizaron los restos de las víctimas.

Fue así como todos los responsables fueron detenidos por las autoridades. Cuando Alan ya tenía 18 años fue ingresado en el penal de San Miguel, ubicado en la ciudad de Puebla, donde permaneció 18 meses. Gracias a que comprobó que era menor de edad cuando cometió el crimen, fue trasladado al Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes (CIEPA) en agosto de 2013, donde tres años más tarde atacaría a dos custodios y un recluso con un objeto punzocortante. Finalmente fue condenado a 6 años y 10 meses de prisión.

La Güera, como ya era mayor de edad, recibió 50 años de cárcel. El Chino también recibió una pena menor porque cuando ocurrieron los hechos tenía 17 años. En este 2023, Alan tendría entre 29 y 30 años.

Cabe mencionar que este caso llevó a la detención de El Lobo y varios de sus cómplices, identificados como El Monky y La Pantera, quienes también cometieron asesinatos con el mismo común denominador, es decir, que eran registrados en video.