Cómo afectan a nuestro cabello las dietas milagrosas y la pérdida de peso, según una experta en medicina capilar

El efluvio telógeno, como se le conoce a la caída del pelo, es cada vez más frecuente en mujeres y puede estar asociado a las bruscas pérdidas de peso

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(Freepik)
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En un contexto en el que las dietas rápidas, los retos extremos y los métodos para perder peso proliferan en redes sociales, cada vez más profesionales de la salud advierten sobre los riesgos asociados a estas prácticas. En un reciente vídeo compartido en su cuenta de TikTok, la especialista en salud capilar Cherin Nehme, aborda un aspecto pocas veces comentado: el impacto de la pérdida brusca de peso sobre el cabello. La experta comienza explicando: “Hoy te voy a contar cómo puede afectar a nuestro cabello las dietas milagrosas y la pérdida de peso de manera rápida y brusca”.

El tema, aunque parece específico, es de creciente interés, ya que miles de personas recurren a dietas muy restrictivas o a medicamentos para adelgazar sin conocer del todo sus posibles consecuencias. En este sentido, la profesional señala una tendencia preocupante que empiezan a confirmar investigaciones recientes: “Últimamente, han salido algunos estudios que pueden empezar a relacionar el efluvio telógeno con las pérdidas bruscas de peso en personas que o bien hacen dietas milagrosas con restricciones calóricas muy importantes o bien utilizan determinados fármacos comercializados para la pérdida de peso.”

El efluvio telógeno es una condición caracterizada por la caída difusa del cabello debido a un cambio abrupto en el ciclo capilar. Aunque suele ser reversible, puede generar ansiedad y afectar de manera significativa la calidad de vida. La especialista continúa explicando de forma didáctica los mecanismos que pueden desencadenarse cuando una persona adelgaza de forma demasiado rápida. Según indica Nehme: “Cuando perdemos peso de manera rápida, pueden pasar estas tres cosas.”

Las consecuencias de la pérdida de peso en el cabello

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

La primera consecuencia afecta al equilibrio hormonal. Tal como explica la experta, “Por un lado, puede haber cambios hormonales que agraven nuestra alopecia androgenética u otros tipos de alopecia relacionados con las hormonas que ya tenemos establecidos anteriormente”. Esto ocurre porque el organismo reacciona al déficit energético alterando procesos regulados por hormonas, lo que puede intensificar tipos de alopecia previamente latentes o controladas.

El segundo efecto está relacionado con el estrés metabólico que experimenta el organismo. La profesional detalla: “En segundo lugar, lo que puede pasar es que nuestro cuerpo detecte esa pérdida brusca de peso como un estrés metabólico, haciendo que todos los folículos pilosos entren a la vez en la fase de telógeno, que es la fase de reposo, y se caigan”. En condiciones normales, cada folículo capilar se encuentra en una fase distinta del ciclo; sin embargo, situaciones de estrés intenso pueden sincronizarlos en la fase de reposo, generando una caída masiva semanas después del desencadenante.

Finalmente, la tercera consecuencia está vinculada a los nutrientes esenciales para la salud del cabello. Tal como advierte la especialista, “Y en tercer lugar, y muy importante, es que con la disminución de la ingesta calórica podemos tener déficits nutricionales de hierro, biotina, proteínas... todos muy importantes para el crecimiento de los folículos pilosos.” Estos nutrientes intervienen en la producción de queratina, la oxigenación de los tejidos y la regeneración celular; su ausencia puede comprometer el crecimiento y la fortaleza del cabello.