Una mujer se hace un test de ADN porque “puede ser divertido” y descubre que su padre no es su padre: “Fue una bomba”

Una “divertida” prueba de ADN supuso un calvario para encontrar a su verdadera familia: “Vivimos en una caja en el garaje”

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Una mujer se hace un
Una mujer se hace un test de ADN porque “puede ser divertido” y descubre que su padre no es su padre. (Imagen: Freepik/Ilustrativa Infobae)

Una mujer australiana descubrió que su padre no era su progenitor biológico tras hacerse una prueba de ADN en la empresa Ancestry.com “por diversión”. Lo que comenzó como una simple curiosidad terminó desvelando un secreto familiar guardado durante décadas y desencadenando una crisis de identidad: “Fue una bomba”, describe la mujer al medio The Australian.

Diane, periodista y residente de Australia, recibió un correo electrónico en el aeropuerto Haneda de Tokio, al final de un viaje de trabajo. “Tus resultados de ADN de Ancestry ya están disponibles”, decía el mensaje.

En ese instante, decidió ir al bar y pedirse una copa de champán mientras esperaba que el documento con los resultados se abriera. “Esto podría ser divertido”, pensó en primera instancia.

NPE: “No se espera un padre”

Entre los datos que iban apareciendo en el informe genético, había una lista de 18.000 personas con las que compartía ADN. Los dos primeros nombres que encabezaban la lista eran los de sus dos primos hermanos, Leonie y Jhon (nombre ficticio), cuyo apellido, Anderson, no le resultaba familiar.

Hasta entonces, Diane estaba segura de que su ascendencia era mitad alemana y mitad inglesa. Pero le llamo la atención un acrónimo que no entendía: NPE, siglas en inglés de “Not Parent Expected” (no se espera un padre). “Mi mundo dio un giro radical”, recordó la mujer.

Intrigada por los apellidos de sus supuestos primos, contactó con Leonie, a quien preguntó si tenía relación con un tal Alec Anderson. “Es mi único referente de Anderson en Melbourne (capital australiana), y eso es de mi infancia”, escribió.

La respuesta llegó de madrugada: “Alec era mi tío”, contestó Leonie, adjuntando direcciones antiguas que coincidían con las de la infancia de Diane.

Encajaba a la perfección con mi piel pecosa”, respondió la australiana. Alec, un amigo íntimo de la familia, era una presencia habitual en su infancia. Compartían afición por el equipo de fútbol australiano Richmond Tigers. “Me llamaba su ‘compañera Tiger’. Éramos Alec y yo contra el mundo”, señaló Diane.

“Ni siquiera eres mía”

La revelación encajó dolorosamente en Diane. Su padre (el hombre que la crió) le había dicho antes en medio de una discusión tras la muerte de su madre: “Ni siquiera eres mía”. Hasta entonces, Diane había considerado esa afirmación como un ataque “hiriente y ridículo”.

Con los años, la relación con su padre se enfrió, volviéndose distante, incluso hostil. “¿Por qué siguió con el matrimonio si sabía que no era su hija?”, se preguntó. “¿Y por qué se desquitó conmigo?”.

El hallazgo no fue solo una revelación personal, sino también una carga emocional inesperada. “Estaba más impactada que sorprendida”, admitió Diane.

En los días siguientes, no dejó de hablar del tema. “Lo solté en una reunión de trabajo, lo discutí con amigos, casi se lo cuento a desconocidos por la calle”, explicó.

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“Vivimos en una caja en el garaje”

La madre de Diane, Shirley, nunca habló de Alec como un posible padre. Murió repentinamente 17 años después del descubrimiento. Alec había fallecido en 1997 y el hombre que la crió en el año 2000. “No queda nadie vivo que sepa lo que pasó, ni que admita saberlo”, lamentó.

La conexión con Leonie le permitió construir parte del vínculo perdido. “Nos encontramos en un café, compartimos la pasión por los perros y la música de los años 60, y no paramos de hablar durante cuatro horas”, subrayó la mujer cuando se reencontró con su prima.

En una de sus conversaciones, Diane le mostró a Leonie una fotografía antigua de su madre y su hermano Geoff, fallecido por fibrosis quística antes de cumplir 19 años. “Esas pecas me recordaron la cara de Alec”, le dijo Leonie.

Hoy, Diane considera que su familia biológica está compuesta por “Shirley, Alec, Geoff y yo”. Y añade: “Vivimos en una caja en el garaje”.