Una nutricionista del Real Madrid denuncia la situación que vivió dentro del club: “Se reían de mí y se burlaban en los grupos de WhatsApp”

Itziar González, especialista en nutrición deportiva con una trayectoria amplia y reconocida, ha denunciado en una detallada entrevista con Marca la serie de dificultades y situaciones de hostilidad que afirma haber vivido durante su experiencia en el Real Madrid. Además, ha decidido llevar su caso a juicio. La profesional ha afirmado que su llegada al club no fue un proceso sencillo ni exento de dudas. Inicialmente, recibió la propuesta después de malas experiencias en otros clubes, lo que la llevó a rechazar la oferta. Sin embargo, su negativa no fue aceptada fácilmente: “Tras malas experiencias con los servicios médicos de otros equipos, al Madrid le digo que no, pero me insisten y voy porque me dicen que lo pide el presidente”.

Ya en su primera temporada, González identificó una falta de apoyo evidente. Describe que solo dos jugadores, Dani Carvajal y Rodrygo, mostraron disposición a trabajar con ella. Al mismo tiempo, detectó que otros deportistas tenían interés en sumarse al programa nutricional, pero se vieron desalentados por directrices procedentes del área médica: “Hay algún otro jugador que me dice que le gustaría empezar a trabajar conmigo, pero los médicos les dicen que ‘ni se les ocurra’”.

El problema persistió durante la siguiente etapa. González cuenta que en noviembre de 2023 volvió a ser contactada para trabajar específicamente con Carvajal y Arda Güler a lo largo de esa temporada. Nuevamente, los médicos recomendaron no seguir sus planes y desestimaron el valor de su trabajo: “Los médicos les dicen que no lo hagan y me dicen que mi trabajo no sirve para nada”. Tras una nueva lesión de Carvajal, la nutricionista recibió el encargo de reincorporarse a su puesto por pedido del presidente, aunque se le permitió un modelo de trabajo flexible para no estar presente toda la semana: “Accedo porque me dicen que es una petición personal del presidente y que él va a conseguir que los médicos me dejen trabajar”.

A pesar de las garantías iniciales, González advierte que el ambiente laboral no mejoró y que la hostilidad fue abrumadora desde el primer momento: “Los Servicios Médicos crean un ambiente hostil desde el minuto uno. El primer día me dicen que estoy allí por un capricho del presidente, pero que ellos saben manejarle y que hace todo lo que ellos quieren, y que van a manipularle para convencerle de que estoy loca y que me eche. No me presentan, no me saludan, no me hablan. Tampoco me contestan los correos electrónicos ni los mensajes” relata en la entrevista con Marca.

En medio de ese clima adverso, González relata una acusación grave: “La primera semana me acusan de robar un lote entero de suplementos y consigo demostrar que yo no he sido, pero me entra miedo y, a partir de entonces, me comunico siempre por escrito”. Señala también que era víctima frecuente de descalificaciones y aislamiento; solo le dirigían la palabra para criticar su abordaje profesional. “Solo me hablan a veces cuando se cruzan conmigo por los pasillos para decirme que lo hago todo mal y que dice el presidente que no hable con nadie, que no salga de un habitáculo lúgubre que me ponen, que no hable con los jugadores, que no haga nada, que la gente no me quiere ahí, que a los jugadores les doy asco”.

La alimentación de los futbolistas se convirtió en otro foco de conflicto, como detalla González: “En el bufé ponen los alimentos que desaconsejo; la camarera se ríe de mí y les dice continuamente a los jugadores que no me hagan caso, que no tengo ni idea; el cocinero no pone lo que le pido y pone lo que le parece, como bollería prepartido; el gerente no compra lo que aconsejo; el chico que tiene que preparar los suplementos pone suplementos diferentes a los que yo digo; los médicos y fisios les dicen a los jugadores que no sigan mis indicaciones, no me dan información de cómo están… Se ríen constantemente de mí, se burlan en los grupos de WhatsApp...”.

Pese al clima hostil, la nutricionista subraya que los resultados positivos comenzaron a notarse: “Hay jugadores que mejoran notoriamente y lo comentan en el vestuario. Uno deja de tener el dolor que llevaba meses; otro deja de tener calambres que siempre tenía; otro comenta que nunca está cansado; otro que está más ágil y rápido; y, sobre todo, varios comentan que no se cansan y que podrían seguir jugando después de los 90 minutos sin problema”. Dos de ellos, incluso, trasladaron estos avances directamente al presidente, lo que, según González, habría intensificado las tensiones en el entorno del cuerpo médico.

Desde la dirección le pidieron que resistiera

A pesar de la hostilidad, la dirección la instó, en más de una ocasión, a resistir: “Se me dice desde Dirección que los jugadores y el presidente quieren que esté y que aguante, que ellos lo van a solucionar todo”. Sin embargo, la situación personal de González se agravó hasta afectar su salud mental: “Tengo miedo, ansiedad, no puedo dormir, lloro todo el tiempo, pido ayuda a Dirección y me dicen que aguante”. A raíz de varios episodios críticos, entre ellos uno posterior a un partido contra el Girona en que el presidente recibió informaciones distorsionadas sobre su desempeño, volvió a solicitar la rescisión del contrato, una petición denegada en primera instancia.

Finalmente, el club comunicó a González que daba por cancelado el Servicio de Nutrición. “Me llama el director de Recursos Humanos para agradecerme el trabajo y para decirme que no han podido con los médicos y que queda anulado el Servicio de Nutrición. Me dicen que he hecho un trabajo excepcional, que lo he hecho todo bien y me pagan todo el contrato que me faltaba”. Sin embargo, su deseo de que los jugadores y el presidente conocieran los hechos no fue atendido y ante las advertencias de que una denuncia traería consecuencias negativas, González decide llevar su caso a los tribunales: “Pongo una denuncia a pesar de que me ‘aconsejan’ que no lo haga y me dicen que no tengo ninguna posibilidad de ganar, y que, además, me van a arruinar la vida”.

Acerca de su silencio hasta ahora, González concluye: “Porque todo el mundo -gente de dentro, gente que no tenía ni idea, familia, amigos, conocidos, periodistas- me decía que el Real Madrid tiene mucho poder e iban a sacar la información tergiversada en mi contra, e iban a hacerme daño físicamente y a mi nombre y reputación. Pero aún tengo pesadillas cada noche. Quiero cerrar este capítulo para siempre y siento que hasta que no lo cuente no lo voy a poder cerrarlo”.