El dueño de un popular bar de Madrid ya no tiene mesa para los españoles a partir de las 12: “Quieren una barrita con tomate que vale 3 pavos. Que se la haga Rita”

Los locales han comenzado a adaptarse a las demandas de los turistas, ofreciendo menús completos que aseguran “más ganancias para los hosteleros”

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El dueño de un bar
El dueño de un bar señala que a partir de las 12 solo guarda mesa para los extranjeros. (@telemadridoficial/ Canva)

En pleno corazón de Madrid, en la plaza de Santa Ana, tomarse un café puede convertirse en un desafío inesperado. Según ha compartido en TikTok Telemadrid, los clientes que buscan disfrutar de esta bebida en una terraza madrileña se han encontrado con un obstáculo: las mesas, reservadas por completo para turistas, lo que deja a los residentes locales sin opciones. A medida que el mediodía se acerca, la situación empeora: “Nos han dicho que solo podíamos estar hasta las 12 de la mañana”, ha indicado el periodista.

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La tendencia es clara: los bares han comenzado a adaptarse a las demandas de los turistas, ofreciendo menús completos que aseguran “más ganancias para los hosteleros”. Esta realidad se hace patente en lugares como la plaza de Cascorro, donde, según el profesional: “Hemos visto un pequeño cambio respecto a lo que son las tascas de toda la vida”.

El impacto de los turistas en los negocios locales

Uno de los locales más representativos de esta nueva tendencia es el Bar Cruz, ubicado en una de las zonas más turísticas de Madrid. Su dueño, Javier Martínez, ha explicado que la dinámica de su negocio ha cambiado notablemente en los últimos años: “Es una mesa con un café, son tres euros. Una mesa de cuatro personas comiendo son 80, 90 euros y hay que sacar mucho dinero para pagar muchos impuestos, para pagar educación y sanidad”, ha indicado a la televisión regional.

Mesas de una terraza de
Mesas de una terraza de un bar en la plaza Cascorro, en Madrid. (Google Maps)

Según Martínez, el perfil del cliente ha variado. Mientras que los turistas optan por pedir menús completos, los madrileños que visitan los bares por costumbre a menudo se limitan a pedir un café, lo que genera menos ingresos: “Quieren una barrita con tomate que vale 3 pavos. Que se la haga Rita”, ha manifestado.

Además, se han producido otros cambios. “En esta zona ya la gran mayoría son bares de especialidad, con cafés que tardan más tiempo en hacer, que están un poco más dulces y que cuestan más”, ha señalado el reportero. En la mayoría el precio de esta bebida caliente supera los dos euros, mientras que las mesas ya están ocupadas por aquellos que buscan algo más.

Los turistas empiezan a comer antes

A pesar de que los turistas representan una fuente de ingresos importante, también han traído consigo una serie de inconvenientes. Los establecimientos deben adaptarse a sus horarios y preferencias, ya que, como ha señalado el dueño de este local madrileño: “El japonés empieza a comer a las 12 del mediodía y te pide unas navajas y te pide unas zamburiñas”. Esto contrasta con los locales, que, como los españoles, prefieren tomar su café por la mañana o, en el mejor de los casos, una tostada con tomate a media mañana. “El español a esa hora se acaba de levantar porque vive la vida alegre por aquí cerca”, ha indicado.

El chollo de regentar la cafetería de los jardines del Palacio Real: 432.000 euros de ingresos al año cuando solo se paga un canon de 39.500 euros al Estado.

El cambio en la estructura de los bares madrileños no solo ha afectado a los precios, sino también a la disponibilidad de espacios para sentarse. A medida que las mesas se llenan de turistas que pasan más tiempo en los bares y consumen menús completos, la situación se hace insostenible para los residentes locales que solo desean disfrutar de un café.