
La infanta Cristina comienza este 2024 una nueva etapa de su vida después de haber firmado su divorcio de Iñaki Urdangarin tras 26 años de matrimonio y cuatro hijos en común. Ya como mujer soltera y desligada totalmente del exdeportista, quien estuvo cinco años en la cárcel por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias en el caso Nóos, parece que su intención es continuar viviendo como en los últimos años, es decir, apartada del foco público y centrada en su familia y su trabajo.
Para ello contará con el gran apoyo de su entorno más cercano, en el que va a destacar alguien que en los últimos años ha estado viviendo lejos de ella, su hijo Miguel. El tercero de sus vástagos, que tiene 21 años, ha decidido regresar al hogar familiar, en Suiza, en el mejor momento, cuando su hermana pequeña ha abandonado el nido para emprender una aventura como cooperante en Camboya y cuando su madre más le necesita.
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Tras licenciarse el pasado curso en Biología Marina en la Universidad de Southampton, en Inglaterra, ha pasado varios meses ampliando su formación en el país británico. Algo que a partir de ahora seguirá haciendo en Ginebra, donde según desvela Vanitatis, está estudiando algunos cursos y va a realizar un proyecto del que aún no se conocen datos.

Lo que no sabe es si, ahora que va a estar más cerca de su madre, Miguel también se dejará ver más en público y la acompañará durante las salidas familiares. Una de las últimas ocasiones en la que se le vio fue en el 86 cumpleaños de su abuelo, el rey Juan Carlos, que quiso celebrar su vuelta al sol con una fiesta en su casa de Abu Dabi.
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Muy discreto
Al igual que sus hermanos, Miguel siempre ha intentado mantener un perfil bajo que le permitiera realizar su vida lejos de los focos, especialmente en el momento de mayor exposición mediática, cuando su padre fue condenado. Por ello se conoce muy poco de él y es que, tras acabar bachiller en el colegio Ecolint de Ginebra, al que también fue su hermana, se mudó a Reino Unido para seguir su sueño de estudiar biología marina.
Responsable y educado, como todos los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, dicen quienes le conocen que es muy divertido, responsable, inteligente y el más alegre de todos. Desde pequeño ha tenido las cosas claras y, además de querer dedicarse al mundo marino desde siempre, le gusta el deporte y la música, lo que une también con sus abuelos, los reyes eméritos, con los que también tiene una relación estrecha.

También está muy unido a sus hermanos quienes, como él, muy pronto se fueron de la casa familiar para comenzar sus propios caminos. Mientras que Juan trabaja en Londres, en la empresa Extreme E, Pablo se encuentra en Barcelona dedicado a su carrera deportiva, pues juega al balonmano en el club Fraikin BM Granollers. Irene, por su parte, se encuentra en Camboya realizando un voluntariado que seguro le cambia la vida.
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