Ed Sheeran: Partió de Argentina con el corazón latiendo en celeste y blanco

Tras dos años sin visitarnos, retornó con su Divide Tour, que viene presentando a lo largo de 216 fechas en seis continentes. Icono de la música en la era de Spotify (así financia sus giras), apareció apenas con una guitarra acústica y una bandeja de sonidos. No sólo le alcanzó: al británico y artista pop del momento le sobró para conquistar a 45 mil fans.

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Acústica en mano, tattos, sonrisa característica: una postal de Sheeran en nuestro país, con el Divine Tour.
Acústica en mano, tattos, sonrisa característica: una postal de Sheeran en nuestro país, con el Divine Tour.

Ahí está él, Ed Sheeran, guitarra en mano, y una antigua e inolvidable frase surge espontánea –acaso un poco aggiornada– en quien lo observa  entusiasmado como un nene al salir del colegio: "Lo esencial no es invisible a los oídos".

Bastaba encarar la lluviosa, cálida y por ende húmeda noche del sábado en la porteña zona de Palermo para corroborarlo.

Porque el paso de Edward Christopher Sheeran (28 años, 1.73 metro) sobre nuestro suelo volvió a ratificar, además de su sólido transitar en la música internacional, que cuando hay talento y carisma, una guitarra, sí, apenas una guitarra (aquella que aprendió a tocar de chico en la iglesia de Halifax, su ciudad en el West Yorkshire de Inglaterra) alcanza para encender los corazones.

"Todo lo que escuchen en este recital es en vivo. Soy yo, mi guitarra acústica y este aparato que graba lo que hago y lo reproduce sin parar", explicó, y la velada ardió.

Luego de tocar Shape of you (el clásico para lucir la camiseta del país anfitrión), Ed se despidió con You need me, i don’t need you.
Luego de tocar Shape of you (el clásico para lucir la camiseta del país anfitrión), Ed se despidió con You need me, i don’t need you.

Fue de cara a cuarenta y cinco mil fanáticos –sold out total– que se conmovieron en el Campo Argentino de Polo frente al muchachito colorado y mofletudo, con un ojo estrábico y look adolescente de remera, jean y zapatillas. El mismo que avivó las llamas reclamando: "Éste es mi último show en un mes y quiero perder la voz con ustedes. Así que… ¡griten!".

¿Conclusión?

A lo largo de dos horas, los fanáticos renovaron el viejo romance (no lo veían desde 2017), coreando hits de sus tres discos cargados de melodías sencillas y letras penetrantes, como Castle on the hill, The a team, I see fire, Give me love, Galway girl, Perfect, Photograph, Thinking out loud, Sing, Shape of you y You need me, i don't need you, etcétera, etcétera. Claro, no es casual que Ed ya les haya compuesto temas a Taylor Swift, al rapero Eminem, a Justin Bieber, a la banda teen One Direction y a James Blunt… Habrá que empezar a extrañarlo de nuevo.

Por Leonardo Ibáñez.
Fotos: Fabián Mattiazzi e Instagram.

Agradecemos a María Peluffo (MP Comunicación), MOVE Concerts y Warner Music.

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