Francia envía electricidad a España para mitigar el apagón histórico en la península Ibérica

A las 12:30 horas del lunes, España se vio sorprendida por un apagón energético sin precedentes. Las luces de las grandes ciudades se apagaron, el tráfico quedó paralizado y el transporte público, incluido el metro de Madrid, se detuvo por completo. Este colapso de la red eléctrica ha dejado a millones de personas en la península ibérica sin electricidad, desbordando los servicios de emergencia y las infraestructuras críticas.

Ante la gravedad del apagón, Francia no tardó en movilizarse. RTE (Réseau de Transport d’Électricité), el operador de la red eléctrica francesa, comenzó a suministrar 700 MW a España, un gesto de colaboración para aliviar el colapso del sistema energético español. Este apoyo inicial podría ampliarse hasta los 950 MW, dependiendo de la capacidad de la red ibérica para gestionar este volumen adicional de electricidad.

Este tipo de asistencia no es un hecho aislado. Francia y España comparten una infraestructura energética interconectada, lo que permite que los dos países colaboren en momentos de crisis como este. A lo largo de los años, ambas naciones han trabajado juntas para garantizar la estabilidad energética en la región. Sin embargo, el impacto de un apagón de esta magnitud subraya la vulnerabilidad de estos sistemas interconectados ante eventos imprevistos.

Las consecuencias del apagón se han dejado sentir en todo el país. Desde el norte hasta el sur de la península, ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia han sido las más afectadas. Las calles se llenaron de coches atrapados en el tráfico, mientras los semáforos permanecían apagados. En Madrid, el caos fue absoluto, con testimonios de conductores que, al no ver semáforos, describieron la situación como “una jungla de metal”.

El sistema de transporte público en Madrid y otras grandes ciudades también sufrió parálisis. El metro, que diariamente transporta a miles de personas, interrumpió su servicio por completo. La ciudad quedó estancada, con miles de personas buscando alternativas para moverse, mientras las autoridades locales pedían calma y recomendaban que se evitara circular.

La crisis también se reflejó en las comunicaciones: las líneas telefónicas colapsaron, dificultando la capacidad de los ciudadanos para hacer llamadas de emergencia.

El suministro de energía se ha ido restableciendo en algunas regiones, pero la autoridad eléctrica nacional ha indicado que llevará al menos unas seis horas estabilizar la tensión.

Aunque aún no se ha confirmado el origen del apagón, las autoridades españolas no descartan ninguna hipótesis. Red Eléctrica de España está investigando las posibles causas, y algunos expertos apuntan a un fallo de tensión en las redes, mientras que otros sugieren la posibilidad de un ciberataque a la infraestructura crítica. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) ha sido movilizado para examinar los sistemas y descartar cualquier amenaza de origen malicioso.

El hecho de que el apagón haya afectado no solo a España sino también a Portugal ha alimentado aún más las especulaciones sobre una posible caída en cadena de los sistemas interconectados. Por el momento, las autoridades han solicitado a la población que mantenga la calma y siga las indicaciones para garantizar la seguridad.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha convocado una reunión de emergencia con su equipo de trabajo y con Sara Aagesen, ministra de Transición Ecológica, para coordinar los esfuerzos de restauración del suministro eléctrico. En paralelo, el Consejo de Ministros en Portugal ha hecho lo propio, analizando las repercusiones del apagón y tomando medidas para asegurar la reactivación de los servicios esenciales.

Ambos gobiernos han enfatizado que se están desplegando todos los recursos disponibles para abordar la crisis. Además, se ha solicitado a los ciudadanos que limiten sus desplazamientos y que solo utilicen los servicios de emergencia en situaciones extremas. Las autoridades locales también han pedido a los residentes de las principales ciudades que eviten el uso del transporte público hasta nuevo aviso.

Los aeropuertos españoles han continuado operando, pero con demoras y complicaciones debido a la interrupción de la electricidad. Aena, la autoridad que gestiona los aeropuertos en España, ha informado que están utilizando sistemas de respaldo para garantizar que las operaciones continúen, aunque los pasajeros podrían enfrentar retrasos significativos.

En Portugal, la aerolínea TAP ha recomendado a sus pasajeros que eviten acudir a los aeropuertos hasta que se restablezca el suministro eléctrico.