Cuánto cobra al mes un obispo en España

La Conferencia Episcopal explica que el salario de sus clérigos se financia en parte por las aportaciones de los fieles, pero también a través de la administración pública

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Foto de archivo de Juan
Foto de archivo de Juan José Omella., (Europa Press)

La financiación de la Iglesia Católica y la remuneración del personal del clero ha sido siempre un tema polémico en España, por su carácter mixto entre aportaciones privadas y subvenciones públicas. Aunque la Conferencia Episcopal Española (CEE), institución administrativa integrada por los obispos españoles, presenta todos los años una versión abreviada de sus cuentas como ejercicio de transparencia, las dudas sobre lo que cobran los curas, sacerdotes y otros clérigos permanecen. La reciente muerte del Papa Francisco, que generó una ola de reflexiones sobre la gestión y el futuro de la Iglesia, también ha reavivado el debate sobre las retribuciones de los altos cargos eclesiásticos.

El sueldo de un obispo, por encima del SMI

Según la memoria de actividades del año 2023 de la Conferencia Episcopal Española, que recoge los últimos datos de este tipo publicados, la Iglesia Católica destinó hace dos años un total de 2.421.588 euros a la retribución de los obispos, cerca del 0,8% de los recursos totales recibidos a través de la aportación tributaria y otros medios.

Este mismo documento indica que, en el año 2023, se encontraban activos en España un total de 119 obispos. Por lo tanto, el salario medio anual de cada uno de estos religiosos fue de unos 20.350 euros, lo que se corresponde con un sueldo de algo más de 1.450 euros al mes en 14 pagas.

Cómo se financia la Iglesia Católica en España

Aunque la Iglesia dispone de varias vías a través de las cuales busca la financiación necesaria para sus actividades, la más criticada y polémica es la obtenida en colaboración con las administraciones públicas. Más allá de donativos y otras aportaciones voluntarias de los fieles y la explotación de patrimonio o recursos propios, gran parte de los fondos de la institución religiosa se logran gracias a los contribuyentes que ‘marcan la casilla de la Iglesia’ al hacer la declaración de la Renta cada año.

Al colocar una “X” en la casilla 105 del borrador del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), los declarantes de prestan a que el 0,7% de su cuota íntegra se destine a la Iglesia. Un total de 7,8 millones de creyentes se decantaron por esta opción en la campaña de la Renta de 2023, según apunta la CEE, y sus aportaciones sumaron un importe de 382.437.998 euros, con los que se sufragaron las gastos de la institución. Con estas cifras, la recaudación de la Iglesia mediante el IRPF alcanza su máximo histórico, pero el porcentaje de contribuyentes que marcan la casilla a favor de la Iglesia baja hasta el 30,43%.

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En total, el dinero obtenido a través de la asignación tributaria supone un 23% de los recursos de los que dispone la Iglesia, manteniéndose como su fuente principal de ingresos las aportaciones voluntarias de los fieles, que se corresponden con el 28% de sus fondos. Los ingresos por gestión del patrimonio y otras actividades, por otra parte, financian el 12% de las labores de esta institución, mientras que el resto de sus ganancias se repartes entre ingresos extraordinarios (5%) y otros ingresos corrientes (32%).

La mayor parte de lo obtenido con la asignación tributaria se envía directamente a las diócesis, con un 81% de los fondos destinados a este fin, mientras que los pagos de la Seguridad Social del clero copan el 8,4% de la financiación eclesiástica. El resto de los ingresos se destina a partidas como centros de formación, retribución de personal o actividades pastorales en España y el extranjero.