Legislación reciente como la Ley de Bienestar Animal han supuesto avances en los derechos de los animales de compañía y sus dueños, al reconocer por ley necesidades esenciales para la crianza responsable de las mascotas, como facilitar la atención médica en momentos de enfermedad. Sin embargo, muchos trabajadores se enfrentan todavía a barreras en su empleo para poder cuidar de sus perros, gatos u otros animales, así como para encontrar el tiempo para pasar por el duelo que supone su pérdida.
Marco legal en España
En la legislación laboral española, el Estatuto de los Trabajadores regula las causas por las cuales se permite la ausencia justificada al puesto de trabajo. Entre las situaciones amparadas, figuran el fallecimiento, accidente o enfermedad grave de familiares hasta un determinado grado de consanguinidad o afinidad. Sin embargo, la normativa no reconoce a las mascotas como familiares ni incluye su enfermedad o muerte entre los supuestos para solicitar permiso retribuido o no retribuido.
De acuerdo con la ley vigente, el trabajador no tiene derecho a ausentarse justificadamente de su empleo por motivos relacionados con su mascota. El fallecimiento o enfermedad grave de un animal de compañía no se contempla como causa objetiva para una baja médica ni para un permiso remunerado según el reglamento español. Si la persona decide no acudir a su empleo por esta razón, debe notificarlo a la empresa y asumir las consecuencias que ello conlleve, a menos que el convenio colectivo contemple alguna medida específica, como ya lo hacen algunas empresas.
Las opciones de los trabajadores en esta situación
Las alternativas que tienen los trabajadores para poder ausentarse de su puesto de trabajo aunque la situación de su mascota no sea suficiente para justificar su ausencia ante su empresa son dos: recurrir a los días de asuntos propios o de vacaciones que contemple su contrato.
Los primeros se tratan de un número limitado de días de permiso que concretan algunos contratos o convenios y que pueden ser retribuidos o no, según lo pactado. En estos casos, el trabajador no está obligado a dar explicaciones sobre la razón de su ausencia, por lo que podría utilizarlos para cuidar de su mascota si fuera necesario o tomarse unos días de descanso tras la muerte del animal.

Los días de vacaciones, por otro lado, también suelen estar especificados en el convenio colectivo o contrato del empleado, pero ambas opciones se enfrentan a problemas que pueden surgir en caso de que la situación sea urgente o inesperada. Normalmente, se exige que estos permisos se soliciten con ciertos días de antelación y deben ser aprobados por la empresa, por lo que es posible que no sean concedidos de un día para otro si se da una inconveniencia súbita.
Obligaciones de la Ley de Protección Animal
La falta de cobertura en la legislación laboral para no acudir al trabajo en caso de enfermedad o fallecimiento de la mascota choca contra otras obligaciones establecidas para los dueños de animales por la Ley de Protección Animal, como es la de garantizar la atención sanitaria del animal de compañía si este la necesita por su estado de salud. Así, las personas con mascotas pueden enfrentarse a consecuencias legales por esta negligencia, al considerarse una infracción no llevar al veterinario a un perro, gato u otro animal pese a que la empresa no haya facilitado esta posibilidad.
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