El pueblo de Guadalajara donde las cascadas cruzan el casco histórico: naturaleza, historia y aguas termales a solo una hora y media de Madrid

Esta maravilla natural lo convierte en un destino muy atractivo para disfrutar de unos días libres

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Imagen de una cascada en Trillo, una de las maravillas de este pueblo. (Ayuntamiento de Trillo)

El verano es una de las épocas en la que es más frecuente irse de vacaciones. Entre estos meses, agosto es el mes más habitual para descansar unas semanas y recargar energías.

En el caso de que no quieras ir a destinos turísticos muy masificados o que solo tengas unos pocos días para hacer una escapada, este puede ser el sitio ideal. Se encuentra en Guadalajara y está a una hora y media de Madrid.

Se trata de Trillo, un pequeño pueblo que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), tiene 1.396 habitantes. La tranquilidad que rebosa este municipio es enorme, por lo que es tu opción ideal en el caso de querer reconectar contigo mismo o disfrutar de unos días de tranquilidad.

Parque Natural Barranco del río Dulce (Guadalajara).

Cómo es

Caminar por las calles empedradas de Trillo, en la provincia de Guadalajara, permite descubrir un entorno en el que el agua marca cada rincón. Este pueblo es conocido por las cascadas que irrumpen el núcleo urbano y se funden con el legado arquitectónico medieval. Este fenómeno natural y patrimonial convierte a Trillo en un punto muy interesante para pasar tus vacaciones.

El río Cifuentes es uno de los grandes responsables del encanto natural de Trillo. Su curso atraviesa el casco histórico, dando lugar a saltos de agua como la Cascada de Cifuentes. Esto crea un ambiente diferente, lo que le dota de una personalidad única a este lugar.

La historia de Trillo se muestra en cada una de sus construcciones más emblemáticas. Erigido en los salientes escalonados al borde de los ríos, el municipio ha sabido conservar vestigios de distintas épocas. El puente sobre el río Tajo, obra monumental del siglo XVI, resiste el paso del tiempo pese a haber sufrido los embistes de varias guerras.

Junto a la plaza principal se alza la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, también del siglo XVI, con una impronta renacentista que baña todo el conjunto urbano. El pasado industrial y agrícola perdura en la Casa de los Molinos, cuyos orígenes datan del siglo XII y es uno de los mayores exponentes de su historia.

Por otra parte, la ermita de San Blas alberga el Museo Etnológico, donde se exponen objetos y relatos sobre las vidas pasadas. La popularidad de la localidad se debe también a sus aguas termales. El Balneario Real Carlos III ofrece baños mineromedicinales, un recurso utilizado desde la época romana. Se encuentra junto al río Tajo, rodeado de jardines y fuentes, conformando un espacio único.

A unos 20 minutos en coche se encuentran los restos Monasterio de Santa María de Óvila, del siglo XII. Esta es una visita obligatoria en el caso de que visites Trillo.

La gastronomía local se concentra en la Plaza Mayor, donde bares y restaurantes sirven los platos más típicos como la trucha del río, las migas y rosquillas de anís. Para quienes prefieren el contacto directo con el entorno, hay rutas de senderismo que conducen a las formaciones rocosas conocidas como Tetas de Viana, declaradas Monumento Natural por su singularidad.