El sobrino de Alberto II de Mónaco, envuelto en una pelea tras un partido de la Champions: “Temí por mi vida”

El hijo de Estefanía de Mónaco fue agredido el pasado 9 de diciembre en un partido entre el AS Mónaco y el Galatasaray

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Louis Ducruet en una imagen
Louis Ducruet en una imagen compartida en redes sociales (@louisducruet).

Las concentraciones de fútbol se han convertido en espacios muy hostiles; sobre todo, cuando hay un premio en juego. Esto mismo es lo que vivió Louis Ducruet. El hijo mayor de la princesa Estefanía de Mónaco fue víctima de una agresión tras el encuentro de Liga de Campeones disputado el pasado 9 de diciembre entre el AS Mónaco y el Galatasaray en el estadio Louis II. El partido, que concluyó con una ajustada victoria del conjunto monegasco por 1-0, dio paso a una escena de violencia que acabaría resolviéndose en los tribunales apenas unos días después.

Tres días después de lo ocurrido, Ducruet, de 33 años y presidente del club Barbagiuans Monaco, y uno de los amigos que lo acompañaban acudieron a la justicia como acusación particular. El tribunal penal de Mónaco dictó sentencia con rapidez: dos seguidores del club turco, identificados como Salman B. y Hassan B., padre e hijo y residentes en la región parisina, fueron condenados a dos meses de prisión con suspensión de la pena. Además, se les impuso una prohibición de entrada en el Principado durante tres años y el pago de 1.000 euros de indemnización a cada una de las víctimas.

Durante la vista, el presidente del tribunal, Florestan Bellinzona, reconstruyó los hechos a partir de los testimonios disponibles, ya que no existían imágenes que permitieran esclarecer el origen exacto del altercado. Según explicó, los primeros roces se produjeron en las gradas durante el partido, con intercambios verbales y contactos físicos leves, “del tipo hombro con hombro”.

Louis Ducruet en una imagen
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La situación se agravó una vez finalizado el encuentro. “Una vez finalizado el encuentro, cuando los amigos de Louis Ducruet se dirigían a los baños, Salman B. habría dicho algo en turco que uno de ellos interpretó como agresivo, y fue entonces cuando comenzó la pelea", explicó uno de los testigos.

Los hechos tuvieron lugar en el palco VIP del estadio Louis II, una zona que esa noche estaba ocupada mayoritariamente por seguidores del Galatasaray. Un voluntario de la Cruz Roja monegasca presenció parte del altercado y su testimonio resultó clave, junto con los informes médicos que confirmaban lesiones en varias partes del cuerpo tanto de Ducruet como de sus acompañantes.

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Ante el tribunal, el sobrino del príncipe Alberto explicó que su intervención tuvo como único objetivo proteger a uno de sus amigos. En su declaración, relató con detalle la violencia sufrida: “Recibí golpes en la cara, en el torso y en los brazos”, aseguró. Añadió además: “Los guardias de seguridad y otros simpatizantes turcos intervinieron en el momento justo porque bajé la guardia y vi al hijo con el puño cerrado, para golpearme. Temí por mi vida porque si me hubieran golpeado, me habrían dejado inconsciente en el suelo. Tenía miedo de que me lincharan”, afirmó.

Entre las víctimas figuraban Ducruet y uno de sus amigos, mientras que un tercer acompañante, también agredido, decidió no personarse como acusación particular. Según ha trascendido en la prensa local, esta decisión se debió al “temor a represalias”, un elemento que subraya la tensión vivida aquella noche.

Louis Ducruet en una imagen
Louis Ducruet en una imagen compartida en redes sociales (@louisducruet).

La versión de ‘los agresores’

Por su parte, los acusados ofrecieron una versión distinta de los hechos. Salman B. negó haber actuado de forma violenta y sostuvo que fue Ducruet quien inició el contacto físico. “Me estaba estrangulando”, declaró, defendiendo que solo intentó zafarse. Su padre, Hassan B., aseguró que intervino únicamente para separar a su hijo del conflicto: “Nunca he golpeado a nadie en mi vida. Intervine para sacar a mi hijo de esa situación”.

Sin embargo, el tribunal consideró que estas explicaciones no encajaban con las pruebas médicas presentadas. Finalmente, ambos fueron declarados culpables de “lesiones, violencia o agresión intencionada”, con una incapacidad inferior a ocho días.