Oblak, en busca de la reivindicación en una Champions de pasado oscuro que vuelve a atormentarle

El meta esloveno ha encajado cinco de los últimos seis remates que le han tirado y aún no ha dejado la portería imbatida en el Metropolitano. Regresan una competición en la que debutó con el pie izquierdo y un rival, el Celtic, que le batió por partida doble en la ida

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Jan Oblak durante el calentamiento
Jan Oblak durante el calentamiento previo del partido entre Atlético de Madrid y Real Sociedad (REUTERS).

“No paré nada, me cayeron muchísimos palos. Quería demostrar que no era tan malo”. El testimonio, lejos de ser pronunciado por un portero secundario, lo articuló uno de los mejores arqueros de la historia del Atlético de Madrid: Jan Oblak después de su aciago debut con la rojiblanca hace nueve temporadas con la Champions como escenario y el Olympiacos de rival. Aquel día le dispararon cuatro veces a portería, encajó tres goles y sembró la duda en una afición colchonera que criticaba los 16 millones de euros abonados al Benfica. La mencionada cantidad le convertía por aquel entonces en el portero más caro de la historia de LaLiga y solo el paso del tiempo le permitió responder con creces a las expectativas.

En sus nueve temporadas como guardián de la meta atlética ha conquistado cinco Zamoras y dado recitales en forma de paradas. Salvador cuando más lo necesitaba su equipo y oportunista en las ocasiones que menos trabajo parecía tener. Oblak era un seguro por bajo, pese a su altura caía velozmente a los lados, y sostenía la firmeza defensiva que tanto caracteriza al equipo de Simeone y que esta temporada parece haberse esfumado. El esloveno parece estar reviviendo viejos fantasmas de su fatídica noche griega. En los últimos tres enfrentamientos del Atlético ante Las Palmas, Alavés y Celtic, ha recibido seis rematas a puerta y encajado cinco goles.

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El Metropolitano, problema para Oblak

Una sola portería a cero en los siete choques más recientes deja ver a las claras que el problema del Atlético este curso está en su propia área. En la docena de encuentros disputados solo ha quedado imbatido en cuatro ocasiones, ante Betis, Rayo, Celta y Osasuna, todos fuera de casa. En el Metropolitano no ha conseguido echar el cerrojo a su meta ni una sola vez. Parecía que ante el Alavés se rompería la mala racha, pero el gol a última hora de los vitorianos lo evitó y ya reveló que el meta esloveno no se encuentra en su mejor momento, como se pudo ver en el estadio de Gran Canaria, donde los dos goles de Las Palmas fueron claramente evitables.

Estuvo inseguro en los centros laterales, una constante suya esta campaña, y mal posicionado en ambos tantos. Su precisión en las entregas de balón han ido in crescendo desde sus inicios (43%) hasta el 73% ahora, pero, por el contrario, su ratio de paradas ha disminuido. Del 78% en sus tres primeras temporadas al 68% de las tres más recientes. “Una parte importante de cualquier partido es la portería a cero. En todos los partidos de Champions hay goles, los equipos tienen buenos futbolistas, buena dinámica de juego, buenos delanteros… Está claro que nuestras fuerzas siempre han sido a partir de esa situación de tener la portería a cero y crecer como equipo”, afirma Simeone antes del duelo ante el Celtic.

Y vuelve el Celtic

Entre el mar de dudas defensivo rojiblanco navega un barco escocés que este martes hace su arribo en el Metropolitano. El Celtic, que ya demostró en Glasgow ser capaz de minimizar y superar a los de Simeone, pone a prueba la capacidad de los rojiblancos. Hace menos dos semanas derrocharon su físico y batieron a Oblak en dos ocasiones con tan solo tres disparos entre palos. Los de Rodgers dieron un toque de atención a un Atlético que necesita superar la fase de grupos para garantizar la supervivencia deportiva y económica.

Simeone lo tiene claro. “No cambiaremos. Buscaremos llevar el mayor tiempo posible de esta manera para que el equipo pueda llevar el juego donde puede hacer daño a un rival como el de este martes”. Por el momento no parece existir el ‘caso Oblak’, pues la defensa también ha bajado sus prestaciones, pero es una obviedad que ya no realiza tantos milagros.