El ferrocarril más alto de Europa está en Los Pirineos: así han sido sus más de 100 años de historia

En el año 2023 acogió a más de 120.000 pasajeros

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Este es el tren de
Este es el tren de Artouste, uno de los más turísticos de Francia. (valleedossau.com)

En los Pirineos franceses, más de 120.000 personas viajan cada año en el tren que ostenta el récord del ferrocarril turístico más alto de Europa, según informa la web francesa aquitaineonline.

La línea de Artouste, ubicada en la región de Nouvelle-Aquitaine, recorre la ladera de la montaña sobre un trayecto de 10 kilómetros y mantiene una altitud media de 1.940 metros, lo que transforma el desplazamiento en una experiencia panorámica única.

La historia de este ferrocarril se remonta a 1920. En este año la Compagnie des chemins de fer du Midi, una de las primeras empresas ferroviarias del país, implementó un ambicioso plan de electrificación de sus líneas para aprovechar la energía hidráulica del Valle de Ossau.

En ese contexto, nació una línea de vía estrecha de 50 centímetros de ancho. Su propósito inicial consistía en transportar trabajadores y materiales hasta una presa que se construía en el lago Artouste, a 2.000 metros de altitud. Durante ocho años, la línea sustentó la logística de una de las mayores obras de ingeniería de los Pirineos.

Completada la presa en 1929, el tren mantuvo su operatividad. En 1932, el gobierno local propuso reconvertirlo en una atracción turística, iniciativa respaldada por el Consejo General. A partir de entonces, el pequeño tren de Artouste inauguró una nueva etapa, llevando pasajeros hasta los paisajes de alturas del Bearne.

El recorrido, suspendido en una vía que serpentea acantilados y túneles, incluye puntos de referencia como el Túnel del Oso y la vista sobre el Pic du Midi d’Ossau.

Esta localidad se caracteriza por combinar su pasado y arquitectura medieval con rico patrimonio natural

Su transformación en un atractivo turístico

Con el paso del tiempo, se estableció como un punto turístico. Lo que en un principio eran vagones con plataformas de madera, se fueron modernizando, llegando a tener capacidad para 300 personas. Las ampliaciones dieron como resultado una mejora significativa en las condiciones, pero sin perder su esencia histórica.

A medida que el tren fue mejorando sus prestaciones, fue subiendo el número de visitantes y turistas. El funcionamiento del tren resulta clave para el desarrollo económico de la región. En 2023 la afluencia de visitantes superó las 120.000 personas, dinamizando comercios, alojamientos y actividades artesanales del Valle de Ossau.

Este beneficio económico contribuye también al mantenimiento de la línea ferroviaria, la formación de guías y la contratación de personal para las visitas guiadas.

Tras una etapa bajo la gestión de la SNCF (Sociedad Nacional de los Ferrocarriles Franceses), la administración ha recaído en el municipio local, que prioriza la conservación del patrimonio y promueve un turismo sostenible. Esto es algo que las instituciones del país valoran como algo muy positivo.

El viaje por el tren de Artouste culmina en el Paso de Pourtalet, un paso de montaña ubicado justo en el límite fronterizo entre Francia y España. Esta estación marca el punto final de un recorrido que combina naturaleza extrema y memoria técnica.

El ferrocarril representa no solo un legado de ingeniería, sino también un testimonio tangible de cómo una infraestructura obrera se transformó en un motor para el turismo regional y la economía local