“Corre el rumor de que soy la señorita Goody-two-shoes (N. del E.: se refiere a una expresión popular anglosajona que dicen de las mujeres de conducta “perfecta”) de Australia. Bueno, eso es gracioso. ¡Realmente soy la señorita Goody-two-shoes de Inglaterra!”, dijo con el encanto que la caracterizó para aclarar la creencia popular de que era australiana. Casi se aparta del proyecto que la catapultó al estrellato por miedo a interpretar a una adolescente. Aunque es difícil imaginar la película Grease sin ella, la realidad es que estuvo a punto de no participar. Olivia Newton-John alegró a millones de personas con sus papeles en el cine, pero su vida personal fue bastante trágica.
Su lucha y un legado inspirador
Olivia Newton-John fue diagnosticada con cáncer de mama por primera vez en 1992, cuando tenía 44 años. Después de un periodo de remisión, reveló que la enfermedad había regresado en 2017. La actriz fue transparente acerca de su lucha contra la enfermedad y, aunque el camino fue difícil, nunca dejó de esforzarse por apoyar a otros afectados. Creó la Fundación Olivia Newton-John con el propósito de financiar la investigación en tratamientos de medicina vegetal para el cáncer. También contribuyó a la financiación de un centro de bienestar e investigación sobre el cáncer en Australia, que ahora lleva su nombre.
A pesar de su padecimiento, Olivia parecía vivir la vida al máximo. En 2020, la intérprete de Twist of Fate habló acerca de cómo hizo para mantener un espíritu optimista: “No sé cómo sería mi vida sin esto ahora. Lo considero como el viaje de mi vida. Me dio un propósito y una razón de ser, y me enseñó mucho sobre la compasión. Fue un regalo. No lo desearía para nadie más, pero fue algo relevante en mi vida”. También reflexionó sobre la importancia de vivir el presente cuando al señalar: “Creo que cada día es una bendición. Nunca sabemos cuándo se acabará nuestro tiempo, todos tenemos un tiempo limitado en este planeta, y debemos estar agradecidos”. Después de una larga batalla contra el cáncer de mama, Newton-John falleció el 8 de agosto de 2022, a los 73 años.
De Cambridge a Hollywood
Dame Olivia Newton-John nació el 26 de septiembre de 1948 en Cambridge, Inglaterra. En 1954, su familia se mudó a Australia cuando a su padre le ofrecieron un trabajo como decano de una universidad presbiteriana en Melbourne. Después de ganar un concurso de talentos de canto, regresó a Inglaterra con su madre, donde vivió hasta 1975. Como muchas grandes figuras de Hollywood, Olivia inició su carrera a una edad muy temprana. Comenzó a explorar su talento para la música durante su adolescencia, después de haber dejado atrás su sueño de convertirse en veterinaria. En una entrevista la estrella relató: “De joven, amaba a los animales y quería estar en el campo de la veterinaria. Pensé en estudiar para ser veterinaria, pero luego me di cuenta de que necesitaría pasar por la facultad de Medicina, y no era muy hábil en ciencias, así que pronto abandoné esa idea”.
Al darse cuenta de que la veterinaria no sería su camino Newton-John decidió probar suerte con la música. Se unió a un grupo musical junto a otras tres adolescentes, todas de 14 años. En su libro Don’t Stop Believin’, describió aquel grupo: “Éramos unas chicas apasionadas por el canto (al igual que yo), y formamos una banda llamada Sol Four. Nos vestíamos con jeans, chaquetas de arpillera y poleras negras”. Después de su experiencia en la banda de chicas, Newton-John se aventuró en un concurso de talentos a los 15 años, lo que le permitió obtener varios papeles como actriz. Fue así que apareció en la serie It’s Cliff Richard (1970) y en la película Tomorrow (1970).
Decisión crucial
Es difícil imaginar a otra actriz además de Olivia Newton-John en el papel de Sandy Olsson en Grease, su película consagratoria, pero casi ocurrió. Newton-John reveló que estuvo a punto de rechazar el papel: “Realmente no estaba segura de querer hacer la película porque había participado en un musical anterior en Inglaterra que no tuvo éxito”, explicó. Y agregó que su coprotagonista y amigo cercano, John Travolta, desempeñó un papel crucial para convencerla: “Mandaron a John a verme, y ¿Quién podría decirle que no, verdad? Ver a un hombre apuesto con esos ojos azules brillantes, tan dulce, me hizo derretir al hablar con él”. A Newton-John le preocupaba su edad, ya que Sandy era una estudiante de secundaria, y eso le generaba dudas a la hora de aceptar el papel. “Pensaba: ‘Pero tengo 29 años. ¿Cómo voy a parecer de 18?’. Mirando atrás, no puedo creer que haya pensado eso. Pero al final, todo es cuestión de actitud”, dijo.
Travolta - Newton John
La película Grease marcó el inicio de la amistad entre Olivia Newton-John y John Travolta en los años 70 que perduró a lo largo de las décadas. En 2019, Travolta compartió con Us Weekly cómo mantuvieron el contacto a lo largo de los años: “Nos vimos hace poco, hace unos tres meses, y estamos en contacto constante por mensajes. Cuando nos vemos en persona, solemos cenar juntos y ponernos al día. También hablamos sobre la posibilidad de colaborar en un proyecto”.
Ella confesó el constante apoyo que recibió de Travolta, a quien describió como :“Un hombre encantador y dulce”. Explicó que él se aseguró de que se sintiera cómoda durante el rodaje de Grease. Incluso Travolta arruinó intencionalmente una grabación para darle a Olivia la oportunidad de volver a filmar una escena. Tras el fallecimiento de Newton-John, Travolta fue uno de los muchos famosos que rindieron homenaje a la actriz, al dejar un conmovedor mensaje en Instagram: “Queridísima Olivia, hiciste nuestras vidas mucho mejores. Tu impacto fue increíble. Te quiero mucho. Nos volveremos a encontrar en el camino y estaremos juntos de nuevo. ¡Te amo desde el primer momento en que te vi y siempre lo haré! Tu Danny, tu John”.
La química entre ellos era innegable, lo que hizo que los fanáticos de Grease se sintieran decepcionados al saber que su romance en pantalla nunca se trasladó a la vida real. Aunque se apoyaron mutuamente desde el principio, incluso fuera de cámaras, la razón por la cual nunca fueron pareja en la realidad se debe a que ambos estaban en relaciones durante el rodaje. Newton-John explicó que, aunque había una gran afinidad entre ellos, las circunstancias no permitieron que surgiera una relación romántica: “Ambos teníamos parejas en ese momento y, respetuosamente, no se dio. Creo que fue para bien, ya que mantuvo la tensión y la química. Hubiera sido un verdadero desastre si hubiéramos salido. Pero seguimos siendo grandes amigos”. Por su parte, Travolta también abordó sus sentimientos hacia Newton-John, al confirmar que había una notable tensión sexual entre ellos en el set. Simplemente, se conocieron en el momento equivocado.
El enigma del novio
A diferencia de su famoso personaje, a Olivia Newton-John le costó encontrar a esa persona especial, como su amor en la pantalla grande, Danny Zuko. Ella y su esposo, el actor Matt Lattanzi, se divorciaron, luego de una década de casados, en 1995 en medio de rumores de infidelidad por parte de él. Luego, su novio de muchos años, Patrick McDermott, literalmente desapareció. La relación de Olivia Newton-John con McDermott dio un giro inesperado en junio de 2005 cuando el hombre se esfumó durante un viaje de pesca. La pareja había estado junta durante nueve años y se había separado justo antes de su partida. Se denunció la desaparición de McDermott casi una semana después, cuando no se presentó a una reunión familiar. A pesar de que las autoridades llevaron a cabo una búsqueda exhaustiva en la costa de San Pedro, California, donde fue visto por última vez, no se halló su cuerpo, por lo tanto se concluyó que había muerto ahogado.
La situación tomó un matiz aún más extraño cuando, años después, surgieron especulaciones acerca de que McDermott había fingido su muerte para escapar de deudas que superaban los 30 mil dólares, incluyendo pagos de manutención. Según un informe del New York Post, investigadores privados lo localizaron en un pueblo de México en 2009. Se afirmó que McDermott envió grabaciones de voz a los investigadores para probar que estaba vivo, como parte de un acuerdo en el que se le prometió que lo dejarían en paz si confirmaba su supervivencia. Años después de la desaparición, la actriz dijo que seguía dolida por la pérdida, al revelar que: “Creo que siempre tendré dudas. Jamás estaré en paz con este asunto”.
La casa del horror
Lo que empezó como la casa soñada pasó a ser la casa del horror para Olivia y su segundo esposo, el empresario John Easterling. La pareja compró la lujosa mansión en el condado de Jupiter Inlet, en Florida, en 2009, y después de tenerla durante cuatro años, decidieron ponerla en venta. Encargaron a un contratista la supervisión de grandes reformas que aumentarían el precio de la propiedad. El hombre contratado para el trabajo, Christopher Pariseleti, de 41 años, se suicidó en una de las habitaciones de la casa, mientras Newton-John y Easterling no estaban. El incidente hizo que la interesada, la actriz Rosie O’Donnell, cancelara la compra. La pareja tuvo tantos problemas para vender la propiedad que incluso llevaron a un exorcista para limpiarla de espíritus. En 2015, la casa de 5,5 millones de dólares fue vendida a un ejecutivo publicitario sueco por 5 millones de dólares en efectivo.
La pérdida de seres queridos
El año 1992 fue trágico para la estrella: su ahijada de 5 años murió de cáncer. Enseguida murió el padre de la protagonista de Grease. Luego, tan sólo dos semanas después de perder a su padre, a Newton-John se le diagnosticó cáncer de mama. La actriz declaró a People: “Fue todo a la vez. Todo se me vino encima. No puedes evitar sentir la desesperación en ocasiones. Es abrumador”.
Se sometió a una mastectomía parcial, a la reconstrucción del pecho y a quimioterapia, y estuvo sin cáncer por más de 20 años. Fundó el Olivia Newton-John Cancer Wellness and Research Center en Australia. Su objetivo era: “Acabar con el cáncer, ganarle al cáncer, es mi sueño”. Pero la enfermedad dio otro golpe a la familia de Newton-John. Su hermana mayor, Rona, murió de cáncer cerebral en mayo de 2013. “Siempre la extrañaré, pero estará, estará conmigo aquí”, reflexionó sobre l a muerte de su hermana y agregó: “Soy una persona mucho más fuerte de lo que pensaba. A veces necesitas enfrentarte a cosas antes de conocer realmente tu potencial”.
La música como terapia
Su música definió las décadas de los 70 y 80, y sus numerosos éxitos permitieron que la nominaran 12 veces y ganara cuatro premios Grammy, entre otros reconocimientos. Una de sus canciones más emblemáticas, Physical, encabezó las listas de éxitos durante semanas y la estableció como un ícono del pop. Entre sus muchos sencillos exitosos se encuentra You’re the One That I Want de la película Grease (1978), que protagonizó junto a John Travolta.
Sin embargo, para Newton-John, la música era mucho más que una simple carrera, también tenía un valor terapéutico: “Todos hemos pasado por mucho en la vida. Estoy segura de que quienes nos están viendo también han enfrentado pérdidas y duelo. Siempre encontré que mi forma de sanar era a través de la música”, dijo.
Esa conexión profunda con la música puede explicar por qué la actriz continuó de gira hasta sus últimos años. En 2016, lanzó el álbum Liv On para apoyar a las personas en duelo, en el que colaboró con sus amigas Amy Sky y Beth Nielsen Chapman. Newton-John explicó: “Perdí a mi hermana y las invité a unirse a este trío para crear este álbum, con la intención de ayudar a la gente a superar el duelo y seguir adelante con sus vidas”. También expresó que la creación del álbum fue una experiencia sanadora: “La música tiene una forma de curar y conectar a las personas, y fue una experiencia poderosa. Estoy muy entusiasmada con este disco y con la posibilidad de ayudar a las personas en el futuro”, concluyó.
Esperanza y generosidad
Aunque muchos fans se sorprendieron con la muerte de Olivia Newton-John, no fue algo inesperado para la superestrella desde que le diagnosticaron cáncer. Sin embargo, logró mantener una actitud positiva hasta el final: “Tuve experiencias con espíritus y vida espiritual. Creo que algo sucede. Creo que todo el amor estará ahí. Estoy esperando ese momento”, dijo. Su gran espíritu la llevó a su último deseo de ayudar a los demás. En un comunicado publicado en Instagram, sus seres cercanos escribieron: “En lugar de flores, la familia pide que se hagan donaciones en su memoria al Olivia Newton-John Foundation Fund”.
Olivia Newton-John quería seguir contribuyendo después de su muerte a través de su fundación, que apoya la investigación en medicina vegetal y cáncer. En el último post de Instagram Newton-John compartió una emotiva foto de ella y su esposo, John Easterling, quien tuvo que anunciar su muerte apenas unos días después. Pero quizás pueda consolar a quienes la conocieron el hecho de ser una verdadera inspiración para muchos que la vieron superar tantas tragedias. Un año antes de su fallecimiento Olivia declaró: “Quiero transmitir algo bueno y valioso que ayude a la gente”. Misión cumplida.
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