El Museo del Prado se moderniza: por 274.000 euros busca un potente microscopio capaz de radiografiar un pelo para restaurar obras

Emplea un haz de electrones y es clave para analizar y restaurar pinturas y esculturas

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Un microscopio electrónico de barrido.
Un microscopio electrónico de barrido. Abajo a la derecha, imagen obtenida de una muestra del soporte de una escultura. Se pueden apreciar dos capas, la superior más compacta que la inferior.

El Museo del Prado, la mayor pinacoteca de España, se moderniza. Quiere hacer una gran inversión para adquirir uno de los microscopios más potentes del mercado —tan potente que es capaz de radiografiar un pelo humano—: un microscopio electrónico de barrido (MEB). Ha presupuestado 248.000 euros para su compra y mantenimiento. El objetivo es mejorar el sistema de estudio y restauración de sus obras. El microscopio que se quiere adquirir tendrá una resolución en nanómetros (una medida de longitud equivalente a una milmillonésima parte de un metro). Un cabello humano, por ejemplo, tiene de media 60.000 nanómetros de espesor.

El MEB es una herramienta utilizada por museos para el estudio morfológico de sus obras de arte, sobre todo en pinturas y esculturas, proporcionando una visión detallada de su estructura y de los elementos que las componen. Para ello, este microscopio emplea un haz de electrones, lo que genera imágenes con una resolución mucho mayor que la de los microscopios ópticos convencionales. Cuando el haz de electrones actúa sobre la muestra, estos interaccionan con la misma, produciendo diferentes tipos de señales que son recogidas por detectores. La información es transformada para dar lugar a una imagen de alta definición, con una resolución de 0,4 a 20 nanómetros.

El laboratorio del museo comenzó a usar esta técnica en el año 2007. La ha combinado con la espectroscopía de dispersión de energías de rayos, que permite la identificación química de los elementos presentes en las muestras. Este último sistema fue reemplazado en el año 2022 por un detector más reciente, lo que permitió mejorar la calidad de los análisis. Sin embargo, el Prado reconoce que su microscopio MEB es “muy antiguo”, y que “los signos de deterioro afectan a su rendimiento”, además de que ha sido imposible actualizar su sistema operativo. “Por ello, resulta indispensable su sustitución por un modelo más moderno y con mejores prestaciones”.

Técnica de rayos X en
Técnica de rayos X en una escultura del Museo del Prado

El contrato que está licitando el museo exige que la empresa que suministre el microscopio también preste el servicio de mantenimiento por tres años, tanto para el MEB como para la espectroscopía de energías de rayos. “Cualquier desajuste en uno de los dos sistemas puede afectar el rendimiento global del conjunto. Por tanto, contar con una sola empresa que brinde soporte técnico para ambos equipos asegura una visión integral del sistema, lo que permite una detección más precisa de fallas, una resolución más eficiente de problemas y una mejor planificación del mantenimiento preventivo”, señala el pliego de condiciones del contrato.

Tamaños de los granos del pigmento

Uno de los principales usos del MEB, en el estudio de pinturas y esculturas, es la caracterización morfológica de las distintas capas superpuestas que constituyen el soporte y su policromía: textura, tamaño de los granos del pigmento, espesor de las capas, mezclas de pigmentos. También permite visualizar roturas, discontinuidades, capas añadidas o productos de degradación de los materiales originales. En el caso de los materiales pétreos, el MEB puede determinar la presencia de sus productos de alteración (sales solubles, eflorescencias...) En los objetos de metal es posible observar el tamaño de grano y sus productos de corrosión. El catálogo de El Prado está formado por 36.700 piezas. De su conservación se encarga el Área de Restauración, que cuenta con un Laboratorio de Análisis.

Precisamente el Museo del Prado lanzó el año pasado un proceso de selección para contratar un técnico especialista para su laboratorio. La retribución es de 44.446,92 euros brutos anuales. Entre los requisitos del puesto están: análisis de muestras utilizando las técnicas de espectroscopia, cromatografía, microscopia óptica y microscopia electrónica de barrido.