Paola Manjón: Mi discapacidad no me oprime tanto como el color de la piel porque no la ven

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Lara Malvesí

Barcelona, 2 feb (EFE).- La deportista de élite Paola Manjón de Olañeta, ganadora de una medalla de Oro de los Special Olympics, se enfrenta a multitud de potenciales discriminaciones en esta vida, desde su sexo a su color de piel, pasando por una discapacidad intelectual leve, pero, pese a todo, asegura que ella lo tiene "bastante fácil comparado con mucha gente".

"Te diría que de todas mis interseccionalidades de raza, sexo, etc, mi color de piel es lo que me ha causado más problemas. Porque es lo primero que ves. No se disimula, como mi discapacidad, que es invisible", explica en una entrevista con EFE.

De pequeña, Manjón rememora que quiso jugar un día al baloncesto con unos amigos en el recreo pero le negaron la pelota por ser "negra", un episodio de acoso que la marcó y le sigue marcando en su vida diaria.

"Me sigue pasando que voy a una tienda y las dependientas pasan del catalán al castellano al verme como si yo no supiera. No piensan que me he educado aquí y que no tengo ningún problema", destaca la joven, que llegó con dos años desde República Dominicana a Cataluña en un proceso de adopción.

Por suerte, la niña siguió jugando y atesora títulos y méritos deportivos por su calidad en la cancha, el lugar donde se siente "más feliz y segura", donde siente que "nada malo va a pasar".

La también premio Mujer y Deporte del Ayuntamiento de Barcelona -primera mujer con discapacidad en recibirlo- resta mérito sin embargo al logro y niega haberse convertido en todo un "referente" para niñas en su situación.

"Sé que mucha gente lo puede pensar, pero la mayoría de las personas que compiten en categorías de personas con discapacidad enfrentan más condicionantes físicos que yo, así que no me siento en posición de ser un referente porque alguien que vaya en silla de ruedas puede decir que al final yo tengo dos piernas y ella no", razona.

Risueña, habladora y humilde, reconoce sentir "inseguridades" pese a sus logros y se muestra escéptica cuando le preguntan porque no tiene más autoestima que muchas otras personas que no han conseguido enfrentarse a problemas de la magnitud de los suyos.

"Yo creo que hasta la persona que parece que no tiene ningún fallo y que aparenta tener muchísima autoestima luego está lleno de inseguridades", afirma dando ejemplo de su capacidad de empatía. Una capacidad que a menudo echa en falta de parte de la sociedad con la que le toca convivir.

Manjón y otros nombres propios del deporte femenino han participado este mes en el foro de Mujer y Deporte del Palau Macaya de la Fundación "la Caixa", centro UNESCO en Ciencias Sociales y Humanas.

Trabajadora de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Barcelona, explica que a menudo vive situaciones en las que ve a personas con discapacidades "invisibles" como la suya realizar acciones "como por ejemplo andar más despacio de lo normal".

"Si tú ves que alguien va delante tuyo y va muy despacio, que le cuesta, puedes ir atosigándola, pasarla de largo y empujarla, o cogerla del brazo y andar juntos para llegar los dos", reflexiona sobre la actitud que quisiera que tuviera la sociedad hacia las personas con alguna discapacidad.

En ese sentido, llama la atención sobre el hecho que el deporte de personas con discapacidad tan solo se vea en televisión en las Olimpiadas Paralímpicas, y no haya ni rastro el resto del tiempo.

"Deberían apostar por él, y darle valor, como algo que también puede provocar adrenalina e interés. Como se ve, a otro nivel, con el fútbol femenino, que va abriéndose camino", explica.

"Porque si una mujer ya se ve poco haciendo deporte en los grandes medios, en la tele, imagínate ya una mujer con discapacidad. Es que realmente ni existimos", lamenta.

Con todo, ella contribuye a enseñar estas realidades invisibilizadas: el verano pasado participó en una exhibición en los Juegos Paralímpicos de París, cuenta su historia en el documental de Movistar+ 'Más allá del deporte'. EFE

(foto)