Una influencer que remojó a su hija de tres años en agua fría para que parase de llorar será juzgada en Portugal por violencia doméstica

“No dije nada, ni siquiera la amenacé. La levanté y la sumergí en la piscina hasta aquí [indicando el cuello]”, relató Joana Mascarenhas en una historia de Instagram

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La influencer portuguesa Joana Mascarenhas (captura)
La influencer portuguesa Joana Mascarenhas (captura)

“No dije nada, ni siquiera la amenacé. La levanté y la sumergí en la piscina hasta aquí [indicando el cuello]. Bueno, eso la distrajo. Su cerebro se fue a otra cosa que era… ahora tenía frío”, es lo que relató la influencer portuguesa Joana Mascarenhas en uno de sus vídeos subidos a Instagram, describiendo lo que le había hecho a su hija para acabar con sus rabietas.

Ahora Mascarenhas se va sentar en el banquillo acusada de violencia doméstica en un juicio que dará comienzo el próximo mes de octubre, en el que la Fiscalía describe lo ocurrido como un “trato indigno” contra su hija, según ha informado el periódico portugués Sic Noticias.

El delito de violencia doméstica contra menores en Portugal

En Portugal, el delito de violencia doméstica contra menores está regulado por el Código Penal bajo el artículo que cubre los actos de violencia doméstica, y está particularmente centrado en situaciones que involucran a familiares, como es el caso de menores.

Este delito se refiere a cualquier acción violenta o amenaza grave cometida contra un menor, que puede ser un hijo o familiar cercano que conviva en el mismo hogar, dentro del contexto familiar o doméstico. Las acciones incluyen maltrato físico, psicológico, o emocional, así como negligencia grave en el cuidado del menor.

Las penas que enfrenta el infractor dependen de la gravedad del delito y de si hubo lesiones físicas o psicológicas graves. En general, las sanciones pueden ir desde:

  • Prisión de 1 a 5 años para casos donde la violencia no resulte en daños físicos severos pero sí en daño emocional o psicológico.
  • Prisión de 2 a 8 años en situaciones de violencia grave que resulten en lesiones físicas serias o que pongan en riesgo la vida del menor.

Además, se pueden aplicar medidas accesorias como la prohibición de contacto con la víctima o la prohibición de regresar al hogar común, y en algunos casos, la pérdida de la patria potestad cuando la violencia es ejercida por uno de los progenitores.

Impacto psicológico en los menores

El maltrato infantil, tanto físico como psicológico, tiene repercusiones graves en el bienestar y desarrollo de los menores. Incluso cuando no generan daños físicos inmediatos, pueden generar traumas psicológicos profundos y duraderos, afectando la confianza y el sentido de seguridad de los niños.

“A los cuatro años, un niño se encuentra en la cima del desarrollo de su estructura de personalidad. Por eso, todo lo que nos suceda en esta etapa de la vida tenderá a afectar la forma en que miramos el mundo y cómo nos vemos a nosotros mismos”, explica Filipa Jardim da Silva, psicóloga clínica preguntada por este caso específico a Sic Noticias.

Añade que ““Este intercambio en las redes sociales denota claramente esta falta de conciencia y de sentido crítico sobre la gravedad de la situación. Hoy en día, todo el mundo acaba compartiendo gran parte de su vida en las redes sociales de una manera muy arbitraria e incluso impulsiva. Es importante que un intercambio de esta naturaleza es naturalmente controlado y que de ello pueden surgir consecuencias, especialmente en lo que constituye un delito público, como es el caso”.

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