La joya medieval de Inglaterra: un bonito pueblo con 2.000 años de historia, una impresionante catedral y tres kilómetros de murallas

Esta ciudad es una de las más visitadas del país gracias a sus calles medievales, su rica historia y las leyendas que la envuelven

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York, en Inglaterra (Adobe Stock).
York, en Inglaterra (Adobe Stock).

A medio camino entre Londres y Edimburgo se encuentra una de las joyas medievales de Reino Unido. Esta ciudad, con más de 2.000 años de historia, es uno de los destinos más fascinantes del país, pues ha sido testigo de la ocupación romana, el dominio vikingo y la influencia medieval que aún se respira en cada rincón de sus calles empedradas. Por ello, York es una parada obligatoria en cualquier itinerario que recorre el norte de Inglaterra gracias a su rico patrimonio y herencia cultural.

York, capital del condado de Yorkshire, es accesible desde gran parte de las principales ciudades inglesas, lo que la convierte en un destino muy demandado en el país. Y no es para menos, ya que enamora con su increíble conjunto monumental en el que destaca su imponente catedral, sus murallas bien conservadas y su oferta cultural, dando lugar a un casco antiguo que hace viajar al pasado.

De los romanos a los vikingos

York, en Inglaterra (Adobe Stock).
York, en Inglaterra (Adobe Stock).

A pesar de su evidente apariencia medieval, los orígenes de York son muchos más antiguos. Estos se remontan a la época romana, cuando se estableció el asentamiento conocido como Eboracum alrededor del siglo I d.C. Durante esa época su importancia fue notable, de hecho, fue en esa villa donde se nombró emperador a Constantino el Grande en el 306, llegando a ser una de las dos capitales de la Britania Romana. Pero no solo eso, pues durante el siglo IX, la ciudad fue tomada por los vikingos, que bajo el nombre de Jorvik, mantuvieron su mandato, dejando una huella imborrable en la ciudad que es latente hoy en día.

Los restos de esta época se pueden explorar en el Jorvik Viking Centre, un museo interactivo que transporta a los visitantes al siglo IX con reconstrucciones de calles, casas y mercados vikingos, además de exposiciones con objetos hallados en excavaciones arqueológicas. Por su parte, el Yorkshire Museum alberga una destacada colección de objetos romanos, incluidos mosaicos, esculturas y monedas que evidencian la importancia de York como capital de la provincia romana de Britania.

Pero más allá de su legado romano y vikingo, la ciudad es conocida por ser uno de los tesoros medievales de Inglaterra. Durante esa época, York vivió uno de sus periodos de máximo esplendor, ya que se convirtió en un punto comercial clave con una enorme influencia eclesiástica. Tanto es así, que llegó a albergar hasta 40 iglesias. A su vez, la casa York es una de las mayores influencias en el pueblo visible en los numerosos emblemas con la rosa blanca repartidos por las calles. Esto hace referencia a la Guerra de las Dos Rosas, que enfrentó en el siglo XV a los Tudor (rosas blancas) con los Lancaster (rosas rojas).

La catedral de York

York, en Inglaterra (Adobe Stock).
York, en Inglaterra (Adobe Stock).

La catedral de York o York Minster es sin duda el emblema de la ciudad. Esta catedral gótica, una de las más grandes del norte de Europa, se alza majestuosamente en el corazón de York. Su construcción comenzó en el siglo XIII y se prolongó por más de dos siglos. Destaca por sus vidrieras medievales, entre ellas la Great East Window, la más grande de su tipo en el mundo. Subir a su torre central de más de 70 metros de altura ofrece una vista privilegiada de la ciudad y sus alrededores.

El interior de la catedral es igualmente impresionante, con su bóveda de piedra meticulosamente decorada y el Chapter House, una sala octogonal con un techo abovedado sin columnas que es un prodigio de la arquitectura gótica. También alberga la Five Sisters Window, una vidriera de 16 metros de altura que data del siglo XIII y es una de las más antiguas de la catedral.

Asimismo, el subsuelo del York Minster guarda restos de una basílica romana y de una iglesia normanda, lo que evidencia la evolución histórica del templo. Los visitantes pueden explorar esta zona en la Undercroft Museum, donde se exhiben objetos históricos y documentos que explican la importancia de York en la historia del cristianismo en Inglaterra.

Un casco histórico que viaja al pasado

York, en Inglaterra (Adobe Stock).
York, en Inglaterra (Adobe Stock).

Más allá de su impresionante catedral, el casco histórico de York cautiva a cualquiera que camine por él. Sus estrechas calles medievales, entre las que destaca The Shambles, son un reflejo de la época en la que la ciudad era un próspero centro comercial. Este callejón de origen medieval, con edificios de entramado de madera y balcones inclinados, es una de las calles más fotografiadas del Reino Unido y sirvió de inspiración para el Callejón Diagon de la saga Harry Potter.

Pero no solo eso, pues caminar por York también significa recorrer su impresionante muralla, que gracias a sus más de tres kilómetros de longitud son las más largas y mejor conservadas de toda Inglaterra. Los restos que se pueden contemplar hoy en día corresponden a la época medieval, concretamente al siglo XIII, pero ya se sabía que la ciudad estaba fortificada durante la ocupación romana.

Por otro lado, para los amantes de la historia y la ingeniería, el National Railway Museum es una parada obligatoria. Este museo alberga una de las colecciones de trenes más importantes del mundo, con locomotoras icónicas como la Flying Scotsman y el Mallard, el tren de vapor más rápido de la historia. Además, York cuenta con una vibrante escena cultural. La ciudad ofrece teatros, galerías de arte y festivales durante todo el año, como el York Literature Festival y el York Food & Drink Festival, que celebran la literatura y la gastronomía local.

Por si fuera poco, la ciudad es considerada una de las ciudades más embrujadas del mundo, con numerosas historias de apariciones y sucesos inexplicables. Diversas compañías ofrecen recorridos nocturnos por callejones oscuros y edificios históricos donde se han reportado fenómenos paranormales. Lugares como la Golden Fleece, una de las tabernas más antiguas de la ciudad, son famosos por sus relatos de fantasmas.

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