Quién es Pablo Benegas, el miembro de La Oreja de Van Gogh que deja la banda: hijo de un socialista vasco y autor de sus grandes éxitos

El guitarrista de una de las bandas de pop-rock más famosas de nuestro país para dedicarse a otros proyectos creativos, según ha afirmado Cadena 100

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Pablo Benegas, 2024 (EUROPA PRESS).
Pablo Benegas, 2024 (EUROPA PRESS).

Los seguidores de La Oreja de Van Gogh tienen los nervios a flor de piel. Cuando parecía inminente el anuncio del regreso de Amaia Montero, el guitarrista y compositor Pablo Benegas ha decidido marcharse del grupo que él mismo ayudó a fundar hace casi tres décadas. El hecho lo ha adelantado este martes el programa Buenos días, Javi y Mar de Cadena 100, confirmando lo que muchos intuían: la banda donostiarra inicia una nueva etapa sin uno de sus pilares creativos.

Su salida llega en un momento convulso. A la despedida de Leire Martínez —quien puso voz a los éxitos de la segunda era del grupo— se suma ahora la ausencia de Benegas, considerado por críticos y fans como el “corazón invisible” de La Oreja. Su nombre no sonaba tanto como el de las vocalistas, pero su firma estaba detrás de algunas de las letras y melodías más reconocibles del pop español: La esperanza debida, Muñeca de trapo o Deseos de cosas imposibles.

Nacido en San Sebastián en 1976, Pablo Benegas Urabien creció en el País Vasco más tenso de los años ochenta. Su padre, Txiki Benegas, fue una de las figuras clave del socialismo vasco y secretario de organización del PSOE durante los años de Felipe González. Aquel apellido, sin embargo, fue tanto una herencia como una carga.

LA OREJA DE VAN GOGH
LA OREJA DE VAN GOGH EN X PREMIOS DE LA MUSICA. (José Oliva / Europa Press).

De hecho, en su libro autobiográfico Memoria, publicado en 2021, relató con crudeza los años en los que su familia vivía bajo escolta y el miedo formaba parte de la rutina. “Un compañero me avisó de que habían pintado en una pared del baño la palabra ‘Benegas’ dentro de una diana”, escribió. Aquella infancia marcada por la amenaza de ETA moldeó su carácter reservado y reflexivo. “El apellido de mi padre me pesó durante muchos años”, confiesa en su obra.

La música como refugio

En medio de ese contexto sombrío, la guitarra se convirtió en su refugio. Autodidacta, pasó tardes enteras aprendiendo acordes y versionando a sus ídolos: U2, Metallica y Pearl Jam. Aquella pasión, que comenzó como un escape, terminó siendo su salvación. “Probablemente La Oreja de Van Gogh me salvó la vida”, escribió.

Durante su etapa universitaria en San Sebastián, Benegas se unió a tres amigos para formar un grupo de tributos llamado Los Sin Nombre. Ensayaban sin grandes ambiciones, hasta que una noche de 1996, en una cena de amigos, escuchó a una joven Amaia Montero cantar Nothing Compares 2 U. Quedó fascinado por su voz y la convenció para sumarse a la banda. Ella propuso el nombre con el que pasarían a la historia: La Oreja de Van Gogh.

El grupo La Oreja de
El grupo La Oreja de Van Gogh. (FERNANDO SÁNCHEZ / EUROPA PRESS).

El éxito llegó rápido. El grupo pasó de grabar maquetas caseras a llenar estadios con canciones que definieron a toda una generación. Pero no todo fue armonía. Con el paso del tiempo, las diferencias creativas se intensificaron y la relación profesional entre ambos se deterioró. En 2007, Amaia Montero dejó la banda. Su salida marcó un antes y un después, aunque el grupo supo reinventarse con Leire Martínez como vocalista.

La despedida de Benegas llega cuando La Oreja parecía prepararse para cerrar el círculo con el regreso de Amaia. Según el programa de Cadena 100, su marcha responde a una decisión personal para dedicarse a otros proyectos creativos, aunque las especulaciones no se han hecho esperar. Algunos apuntan a diferencias internas por el control musical de la nueva etapa, mientras que otros relacionan su decisión con el posible regreso de Montero y las tensiones pasadas. Por otro lado, esta semana la cuenta oficial de la banda en Instagram alimentaba el misterio al publicar una imagen en blanco acompañada del mensaje “Solo juntos tiene sentido”, lo que disparó los rumores.

"Seré Inmortal", La Oreja de Van Gogh

El lado más íntimo del guitarrista

Más allá del escenario, Benegas ha mantenido una vida discreta y familiar. Casado desde 2010 con la periodista Eider Ayuso, con quien tiene cuatro hijos —María, Pablo y las mellizas Lucía y Carla—, el músico combina su faceta artística con la paternidad. “La familia es mi ancla y mi viaje más emocionante”, dedica en Memoria.

Ser padre, cuenta, le despertó temores y aprendizajes nuevos. Tras su segundo hijo, el vasco se preguntó si “¿tendré amor suficiente para todos?; no obstante, y aunque los primeros meses fueron “bestiales”, para él la paternidad la ha aportado emociones “nuevas y extraordinarias”. Además, en el libro también reflexiona sobre el valor de la rutina, la estabilidad y la necesidad de silencio como contrapeso a la fama.

Además de la música, Benegas ha explorado otros terrenos creativos. Dirigió el cortometraje La promesa, protagonizado por su esposa, y ha colaborado en iniciativas culturales ligadas al cine vasco. Su versatilidad artística refleja la inquietud de un creador que, pese a su bajo perfil, siempre ha sido la brújula emocional del grupo.