La dura confesión de Jordi Sánchez sobre sus inicios en la actuación: “Pensé que o hacía otra cosa o me moriría de pena”

El actor que ha dado vida a Antonio Recio en ‘La que se avecina’ pasó por varios trabajos hasta llegar al cine y la televisión

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El actor Jordi Sánchez ha
El actor Jordi Sánchez ha escrito y codirigido, junto a Pep Anton Gómez, la película 'Alimañas', en la que supone su ópera prima como director en el cine y se ha desmarcado de los directores que "insultan" o "gritan" durante un rodaje porque "no sirve para nada", aunque aclara que ese tipo de cineastas "ya casi no quedan". CULTURA EUROPA ESPAÑA SOCIEDAD EUROPA PRESS REPORTAJES

A lo largo de su carrera, Jordi Sánchez se ha convertido en una de las figuras más reconocidas de la televisión española, especialmente por su interpretación del polémico Antonio Recio en la exitosa serie La que se avecina. Sin embargo, el recorrido hasta esa estabilidad profesional tuvo su origen en un entorno familiar marcado por el convencimiento de que “el trabajo era para sufrir”, según relató el propio actor en el podcast de Nude Project, de acuerdo a la información difundida por la periodista Carla Miñarro Rey.

El actor, nacido en Barcelona hace 61 años, compartió cómo esa visión heredada lo marcó desde pequeño. “Mis padres me decían que nunca sería feliz trabajando, que el trabajo era para sufrir, y eso me deprimía mucho”, confesó Sánchez, al rememorar sus inicios. De hecho, lejos del escenario y las cámaras, inició su trayectoria académica en la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Barcelona. Allí se tituló y trabajó durante algún tiempo en el Hospital Vall d’Hebron, donde cumplía turnos nocturnos y, en las horas libres que le permitía el hospital silencioso, aprovechaba para ir a clases de teatro por la mañana.

A pesar de la oferta de una plaza fija en el hospital barcelonés, Sánchez se declaró incapaz de proyectarse allí toda una vida. “Me acojoné y me fui con 6.000 euros”, reconoció sobre una decisión que, lejos de contar con el apoyo de su familia, generó consternación y críticas. Sus padres consideraban que la interpretación era un trabajo poco serio y sin futuro, y la amenaza de la precariedad económica volvía la apuesta aún más incierta. Cuando la cuenta de ahorros descendió a apenas 500 euros, llegó el primer trabajo teatral, en el umbral de una situación límite que marcó el inicio de su aventura artística.

El actor lamenta la falta de referentes en su familia y su entorno, donde nadie entendía el teatro como opción de vida ni concebía la posibilidad de disfrutar con la propia profesión. “Era normal pensar que uno iba a trabajar para vivir el fin de semana”, recuerda Sánchez sobre la mentalidad propia de generaciones anteriores. De aquellos años, quedó grabada la inseguridad y el temor de no ser suficiente, sentimientos que, según explicó en el podcast, llegaron a sumirle en la depresión con tan solo 24 años. “No es que fuera muy valiente, yo era uno acojonado, pero como estaba tan deprimido con 24 años, pensé que o hacía otra cosa o me moriría de pena”, resumió.

Aunque es principalmente conocido por
Aunque es principalmente conocido por dar vida a Antonio Recio en 'La que se avecina', Sánchez ha participado en decenas de proyectos

Una vista atrás

Con la perspectiva que le otorgan más de 35 años de carrera, Sánchez afirma disfrutar del trabajo que eligió, alejándose radicalmente de la visión que le transmitieron sus padres. “A mí me sigue gustando mucho mi profesión”, asegura, y destaca que la experiencia personal le ha servido para inculcar a sus propios hijos la importancia de hacer aquello que aman, lejos de prejuicios familiares y de la búsqueda exclusiva de seguridad económica. Esta actitud, según subraya, es cada vez más frecuente en la sociedad actual, menos sujeta a los mandatos familiares y abierta a la posibilidad de encontrar pasión en el ámbito laboral.

La carrera de Sánchez comenzó a despegar en la mítica serie catalana “Plats bruts”, pero su salto a la popularidad nacional llegó gracias a los hermanos Caballero, quienes le ofrecieron papeles en “Aquí no hay quien viva” y, posteriormente, en La que se avecina. Pese a la identificación del público con su personaje de Antonio Recio, insiste en que su personalidad real es mucho más reservada y seria, alejada de las ocurrencias y el histrionismo de sus roles televisivos. “No soy gracioso en casa, soy serio; lo que me gusta es inventar personajes y ponerme en su piel, pero no soy de explicar chistes ni de hacer el payaso en las comidas”, explicó en la conversación.

En un contexto donde se ha extendido la normalización del disfrute profesional, el testimonio de Jordi Sánchez resalta el precio psicológico de las ideas heredadas sobre el trabajo, pero también la transformación posible cuando se da el salto a aquello que verdaderamente llena. Con humor y honestidad, su relato invita a abrir la mirada sobre lo que significa trabajar y ser feliz.