Rosa Venus, el “jabón chiquito” de los enamorados, su historia y cuáles son sus propiedades

Al año, se estima que se producen 72.6 millones de jabones Rosa Venus, de los cuáles el 85% se destinan al uso doméstico

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(Jovanni Pérez/Infobae)
(Jovanni Pérez/Infobae)

Existe un jabón que suele ser referencia de los moteles de paso: el Rosa Venus. Lo que pocas personas saben, es que este producto es 100% mexicano y su historia es muy interesante. El conocido como “jabón chiquito”, es un jabón de tocador 100% mexicano que nació en la década de los años 50.

Es fabricado por la marca La Corona, y al igual que varios de sus productos, el pequeño jabón rosa es sinónimo de calidad, tradición y buen precio.

La Corona es una fábrica de jabón que fue fundada en 1920, por Esteban González Padilla, quien era originario de Tepatitlán, Jalisco. Su producción cuenta con varios de los jabones mexicanos más populares como Roma, Zote, Tepeyac y el ya mencionado Rosa Venus.

En la actualidad, la fábrica de La Corona se encuentra en Ecatepec, Estado de México, y produce alrededor de 72.6 millones de “jabones chiquitos” al año. Es decir, que el 80% de su producción en jabones de tocador corresponden a la marca Rosa Venus. La clásica marca mexicana ha trascendido fronteras y también es consumida en Centroamérica, Sudamérica y Estados Unidos.

El jabón Rosa Venus tiene varias presentaciones.
El jabón Rosa Venus tiene varias presentaciones.

Historia del “jabón chiquito”

Comenzó a producirse en 1950 y buscaba ofrecer un producto de calidad a un precio justo, una opción a las marcas extranjeras que inundaban el mercado. Fue por eso que sus creadores pensaron en un slogan que acompañara y reflejara los principios de la marca: “Un jabón tan bueno como los demás, pero a un precio justo”.

En un principio, el jabón Rosa Venus se vendía sin envoltura, pues era exhibido en grandes bomboneras de vidrio sobre los mostradores de tiendas y farmacias. Esta forma de distribución abarataba aún más sus costos y lo volvía muy accesible, para las familias mexicanas de clase media y baja.

La marca debió superar con calidad y precio a la competencia, que gozaba de gran publicidad, pues eran promocionados por grandes artistas del momento, tanto mexicanas como extranjeras, como María Félix, Silvia Pinal, Silvia Derbez y Natalie Wood. Pronto Rosa Venus se volvió un jabón querido y preferido por todos los mexicanos.

El clásico jabón tiene cinco tamaños diferentes: 25, 50, 100, 150 y 200 gramos. Además, cuenta con tres presentaciones: rosa, blanco y antibacterial. Es importante aclarar que, desde sus inicios, la fórmula del Rosa Venus sigue siendo la misma.

El clásico jabón tiene cinco tamaños diferentes: 25, 50, 100, 150 y 200 gramos.
El clásico jabón tiene cinco tamaños diferentes: 25, 50, 100, 150 y 200 gramos.

Aunque es conocido por ser utilizado en los hoteles de paso, cabe señalar que los principales consumidores de Rosa Venus, no son los hoteleros, sino las familias mexicanas. Para ser más exacto, solamente el 15% de la producción de este tipo de jabones está destinada al uso institucional (hoteles, escuelas, restaurantes y oficinas, entre otros), mientras que el 85% es destinado a uso doméstico.

Sin embargo, en México, las personas han relacionado a este jabón con los hoteles de paso, y les han dado una connotación sexual. Incluso, este 14 de febrero, suelen hacerse memes en donde se relaciona al jabón chiquito con los hoteles, y su aumento de producción por el exceso de la demanda.

A pesar de esto, resulta interesante saber que en estas fechas no se registra un gran repunte en las ventas, como popularmente se cree.

Los expertos en dermatología recomiendan el uso del jabón Rosa Venus, para disminuir imperfecciones de la piel. Además, es un producto con bajo nivel de acidez, lo que significa que no altera el PH natural de la piel.

Puede utilizarse para el lavado diario de cutis, pues es ideal para remover el maquillaje, además de que humecta la piel y le proporciona suavidad. Contiene ácidos grasos de origen animal que nutren la piel y tienen propiedades higroscópicas, o sea, que absorben la humedad del aire.