Si pensamos en los mejores actores del mundo, hay una serie de nombres que vendrán rápidamente a la cabeza. Los clásicos dirán a Robert De Niro o Al Pacino, por ejemplo, mientras otros defenderán a Brad Pitt, a Matt Damon o, cuestión de premios, a Daniel Day-Lewis. Sin embargo, la mayoría de personas pensarán principalmente en dos actores, cuyos trabajos tanto antiguos como recientes han bordado una y otra vez la excelencia interpretativa.
Se trata de Leonardo DiCaprio, en primer lugar, y de Joaquin Phoenix, ambos ganadores del premio Oscar al Mejor actor protagonista en una única ocasión, por El Renacido y Joker, respectivamente. Suyos son algunos de los personajes más reconocibles del cine reciente, y cada nuevo proyecto que acometen es recibido con expectación por parte de los aficionados al séptimo arte.
Un actor que marcó a una generación
Por razones diferentes, una de las figuras que más ha influido ambas carreras ha sido River Phoenix. Hermano mayor de Joaquin, este actor logró, con apenas 18 años, ser nominado al premio Oscar al mejor actor por Un lugar en ninguna parte, de Sidney Lumet. Un logro que acompañaría con su participación en otros proyectos de gran éxito, como Mi Idaho privado, La última apuesta y, sobre todo, Indiana Jones y la última cruzada.
Sin embargo, el prometedor futuro de River se vio cortado abruptamente cuando, en la noche del 30 al 31 de octubre de 1993, murió de una sobredosis en un club nocturno. Una desgracia que sucedió en la única noche en la que, casualmente, se cruzó con Leonardo DiCaprio. “Nunca lo había conocido, siempre quise conocerlo, solo hablar con él por un momento, y él caminaba hacia mí y me quedé paralizado”, explicó en una entrevista con la revista Esquire.
Una oportunidad que al final acabó en nada por una multitud que le “bloqueó el paso”. “Miré hacia atrás y él ya no estaba. Subí y bajé las escaleras y me pregunté: ‘¿A dónde ha ido?’”. Una cuestión que, pocos segundos después, se transformó en una especie de premonición. “Lo vi suvbiendo un tramo de escaleras. Casi parecía una escena de Vértigo -la película de Alfred Hitchcock-, porque vi algo en su cara”.
Y es que el actor de películas como El Lobo de Wall Street, Django, Infiltrados o Titanic ha mostrado siempre su admiración hacia River Phoenix, al que consideraba el mejor actor de su generación -River solo era cuatro años mayor que él-. “Es como una especie de crisis existencial, como si lo viera desaparecer ante mis ojos. Lo sentí como una tragedia tras perder esa gran influencia para mí y para todos mis amigos”.
Una profecía cumplida
Pero a pesar de estos sucesos, nadie puede dudar que si a alguien inspiró River durante su vida fue a su hermano pequeño Joaquín, quien décadas después ha contado en más de una ocasión cómo fue “el Phoenix más famoso” quien le animó a dedicarse definitivamente a la interpretación. “Vas a ser actor y vas a ser más conocido que yo”, le dijo un día River cuando este ya se había convertido en una estrella consolidada.
La muerte de su hermano pilló a Joaquin en México, lugar al que se había marchado para tomarse un descanso por la presión soportada durante tantos años. No volvió a Estados Unidos hasta dos años después del fallecimiento de River, en 1995, para rodar Todo por un sueño, cuyo director, Gus Van Sant, gran amigo de su hermano, se echó a llorar nada más verle. Más de dos décadas después, también veríamos emocionarse a Joaquin cuando, tras recibir su primer Oscar, no dudaría en acordarse de él.