Diada de Sant Jordi: de dónde viene la tradición de regalar flores y libros en Sant Jordi

Este 23 de abril, las ramblas y plazas se colman de colores, aromas y letras

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Día de Sant Jordi en Barcelona (Associació Passeig de Grácia).

Hoy, como cada 23 de abril, Cataluña vive uno de sus días más románticos. Así, este miércoles se celebra una de las tradiciones más esperadas por los catalanes y las catalanas.

La Diada de Sant Jordi, reconocida en toda la región, transforma las calles en un vibrante escaparate de flores y libros. Las ramblas y plazas se colman de colores, aromas y letras, mientras los catalanes, siguiendo una costumbre centenaria, intercambian estos dos símbolos: la rosa, emblema del amor, y el libro, homenaje al saber y la cultura. De esta forma, tal ha sido su impacto, que cada vez son más el resto de comunidades que abrazan esta tradición.

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Día de Sant Jordi en Barcelona (Adobe Stock).

¿Por qué se regalan flores y libros en Sant Jordi?

El Día del Libro, que se celebra el 23 de abril, coincide con la fiesta de Sant Jordi, una fecha que honra a grandes escritores como William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Garcilaso de la Vega, quienes, según se dice, fallecieron en este mismo día. Esta coincidencia ha dado lugar a una tradición que va más allá del simple intercambio de rosas, como dicta la costumbre catalana, incorporando también la compra de libros. Durante esta jornada, amigos y familiares se regalan ejemplares literarios, convirtiendo al 23 de abril en un día de celebración de la cultura y la literatura.

La idea de instituir un Día del Libro en Cataluña surgió en 1929, cuando el escritor valenciano Vicente Clavel propuso a la Cámara Oficial del Libro y al Gremio de Libreros de la región la creación de una fecha anual para fomentar la lectura. En ese momento, la tasa de alfabetización era baja, lo que impulsó la necesidad de una jornada para incentivar el hábito de leer. Inicialmente, el día elegido fue el 7 de octubre de 1929, pero debido al éxito alcanzado, la celebración se trasladó al 23 de abril, consolidándose como una tradición literaria que trasciende fronteras.

La leyenda del caballero y el dragón, el origen de Sant Jordi

La tradición de regalar una rosa en el Día de Sant Jordi tiene su origen en una antigua leyenda medieval. Según la historia, en la villa de Montblanc, un dragón aterrorizaba a la población, devorando animales y personas. Para calmar a la criatura, se decidió sacrificar a un habitante al azar cada día. Llegado el momento, la víctima seleccionada fue la princesa del lugar.

Cuando la joven se dirigía a su fatal destino, apareció un caballero, conocido como Sant Jordi. Con valentía y dispuesto a salvar a la bella dama, el caballero se enfrentó al dragón y, tras una feroz lucha, lo mató con su lanza. De la sangre derramada por la bestia brotó un rosal de rosas rojas. Sant Jordi, con gesto noble, cortó una de esas flores y la ofreció a la princesa, una acción que se toma como muestra de amor y valentía.

Este gesto heroico se convirtió en un símbolo perdurable, y desde entonces se instauró la tradición de regalar rosas rojas cada 23 de abril, en honor a Sant Jordi. Por tanto, la rosa se ha convertido en un símbolo de amor, valentía y honor, y la tradición sigue viva hoy en día, especialmente en Cataluña, donde esta festividad se celebra con entusiasmo cada año.

La Reina Letizia ha inaugurado este viernes en el Parque del Retiro la 83ª edición de la Feria del Libro de Madrid.

¿Por qué se regalan flores y libros en Sant Jordi?

El Día del Libro, que se celebra el 23 de abril, coincide con la fiesta de Sant Jordi, una fecha que honra a grandes escritores como William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Garcilaso de la Vega, quienes fallecieron en este mismo día. Esta coincidencia ha dado lugar a una tradición que va más allá del simple intercambio de rosas, como dicta la costumbre catalana, incorporando también la compra de libros. Durante esta jornada, amigos y familiares se regalan ejemplares literarios, convirtiendo al 23 de abril en un día de celebración de la cultura y la literatura.

La idea de instituir un Día del Libro en Cataluña surgió en 1929, cuando el escritor valenciano Vicente Clavel propuso a la Cámara Oficial del Libro y al Gremio de Libreros de la región la creación de una fecha anual para fomentar la lectura. En ese momento, la tasa de alfabetización era baja, lo que impulsó la necesidad de una jornada para incentivar el hábito de leer. Inicialmente, el día elegido fue el 7 de octubre de 1929, pero debido al éxito alcanzado, la celebración se trasladó al 23 de abril, consolidándose como una tradición literaria que trasciende fronteras.