Limpiar las ventanas sin dejar ninguna marca es todo un reto. Cuando crees que has dejado un lado impoluto, te das cuenta de que se ha quedado la marca del trapo, dando la impresión de que esos cristales llevan sucios meses. Para conseguir resultados impecables tenemos que olvidarnos de los limpiacristales y del vinagre. Hay otro producto que aportará al vidrio esa brillo que tanto anhelamos: el agua oxigenada.
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Igual de importante que el producto que utilicemos para limpiar es el paño con el que lo repartiremos. Por ello, es vital emplear una bayeta de microfibra, ya que, es altamente absorbente, no deja pelusas y permite una limpieza sin marcas, a diferencia de los trapos de algodón o toallas de papel que tienden a dejar fibras en el vidrio. El movimiento con el que se aplica el agua oxigenada también influye en resultado final: el truco está en limpiar el vidrio en un movimiento en forma de “S”, evitando movimientos circulares o rectos que pueden dejar residuos en el cristal. De esta manera, distribuiremos el limpiador de manera uniforme.
El agua oxigenada, un aliado desconocido
El agua oxigenada es un recurso eficaz y versátil en la limpieza del hogar, especialmente para los marcos y los rieles de las ventanas, donde la suciedad tiende a acumularse. Este producto, conocido por su capacidad desinfectante en el ámbito de la salud y por acabar con las manchas de la sangre, es un potente aliado contra los residuos de diversas superficies.
Cómo limpiar los marcos de las ventanas con agua oxigenada
- Preparar la mezcla: llenar un pulverizador con agua oxigenada y añadir unas gotas de detergente líquido.
- Aplicar sobre los rieles: rociar generosamente la mezcla en los rieles de las ventanas, especialmente en las zonas donde más se acumula la suciedad.
- Dejar actuar: dejar actuar la mezcla durante unos minutos para que pueda descomponer la suciedad acumulada.
- Limpiar con un cepillo de dientes: utilizar un cepillo de dientes viejo para limpiar a fondo los rieles, aprovechando la acción de la solución para eliminar residuos y moho.
- Enjuagar y secar: pasar un paño microfibra humedecido en agua caliente para retirar cualquier residuo de la solución y después secar con un trapo seco.
Alternativas al limpiacristales
Para aquellas personas que prefieren evitar productos comerciales, existen varios remedios caseros que logran un resultado impecable en la limpieza de los cristales, entre ellos:
- Ácido cítrico: añadir dos o tres cucharadas de ácido cítrico en polvo a un litro de agua y utilizar esta mezcla con un paño de microfibra. De esta forma, lograremos eliminar las manchas de cal y dar brillo al cristal.
- Té negro y limón: el té negro con zumo de limón también es eficaz. Los taninos del té disuelven la grasa y la nicotina, mientras que el ácido cítrico del limón actúa contra los residuos de cal.
- Alcohol: unas gotas de alcohol diluidas en agua calienta son eficaces para una limpieza profunda. Es recomendable usar guantes durante la aplicación para evitar que las manos se resequen.
Con qué frecuencia hay que limpiar los cristales
El nivel de limpieza necesario en las ventanas depende de varios factores, incluyendo la cantidad de polvo y la exposición al polen. Aunque, como norma general, los expertos recomiendan limpiar los cristales y los marcos de las ventanas al menos cada dos meses. La acumulación de residuos externos y las huellas de mascotas o niños suelen ensuciar el vidrio y requieren una limpieza periódica.