Los hábitos alimentarios que te ayudarán si tienes asma

El asma es una enfermedad respiratoria crónica que afecta a un 5% de la población española, lo que equivale a unos 2,5 millones de personas. Caracteriza por episodios recurrentes de dificultad respiratoria, sibilancias y opresión en el pecho, esta patología supone un fuerte desafío para quienes la sufren.

Según recoge el grupo médico Quirón Salud, se calcula que más de la mitad de los pacientes con asma en España no tiene la enfermedad bajo control, principalmente debido a un mal seguimiento del tratamiento. Y es que aunque el asma es una condición crónica que requiere medicación continua, muchos pacientes abandonan el uso de sus medicamentos al experimentar mejoría, confiando en la efectividad de los antiinflamatorios. Sin embargo, este comportamiento provoca la reactivación del proceso inflamatorio en cuestión de días o semanas, lo que lleva al retorno de los síntomas y a la necesidad frecuente de medicación de rescate.

Por tanto, el asma es una enfermedad que, a pesar de no tener cura conocida, puede ser controlada eficazmente mediante un tratamiento adecuado. Además, llevar un estilo de vida saludable también ayuda a mantener estable la enfermedad. En este sentido, llevar unos buenos hábitos alimentarios evita sufrir un agravamiento de los síntomas.

Una dieta equilibrada no cura el asma, pero elegir bien los alimentos y evitar los desencadenantes ayuda a manejar la enfermedad. En este contexto, el portal médico especializado Mayo Clinic ha determinado las siguientes medidas para los pacientes con asma:

• Mantener un peso saludable. Tener un peso superior o inferior a este podría empeorar el cuadro clínico del paciente.
• Consumir frutas y verduras ricas en antioxidantes como betacaroteno y vitaminas C y E, puede ayudar a reducir la inflamación en las vías respiratorias.
• Es esencial evitar alimentos que desencadenen alergias, ya que estas reacciones pueden provocar síntomas asmáticos, especialmente si se realiza ejercicio tras su consumo. De igual forma, también deben evitarse los sulfitos, presentes en vinos, frutas secas y mariscos, puesto que pueden desencadenar síntomas en algunas personas.
• También es muy importante obtener suficiente vitamina D, presente en alimentos como leche, huevos y salmón, o mediante la exposición al sol. Los bajos niveles de vitamina D se asocian con un cuadro asmático más severo.

Como ya se ha mencionado, es fundamental que las personas con asma no abandonen el tratamiento, ya que la medicación regular es indispensable para mantener los síntomas bajo control. Además, deben evitar la exposición a alérgenos como polvo, polen, moho, humo de tabaco y pelo de animales, así como fumar o estar en contacto con humo de otras personas, puesto que estos factores pueden agravar la enfermedad.

De igual forma, el ejercicio debe realizarse con precaución, asegurándose de un adecuado calentamiento para prevenir ataques. Ignorar signos de empeoramiento, como tos, sibilancias o dificultad para respirar, es un riesgo. Por contra, es vital actuar rápidamente y consultar a un médico si los síntomas persisten. También es importante evitar ambientes con alta contaminación o cambios bruscos de temperatura.